Fútbol y delincuencia

Fútbol y delincuencia
Fútbol y delincuencia
Vicente Quiroga

17 de noviembre 2010 - 05:00

Producción: Venezuela 2010.- Duración: 90 minutos.- Dirección: Marcel Rasquin.- Guión: Rohan Jones y Marcel Rasquin.- Fotografía: Enrique Aular.- Música: Rigel Michelena.- Montaje: Carolina Aular y Juan Carlos Melian.- Intérpretes: Ali Rondón, Eliu Armas, Fernando Moreno, Gonzalo Cubero, Marcela Giróna.

El fútbol aunque no sea el deporte más apasionante para lo venezolanos, que es el béisbol, si cuenta cada día con más entusiastas que siguen con notable afición la actividad de las distintas ligas nacionales. Hermano, que representa a Venezuela en los Oscar de Hollywood, nos lleva a una de las más modestas. A esas categorías inferiores que enfrentan a los equipos de los barrios. A través de la perspectiva, perfectamente localizada en esta realización de Marcel Rasquin, nos permite una visión bastante lúcida de la práctica de este deporte entre los más genuinos y jóvenes jugadores que en esos territorios periféricos de la gran ciudad, encuentran en el fútbol no sólo el desarrollo de su afición sino una superación de la acritud social de su propio entorno.

Los protagonistas, Julio y Daniel, apodado El Gato, son dos grandes futbolistas en ciernes. Militan en el equipo de su barriada, Ceniza, y destacan como dos grandes promesas, llegando a interesar al Caracas, de la categoría superior. Son hermanos aunque no de sangre. El pequeño, Daniel, fue recogido por la madre de Julio cuando recién nacido había sido abandonado en un vertedero. Las cosas se complican cuando un compañero de equipo en una pelea callejera, dispara contra unos muchachos y, sin querer, hiere a la madre de Julio y Daniel, que fallece después.

Esta penosa circunstancia conmociona sensiblemente la vida de los protagonistas y la historia toma un giro delincuencial, mostrándonos la realidad viva del suburbio, los enfrentamientos callejeros, los ajustes de cuentas, las graves carencias sociales y la violencia a punto de estallar siempre. Ese mismo clima de tensión se contagia a los propios hermanos, agudizada cuando el menor es probado con fortuna por el equipo que trata de ficharle, el Caracas F. C., y que puede colmar el sueño de su vida. Todo, sin embargo, vuelve a resolverse en la cancha de juego donde se dirime la mejor apuesta para la reconciliación de los dos hermanos.

El fútbol, además de la evidencia de una situación puramente deportiva, sirve como metáfora bien utilizada por Marcel Rasquin, realizador antes de comerciales y video-clips, en esta opera prima para narrarnos con bastante fluidez un relato convincente, conmovedor y dramático, que trata de ejemplarizar sobre la fraternidad, el esfuerzo y la defensa de la vida, aunque a veces cargue excesivamente las tintas de la sentimentalidad y el melodrama. Ideal para amantes de este género y aficionados al fútbol en general.

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