La editorial palmerina Magaset, dedicada casi en exclusiva a la publicación de literatura de temática militar, amplía su catálogo y arco narrativo con una novela de corte más social como Cantata del agua libre, la ópera prima de Gloria Ruiz Santasusana.

Se trata de una historia ambientada en el municipio onubense de Hinojos, cuya génesis arranca en 1889, con la pérdida por parte de España de sus últimas colonias en el continente africano y la isla de Cuba. Un periodo que, como cita su autora, se encuentra marcado por "grandes avances científicos e industriales que repercuten directamente en la casi totalidad de los individuos. La electricidad, el gramófono, el cine, la máquina de escribir, la radio y el automóvil, convirtieron al mundo en algo diferente". En España esta metamorfosis económica y social vino de la mano de "un esplendor en las letras, el pensamiento, las artes y la ciencia, que contrasta abiertamente con una sociedad rural casi analfabeta que empieza a formar parte de un nuevo sector al emigrar a zonas industriales".

En este tapiz rural, Ruiz dibuja personales con enorme matices y aristas, "idealistas, apasionados y con vocación de ser hombres capaces de entenderse por encima de diferencias religiosas, culturales o políticas", unas divergencias que la sociedad rara vez no transforma en violencia y guerras.

El director de la editorial y escritor Joaquín Mañes, explica que la autora "rehuye del concepto maniqueista de izquierdas y derechas, creyentes o agnósticos" con el que tantos autores de una y otra rama tratan de vendernos ideologías precocinadas con idea de contentar al lector de una determinada tendencia. En este caso, insiste, la autora pone el foco en el protagonismo de hombres y mujeres que nos demuestra que "en ideologías tan dispares conviven seres extraordinarios que tuvieron la voluntad de entender y respetar al que piensa distinto" demostrando que "el radicalismo e intransigencia no es propiedad de una sola ideología".