Cultura

Historia de una polémica no intencionada

Lo suyo venía predestinado desde el mismo momento en el que nació en el seno de un ídolo de las rancheras tan popular en México como Vicente Fernández. Y es que, con sólo cinco añitos, dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo cuando su padre lo presentó ante diez mil personas para que interpretara con él un tema llamado Alejandra. A partir de aquel instante, Alejandro Fernández hizo su camino alternando los sonidos populares de su país con los ritmos nuevos del pop a través de una dicotomía que queda perfectamente reflejada en Dos mundos: Evolución y tradición, nuevo disco del artista para cuya promoción, estos días, visita España. "Me siento identificado con los dos conceptos", explicaba Fernández a nuestro periódico. "Crecí con lo mexicano pues, durante mucho tiempo, viví en el campo con mi papá pero también la fusión es algo que me gusta. Hacía seis o siete años que no grababa nada regional y tenía compromisos con ese mercado. Hay que tener en cuenta que, en mis espectáculos, uno de los instantes más aclamados es cuando salgo de charro".

Precisamente bajo ese espíritu de hombre, en ciertos sentidos, "a la antigua usanza" el álbum ha sembrado el escándalo, en concreto, con un tema titulado Unas nalgadas que, según declaró en su día la directora del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, Malú Milcher, podía considerarse una apología del maltrato. Una afirmación que, poco a poco, ha ido alimentándose y que también ha llegado hasta nuestro país, donde se trata de una cuestión bastante peliaguda. "Se me hace un poco ridícula la crítica que se le ha hecho a esa canción", aclaraba su protagonista. "Hay que entender que, mi cultura musical, se caracteriza por el humor y, desde Jorge Negrete a Solís -o mi propio papá-, todos han hecho algunas bromas similares. Considero que, lo que se está comentando, es injusto. Jamás tendría intención de molestar a ninguna mujer".

De hecho, el martes pasado, por ejemplo, el intérprete viajó, durante una jornada, por cuatro ciudades españolas gracias a la acción de una conocida cadena radiofónica que acercó así este ídolo a un grupo de admiradoras que lo esperaban emocionadas. "Soy muy feliz. Este recibimiento es de los mejores regalos que me ha hecho la vida. En mi profesión hay altibajos y, cuando sientes que falta la energía para mantenerte, ahí está el cariño del público para impulsarte a seguir adelante", comentaba durante su estancia en Málaga, punto donde cerró la mencionada ruta y en el cual se había congregado una nutrida representación del Club de Fans Si tú supieras que, continuamente, le lanzaron piropos y le hicieron llegar regalos de sus distintas integrantes.

Sea como sea, Alejandro Fernández -apodado "El potrillo" entre su gente-, tiene su corazón ocupado con Ayari Anaya, su actual romance, y, por supuesto, con los cinco hijos que le han ido dando diversas relaciones anteriores. A saber, Alejandro y las gemelas, América y Camila, de su primera esposa, y Emiliano y Valentina, de su unión con la colombiana, Ximena Díaz. "Son unos niños muy musicales. Las chicas cantan divino y, la más pequeña, que es la más vaga y traviesa, también. Cuando no la escucho, me preocupo", bromeaba en el transcurso de una rueda de prensa durante la que, más que los periodistas, participaron las asistentes. "¿Cuándo vas a venir de concierto, Ale?", le increpaban a la vez que le lanzaban los clásicos gritos de "¡Guapo!, ¡guapo!". Y es que, a sus 38 años, el solista puede presumir de físico privilegiado. "No soy muy presumido pero reconozco que me cuido. Hago ejercicio desde los 15 años, más que para veme bien, para encontrarme bien. Aparte, es lógico por mi trabajo que me mantenga. No tendría sentido que te dieras a conocer de una manera y, al poco, te echaras a perder". Una excelente filosofía de alguien entregado a su carrera y, aunque algunos intenten de alguna manera confundir en este sentido, a ese colectivo femenino que siempre le será incondicional.

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