Cultura

Ígor Stravinski, el emblema vanguardista de la música del siglo XX

  • Se cumple el cincuentenario de la muerte del compositor ruso

Ígor Stravinski posando ante el piano

Ígor Stravinski posando ante el piano / H.I.

Ígor Fiodoróvich Stravinski nació en Oranienbaum el 17 de junio de 1882. Su padre, Fiódor, era cantante de ópera en el teatro Mariinski. A la edad de veinte años empezará a dar clases con Nikolai Rimski-Korsakov. Siendo estudiante compuso Feu d´artifice, cuyo impacto fue tan grande que recibiría el encargo de su ballet El pájaro de fuego, que se estrenó en París en 1910; su viaje a Francia estaría secundado por grandes compañías rusas. Después vinieron Petrushka y La consagración de la primavera.

Con veinticuatro años se casó con su prima Yekaterina Nosenko. Durante la Primera Guerra Mundial el compositor emigra a Suiza, país neutral, hasta que regresa a París en 1920 para escribir más ballets. En la década de los veinte Stravinski recibía encargos que se pagaban muy bien; el director y arreglista Leopold Stokowski le dio un apoyo regular. Su fino instinto con las artes deparó colaboraciones fructíferas en la década de los años veinte en Paris: con Pablo Picasso para Pulcinella, con Jean Cocteau para Edipo Rey y con George Balanchine para Apollon Musagete. Fueron numerosos los testimonios de su sociabilidad, que le abrió puertas en los mejores círculos y su reputación como pianista y director era apreciada en Berlín, Londres, Ámsterdam, Venecia y la propia capital de Francia. Es en 1934 cuando adquiere nacionalidad francesa.

A lo largo de los treinta y tres años de vida conyugal con Yekaterina, conoció a quien se considera el verdadero amor de su vida: Vera de Bosset. Aun siendo Stravinski un hombre de familia atento a sus prioridades, mantuvo una relación sentimental con ambas mujeres por un periodo de tiempo corto, hasta la muerte de Yekaterina. Entonces, contrae segundas nupcias con Vera, en Nueva York, tras exiliarse a los Estados unidos de América a causa de la Segunda Guerra Mundial.

El compositor dirigiendo una orquesta El compositor dirigiendo una orquesta

El compositor dirigiendo una orquesta / H.I.

Stravinski vivió e hizo su carrera en América desde 1939 hasta 1971. No tuvo más remedio que renunciar a su idiosincrasia artística rusa y adaptarse al nuevo entorno, la sociedad angloparlante para la que encontraría la fiel colaboración de Robert Craft, musicólogo y director que también fue muy eficaz como intérprete y cronista tanto en las tareas privadas como en las relaciones públicas del compositor. Ha quedado para la posteridad un puñado de entrevistas de Craft a Stravinski, que llevan el epígrafe Conversations with Stravinski. El compositor murió en Nueva York el 6 de abril de 1971 por una insuficiencia cardiaca y fue enterrado en Venecia en el cementerio de la isla de San Michele.

A lo largo de su vida el ruso replicaba al extendido comentario sobre su música, a la que llamaban “la del porvenir”. A propósito exclamaba: “¡Es absurdo! No vivo en el pasado ni en el futuro; sino en el presente”. Stravinski era un amante de la literatura y bebió del folclore de su país natal, los autores clásicos y los ingleses, como Auden Eliot y los medievales. En sus últimos años puso en práctica escrituras hebreas en Abraham e Isaac. Hizo incursiones como escritor, con el asesoramiento de Alexis-Roland-Manuel, recopilando un trabajo teórico titulado Poetics of music. Miembro devoto de la iglesia ortodoxa rusa que después de una larga crisis de fe, se volvió a arraigar a la edad de cuarenta años, cuando entroncó su obra en la liturgia latina. Ígor Stravinski era un monárquico convencido y se opuso ferozmente al comunismo y el ateísmo. Su música estuvo prohibida en la URSS y Rusia entre 1933 y 1962. Pero en 1972 el Ministerio de cultura soviético hizo una declaración oficial ordenando a los músicos soviéticos estudiar y admirar la música de Stravinski.

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