Cultura

Eva Tenorio, una voz dedicada al bel canto

Hoy queremos hacer un guiño a una de las grandes voces, enorme persona, cualificada profesional y autentica cantante con letras mayúsculas de raíz onubense. Titulada en Canto por el Conservatorio Superior de Música de Sevilla Manuel Castillo, también esta Diplomada por la Universidad de Huelva como maestra de Educación Musical. Decidió hace unos años abandonar su trabajo docente para dedicarse exclusivamente a su carrera artística.

Ha cantado en diferentes coros de importantes teatros de ópera nacionales como el Teatro de la Maestranza de Sevilla, Teatro Real de Madrid y Coro de RTVE. Ha cantado junto a Plácido Domingo, Juan Diego Flórez, Ferruccio Furlanetto, Simone Alaimo, Umberto Chiummo, bajo la dirección de prestigiosas batutas como Alain Lombard, Antoni Ross Marbá o López Cobos. Al mismo tiempo, recibe clases magistrales de importantes profesionales de la Lírica como Plácido Domingo, Teresa Berganza o Carlos Álvarez.

Ha realizado cursos en el Centro Universitario del Bel Canto de Vignola en Italia, y ha participado en un curso de perfeccionamiento vocal con la gran soprano Ileana Cotrubas. Actualmente, ha fijado su residencia habitual en Verona, donde estudia repertorio con Patrizia Cuarta, pianista oficial del Teatro Dell 'Arena. Ha conseguido multitud de premios en concursos internacionales y ha participado en la interpretación de numerosas óperas, misas, zarzuelas y una buena cantidad de obras de repertorio bajo las batutas más prestigiosas del panorama europeo.

Piensa que el estado de la música en España, desde hace ya bastantes años, está pasando por un periodo de crisis generalizado. Si hablamos de la lírica, desgraciadamente ser cantante ha pasado a dejar de ser reconocido como un género mayor, culpa esta de los pésimos empresarios musicales que prefieren hacer una obra al menor coste posible sacrificando la calidad vocal e interpretativa del cantante. En definitiva, la producción de la obra, y con ello haciendo de la música vocal una profesión de aficionados donde las personas con alta preparación y calidad artística se ven recompensados pésimamente por el trabajo realizado después de toda una vida de sacrificios y preparación constante.

Los cantantes de calidad de este país en los últimos tiempos están condenados a no tener su hueco en España. Como ejemplo, el teatro Real de Madrid donde su director artístico, Gerard Mortier hace unas declaraciones deplorables a cerca de la calidad de los cantantes españoles y aun así sigue dirigiendo el Teatro que representa a todos los españoles con total tranquilidad sin que haya una defensa activa por el producto nacional. Por todos estos motivos yo misma he salido de España buscando mi lugar en otro país. Esta es la realidad que se está viviendo en el terreno de la música aquí.

Y con respecto a la música comercial, el panorama realmente es poco alentador. Se va al éxito del verano, sin tener en cuenta si el producto es de calidad o no, se busca el beneficio rápido sencillo y de usar y tirar. Las casas de discos se quejan que la piratería está dañando tanto al sector, pero en vez de buscar mejores alternativas de ventas, de precios, de calidad musical, se van a lo fácil y que está acabando con las ganas e ilusiones de buenos artistas que tienen tanto que mostrar y tanto arte para compartir con el público.

El músico de profesión y de pasión se ve con puertas cerradas para poder llevar a cabo su trabajo. No hay un merecido apoyo a la música en este país; no se incentiva la cultura musical como en otros países, la educación musical con apoyo de las administraciones culturales y educativas tienen el deber de difundir y promover el talento de tantos. La música no es lo que los canales de televisión dan a conocer, la música no es aprenderse una canción de oído y luego cantarla ante miles de personas en un maravilloso escenario, la música es un lenguaje que debe ser aprendido, es un modo de comunicación que tiene una forma y un código, hay que aprender esos símbolos, esa forma, hay que instruirse en cómo se hace la música si se quiere hacer música; solo así se puede valorar lo que es la música, lo demás es un mero pasatiempo. Ser músico en este país es no ser nada, da igual ser aficionado que músico profesional, la gente lo ve como un pasatiempo sin valor, como jugar a las canicas.

Huelva tiene una concepción musical muy popular, cosa que debe ser defendida. Esta raíz cultural se ha de promover y difundir. Pero no todo es lo popular, hay una gran variedad musical y de géneros que como ya explicaba, merecen su cabida y difusión. La solución es muy sencilla: no se puede valorar lo que no se conoce o no se puede valorar lo que conoce de una forma equivocada. Es necesario difundir todo tipo de música con el apoyo de las administraciones, dando a conocer toda la variedad musical existente, pero de calidad. Hay que hacer festivales tanto de música comercial, como de grupos que van naciendo. Estos últimos tienen una visión musical diferente, fresca, y deben de tener la oportunidad de ser escuchado.

En el terreno de la música culta, de igual modo promover y dar a conocer todo toda la pluralidad musical que existe, con festivales, conciertos promovidos de música instrumental, coral, vocal, etc. La primera misión debe correr a cargo de la gerencia pública, pudiendo asé captar también el apoyo privado. Aunque antes, hay que acostumbrar al pueblo a la riqueza cultural, hay que enseñar a los ciudadanos, hay que crear un paladar musical; esto es todo un deber. La música es una necesidad para cada estado, la música es armonía y armoniza el espíritu, la música es unión, es comunicación, y es vida.

En cuanto al futuro que se presenta, el porvenir de un músico es siempre incierto hasta que consigue una especie de equilibrio laboral y una buena agencia que lo respalde. Por el momento piensa seguir en Italia, dándose a conocer, y por supuesto, seguir cantando. En algunas ocasiones, también por España; esto es algo que le apetece de gran manera. Pero sobre todas las cosas, seguir con su formación, ya que asume que un músico siempre tiene algo más que aprender.

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