introspectivas: música y músicos

Jarcha, la voz del pueblo

Les unió la pasión por la música. Allá a comienzos de la década de los setenta se hermanó un buen grupo de jóvenes que tenían un punto en común y una misma inquietud: la música. Ahora, y echando la vista atrás, la historia proporciona la increíble trayectoria de cuatro décadas sobre los escenarios, algo solo destinado para los muy grandes. En todo este tiempo han puesto la banda sonora a multitud de recuerdos, siendo sus diversos seguidores de generaciones muy diferentes.

Su labor inicial consistía en recrear una intención colectiva basada en tres puntos fuertes: la regeneración de temas populares, la interpretación de composiciones propias y la realización de poemas musicados. Según sus palabras "cantaban lo que les gustaba, lo que les hacía felices, lo que disfrutaban", creando un sello particular con esas tres ideas como fundamentos.

Otra de las importantes características era la de formar desde el conjunto coral, sin solistas, así como el uso de instrumentos acústicos, con una base folk y étnica. En realidad se partía de la riqueza que proporciona la música popular andaluza, hallando su propia personalidad. Bebían de las verdaderas fuentes de su tierra, esas que se ven desde fuera como algo que te señala, pero que ellos han llevado con orgullo y con la fuerte apuesta de reivindicar los valores tradicionales de nuestra Andalucía.

La trayectoria de Jarcha como formación musical es envidiable, con alrededor de dieciocho discos en el mercado, cientos de recopilaciones e infinidad de colaboraciones. Quizás su rotundo gran éxito de ventas y con lo que alcanzaron enorme popularidad fue Libertad sin ira, que curiosamente sale como single en 1975.

Posteriormente, y debido imaginamos a su aceptación, saldría en un disco de larga duración con canciones de discos anteriores como son Cadenas y Andalucía vive, en el que encontramos obras como Andaluces de Jaén. De todos ellos destaca por encima de los demás trabajos Sentir el sur, editado en 1991 y que denota que a nivel musical es muy difícil de superar.

Han llevado su música hasta Holanda, Alemania, Inglaterra, Italia, Francia, Bélgica y Portugal, aunque nunca han cruzado el charco para tocar en América, tierra que los ha reivindicado en miles de ocasiones, aunque el encuentro nunca se llegó a materializar. En España han girado y actuado en los escenarios más prestigiosos, como el Teatro Real de Madrid o el Palau de la Música de Barcelona. Han colaborado con artistas como Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos, Rocío Jurado, Víctor Manuel y Ana Belén, Diego Carrasco o Miguel Poveda. Del mismo modo, han contribuido a grabaciones con por ejemplo Rocío Jurado o Camarón de la Isla. Hace dos años intervinieron en una nueva producción de La Saeta, junto a Serrat y a Camarón.

Actualmente siguen inmersos en dar a conocer su último trabajo de estudio El rayo que no cesa, que salió a principios del 2011. Se trata de un monográfico musicando parte de la obra de Miguel Hernández en el aniversario de su nacimiento. Ha sido un proyecto totalmente independiente y autoproducido. Está distribuido exclusivamente a través de su web, con un valor personal muy gratificante, ya que es una nueva apuesta llena de recompensas personales. Pronto comenzaran una gira por teatros Huelva y Sevilla, para luego continuar con la presentación del disco a nivel nacional.

El estado de la música en estos momentos es muy difícil y complicado. La música es de vital importancia pero no es necesaria. Debemos de partir de que tiene que cambiar el sistema. Ha habido un abuso de la cultura, ya que el reparto de los fondos públicos no ha sido lógico. Antes era privado, pero la promoción cambio a manos públicas y se ha exagerado. Además hemos tendido a confundir y no hacer distinción entre lo cultural y lo festivo, que son dos cosas muy diferentes y que se han metido en el mismo saco. Esto ha dado lugar a un procedimiento poco óptimo y que finalmente ha fatigado a artistas, público y empresarios.

Huelva es una enorme fuente de talento y de cultura popular. El problema surge cuando no se aprecia por no ser académicamente correcta. Parte y nace del pueblo. Tiene la esencia de la misma tierra, y está a veces incluso por encima. Vivimos sin darle la categoría que se merece lo nuestro, algo que en otros lugares es base de todo, aquí o se desprecia o no se le presta la suficiente atención.

Encima todo se ha acrecentado con la imposibilidad de buscar salidas para los proyectos de aquí, derivando en la marcha de la mayoría de los artistas. Las instituciones no hacen casi nada por los músicos, y muchos de ellos no tienen ni el más mínimo apoyo. Se debería apoyar conscientemente a las bases para que hubiera un futuro lo más seguro posible. No existen circuitos, ni formas de promocionarte o de producción. En definitiva, no hay mecanismos de apoyo para los artistas ni para la cultura.

Entre las soluciones que barajan, coge fuerza la apuesta por las escuelas de base.

"Es necesario que la gente pueda hacer música con buenos profesionales. Se deben formar músicos y buenos amantes de la música, que serán los espectadores. También sería importante organizar una salida profesional para músicos que salen de las escuelas, partiendo de que todas las músicas son iguales, sin distención entre estilos o estéticas. Hay que potenciar lo deficitario o a los nuevos profesionales, ya que a los profesionales consagrados ya no les hace falta. Partir desde el cambio de mentalidad hacia nuestros valores, ya que es un agravio comparativo con respecto a otras comunidades que sí que están apoyados institucionalmente".

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