Como en la primera edición, en esta segunda se insistió en el objetivo del rescate, porque se consideraba que los cantes del Andévalo corrían peligro de caer en el olvido. El propio Manuel Peral  lo explicó en la conferencia de Bollullos: “porque sobre estos cantes se cierne esa telaraña del tiempo que hora a hora va espesándose hasta no dejarnos ver lo que encierra”.  Sospechaba que  “lo que hay es mucho más extenso que las variedades que nos llegan. Hay que salvar la pureza de los cantes del Andévalo aunque sea para guardarlos como una reliquia para el futuro, aunque los cantaores actuales beban whisky en vez de aguardiente”. Metáfora alcohólica que describía unos  cambios sociales y de costumbres  que podían arrumbar el riquísimo folclore de la comarca. Por tanto, la idea de revivificar ese acervo era pertinente. Los conferenciantes insistían en su valor etnográfico y recordaban las zonas de influencia primordiales del fandango: el triángulo El Cerro, Valverde y Alosno. Se insistió en la paternidad alosnera del cante, reafirmando la unidad étnica y folclórica que constituye el Andévalo. Algunos oradores (Manuel Lisardo, José Núñez de Castro) aventuraron la indemostrable procedencia de que los fandangos alosneros son “bravos y están enmarcados en su folclore de recia raíz tartésica” (¡).

Otras ayudas al rescate

El certamen, pues, supuso una notable campaña de concienciación, a cuyo empeño coadyuvaron también algunas grabaciones discográficas coetáneas. Por estas fechas, todavía eran desconocidos algunos fandangos que solo cantaban aficionados locales, pero que no habían tenido difusión, así como parte de las coplas y tonás.

El grupo Jarcha grabó este mismo año y los siguientes las “Coplas de San Benito”, la “Jotilla de Aroche”,  el “Artillerito”, “Fandangos de Encinasola”, “Tonás de quintos”, la “Toná del pino”,  el “Toronjil” y otras que se hicieron muy populares.

Los Rocieros  publicaron su primera  “Antología del Fandango de Huelva”, gracias a la labor de búsqueda realizada por Antonio el Raya, que aportó melodías nuevas o apenas conocidas hasta entonces; obra ésta que, exceptuando algunos errores puntuales, hay que valorar como  una de las primeras de la investigación moderna que se hizo sobre el fandango de Huelva.

Y Manuel García Palacios había efectuado grabaciones muy valiosas del folclore, principalmente de Alosno,  para el programa “Raíces”, de TVE.

Fandangos, coplas y tonás

Organizado de nuevo por la Hermandad de la Santa Cruz de Paymogo,  esta vez fue un concurso bien arropado por organismos públicos, de ahorro, medios de comunicación y entidades  como la prestigiosa tertulia flamenca de Radio Sevilla, la cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera,  la peña flamenca de Huelva y firmas comerciales.

Para concursar se establecieron seis zonas de preselección (Riotinto, Vª de los Castillejos, Puebla de Guzmán, El Cerro, Valverde, Alonso y Huelva capital). Se mantuvo el criterio de las dos partes cantables: una para premiar el cante con cuatro fandangos de la comarca y otra para un solo cante libre (coplas o tonás), pero los premios para esta modalidad quedaron finalmente desiertos.

La realización corrió a cargo de RNE (Radio Peninsular de Huelva), con la dirección del periodista Manuel Peral Banda  y colaboraron las emisoras de Radio Popular y Radio Juventud y el periódico Odiel.

Conferencias ilustradas 

Entre enero y mayo se desarrolló un ciclo de conferencias por diversas localidades, destinadas a despertar el interés de los aficionados sobre el folclore de los pueblos andevaleños y con un propósito de ilustración cultural y de invitación al fin altruista del proyecto. Los conferenciantes fueron el propio Manuel Peral,  José María de Soto, Francisco Sánchez, Eduardo Fernández, Agustín García, Manuel Lisardo Bowie, José María Roldán, José María Soto Caballero, José Luis Mora y José Núñez de Castro. Los alosneros Paquillo el zapatero al cante y Sebastián Perolino como guitarrero ilustraron, con los cantes y toques de la tierra, dichas intervenciones.

Los concursantes y los ganadores

A la semifinal optaron 29 concursantes procedentes de Calañas, Tharsis, Paymogo,  Alosno,  Puebla de Guzmán, El Cerro de Andévalo, Vª de los Castillejos, Riotinto, El Granado, El Campillo, San Bartolomé de la Torre, Nerva, Vª de las Cruces y Lepe.

Juan Manuel Soto, ganador del Primer premio, en una foto reciente.

La final se celebró el 20 de julio en la explanada delante del castillo de Paymogo. Allí compitieron por los premios Francisco Pérez Peñate (Paquillo el zapatero, marido de Mariquilla la bella y yerno de Bartolo el de la Tomasa, por más señas), de Alosno; Sebastián Cruzado, de El Cerro; Mariflor Díaz, de Tharsis; Loli Sánchez Delcán, de Calañas; Francisco García García, de Paymogo, Manuel Gracia Peguero, de Huelva; Juan Manuel Soto Domínguez, de Paymogo; Cati Huelva Pichardo, de Riotinto; Miguel García Barba, de Alosno; y Manuel Márquez González, de Paymogo. Cada uno cantó sus cuatro fandangos y las puntuaciones del jurado daban cinco empates, por lo que se decidió que cantaran dos fandangos más para desempatar, dando como resultado final el siguiente: primer premio, dotado con 10.000 pesetas y trofeo del gobierno civil para el paymoguero Juan Manuel Soto Domínguez. Segundo premio, 5.000 pesetas y trofeo del ayuntamiento para Manuel Márquez González, también de Paymogo. Y accésits de 3.000 pesetas para Cati Huelva Pichardo, de Riotinto; Francisco Pérez Peñate, de Alosno, y Mariflor Díaz, de Tharsis. Naranjito de Triana cantó en el fin de fiesta, acompañado por José Cala ‘El Poeta’.

Manuel Márquez González, ganador del Segundo premio, en una foto reciente.

Los medios calificaron el certamen como un éxito artístico, económico y de organización.