En la noche del sábado, el parque de Zafra se convirtió en un lugar lleno de sonoridad y respetuoso tributo a la hermosa herencia que la generación actual de músicos en Andalucía ha recibido. Los años setenta y ochenta vieron el apogeo de una música de raíz puramente andaluza, pero que estaba acariciada por las armonías y formas melódicas anglosajonas. Sin etiquetas y con la única idea de que la música les representara, el rock andaluz se ha convertido con los años en un legado temporal de conceptos que van más allá de lo musical, teniendo unos principios sociológicos y antropológicos dignos de tener muy en cuenta.

Más de tres décadas después de lo que se consideran los inicios y puesta en marcha de aquel movimiento, músicos que ni habían nacido en esos años sienten la necesidad de engrandecer y mostrar la máxima de las consideraciones a las importantes influencias que han marcado a muchas bandas que en la actualidad funcionan por toda nuestra región.

En el espacio escénico preparado para tal ocasión disfrutamos de un concierto ofrecido por dos grupos de Sevilla y otros dos de Huelva, encargados de ponerle el sentido musical al evento e intentado que la noche fuese mágica e irrepetible. La organización la llevó a cabo la Diputación de Huelva y como colaborador principal estuvo el Ayuntamiento de Huelva, un apoyo mutuo que es imprescindible cuando se trata de hacer más grande la cultura de nuestra tierra.

Los primeros en actuar fueron los Rusty River, ganadores del certamen anual que convoca la Diputación para nuevos valores emergentes en los movimientos de música popular urbana, el rock, el pop y sus derivados y fusiones. El escocés Richard Stuart-Campbell y Roberto Cereceda recrearon una propuesta fresca e interesante que se plasma en su EP The old curry destillery, con dos influencias patentes: el pop británico y el rock sureño.

A continuación se subieron a las tablas los miembros de Visión Sonora. La banda creada en el año 2001 tocó con su formación actual, que es de 2011. Después de varias demos, muchos conciertos, ganando concursos, festivales, etc., decidieron autofinanciar su primer trabajo discográfico, titulado Oxígeno, concebido desde la oscuridad de las adicciones, los excesos y la necesidad de salir de ellas de Mon Domínguez, cantante y compositor de la banda. Eso le llevo a hacer una reflexión sobre su vida y tuvo la necesidad de volver a sus orígenes, a explorar la cultura de su tierra, a saborear los paisajes que en ella se encuentran, a apreciar las cosas más simples de la vida. En la noche del sábado quedaron patentes la potente voz de Domínguez y el saber hacer de una banda de buenos músicos.

En tercer lugar pudimos disfrutar de Maga, una de las referencias fundamentales de la escena indie en nuestro país. Después de publicar dos EP y cinco discos, los sevillanos continúan en su afán de buscar la esencia del pop en el directo. Su último trabajo, Satie Contra Gozilla, fue grabado en los estudios Ultramarinos junto a Santi García, con la coproducción de Ramón Rodríguez (The New Raemon), y supone un avance más en su carrera paralela al cambio estilístico iniciado con A la hora del sol. Una de las vertientes más interesantes de Maga es la de formar parte de varios proyectos paralelos.

Para concluir el festival, la banda que no deja indiferente a nadie: Pony Bravo. Si bajo de espalda no me da miedo (y otras historias) es su primer trabajo, un disco autoproducido por el grupo, grabado por Raúl Pérez en los Estudios La Mina, en el Cortijo Troya, y editado bajo licencia Creative Commons en su propio sello El Rancho. Las influencias de Pony Bravo giran en torno al rock andaluz de los setenta, el blues y el rock americano, el reggae jamaicano y las músicas etíopes. Uno de los ejes de Pony Bravo es la búsqueda de experimentación, humor y ritmo en canciones de rock. Intentan hacer visibles líneas y formas antiguas que conectan el blues con el flamenco, la música africana con la andaluza, el western con la copla, estableciendo analogías y contrastes.

Unas horas antes, en la Sala de la Provincia de la Diputación Provincial de Huelva, se celebró una mesa redonda con los auténticos protagonistas del rock andaluz. Participaron el productor Gonzalo García Pelayo, los músicos onubenses Pepe Roca y Pepe Barros, el escritor Paco Jiménez e integrantes de los grupos que tocaron después.