Durante el pasado fin de semana la localidad de Hinojos fue invadida de añil con la llegada de los quintos, una tradición de antaño que con el paso del tiempo se ha ido adaptando a las costumbres actuales. En su día, la fiesta consistía en celebrar la marcha de los jóvenes al servicio militar y hoy día se continúa con la tradición, en este caso, para festejar la llegada a la mayoría de edad.

A lo largo de fin de semana, todos los miembros de la misma quinta disfrutaron de una convivencia urbana teñidos de añil y juntos pasaron la madrugada del sábado alrededor de una inmensa hoguera, cuya construcción contó con la colaboración del Ayuntamiento de Hinojos, al igual que la música que animó la fiesta.

Antiguamente, la celebración consistía en reunirse todos en torno a una enorme hoguera en el campo, durante un largo fin de semana, en el que, con la ayuda del mosto de la tierra, se componían canciones para las novias de los quintos, con letras simpáticas y pícaras. Los quintos aparecían montados todos en un remolque cargados con la leña y con la cara y las manos teñidas de añil. Así permanecían durante todo el fin de semana que duraba la fiesta.

Durante la misma y a horas generalmente diurna, los quintos perseguían a los niños de la localidad para teñirlos de azul con el añil.