Entrevista a David de Miranda / Matador de toros

“Cuando salí y miré el tendido a reventar supe que ahí estaba el sentido de mi tarde”

  • El torero triguereño cerró el 9 de octubre su temporada lidiando seis toros de otros tantos hierros onubenses.

  • Reflexiones sobre una tarde de triunfo y el poso que deja profesionalmente

“Cuando salí y miré el tendido a reventar supe que ahí estaba el sentido de mi tarde”

“Cuando salí y miré el tendido a reventar supe que ahí estaba el sentido de mi tarde” / Paco Guerrero (Huelva)

Se apagaron las luces de los focos. Como si nada hubiese pasado sobre el albero de la plaza palerma hace una semana atrás cada mochuelo ha vuelto a su olivo. La pinzoniana se ha hecho historia, los toreros vueltos para sus casas, los periodistas hemos dejado las crónicas y el protagonista de todo, a entrenar como si la temporada volviera a hacerse nueva; como si el sueño de los seis toros no hubiese pasado y tocara ahora. Pero sí ha pasado; Seis toros, nueve orejas y la sensación de que era bueno proponerle a Miranda preguntas sobre el día después. Sensaciones de una gesta que quizás no correspondiera hacer a un torero tan joven en andadura y oficio. Y ahí, entre medio de carteles de toros en plena tierra triguereña, Huelva Información ha vuelto a charlar con ese protagonista que siete días antes vestido de pinzoniano elegante miraba a tres mil personas y ahora suda la camiseta en la soledad de esa nave donde entrena. De hecho esta es la segunda entrega de una charla que tiene entre medio una tarde de triunfo.

–¿Habías pensado la experiencia tal como salió después?

–En realidad hubo dos partes en esa última semana porque lo pasé francamente mal pensando sobre como podía salir aquello.Toda la responsabilidad recaía francamente sobre mí. Ahí si empecé a pensar que la tarde me iba a pesar mucho más y no te digo asustarme pero sí que me preocupó muchísimo. Después en la plaza todo fue diferente porque físicamente no me sentí agobiado en ningún momento, el tema de que la espada funcionase como lo hizo me fue dando mucha moral toro a toro y oreja más oreja menos creo que el resultado de la tarde deja margen para sentirte bien como torero y porque al final, que era el objetivo, el público no se fue defraudado para casa.

–Hablas de público. Imagino que hay un momento cumbre en la tarde cuando sales al ruedo, ves una plaza llena y sabes que es obra tuya porque allí no hay más compañeros.

–Uno tiene que ser sensato y saber que esa plaza había que llenarla de público. Y sabes que no es fácil. Que a veces ni regalando la entrada el público se molesta en moverse de su casa. El tema de la asistencia fue una de las cosas que nos preocupó desde el primer momento, Al principio estábamos con un setenta y cinco por ciento del aforo y bueno más o menos crees que podrá ser. Pero después llega ese permiso del cien por cien de la plaza y otra vez la preocupación de llenar que era mi meta. Pero cuando yo salí al ruedo y me planté delante de esos tres mil espectadores supe que allí estaba todo el sentido de mi tarde. Era un lleno que ya sabía el día anterior que estaba ahí pero cuando realmente lo sentí es al inicio del paseíllo en ese medio minuto que tienes para mirar la plaza antes de empezar a pensar en el toro. Sinceramente me sentí orgulloso y feliz de mí mismo porque sabes al final que todas esas personas han ido expresamente a verte a tí y eso es diferente. Son retos que te marcan y marcan tu carrera. Te lo pondría a la altura de tardes como las de la alternativa o mi confirmación.

–Físicamente no se notaron problemas.

–Intensifiqué la preparación física y me sentía muy seguro y fuerte para hacer ese esfuerzo. Ya el día que se presentó el cartel todo fue más dedicado a lo mental. A tener la cabeza en orden, pensar sobre el festejo y aminoré el tema físico. Realmente estuve muy a gusto todo el festejo, el tono físico no bajó y me dio seguridad. Sí me preocupaba que pudiera darme problemas mi cuello o la espalda porque por secuelas de los percances se me contractura mucho y estuve por eso muy pendiente de hacer estiramientos entre toro y toro. Eso sí, al día siguiente no te quiero contar como estaba porque casi no me podía levantar de la cama.

–Los toros, criterio para decidir ese orden de lidia.

–El de Millares era el único cinqueño pero conozco mucho la casa y sabía que debía darme confianza si el toro sacaba cualidades en lógica a la ganadería y un poco más en esa línea sobre el de Albarreal que son ganaderías con un toro que en un porcentaje muy alto te deja posibilidades de tomar confianza y por eso decidí que iban en primero y segundo lugar.El de Cuadri sabía que por sus características me iba a apretar más en su salida y también porque a pesar de que conozco a la perfección las vacas nunca me había enfrentado a un macho de este hierro y me dejaba un poco esa incógnita respecto a como resolver. Resuelto esto estaba claro que los tres que quedaban me dejaban la obligación de resolver ese cuarto lugar con Villamarta y cerrar con Pereda y Domínguez Camacho, que eran dos hierros con triunfos muy recientes en esa plaza. Un poco ese es el argumento de por qué uno antes y otro después.

–Lectura de la tarde...

–A ninguna faena le sobró nada. No forcé por ansía y ahí creo que está la razón de que no se le hizo pesada la tarde a nadie. Apurando, quizás al último toro le sobraron las manoletinas que le hice. Pero era un poco el gastar lo que quedaba. Me fui a la puerta de chiqueros a esperarlo...bueno era el fin de fiesta pero en general, profesionalmente se midió bien todo sobre el ruedo sin quedarnos cortos pero también sin saturar. Llenar la tarde de detalles. Siempre me aporta mucho hablar de mis actuaciones con personas que no son expresamente del toro. Mi pareja, algún amigo y eso me da pistas sobre como te llega a entender el tendido. Ellos se quedan con esos detalles de irte a la puerta de chiqueros, el inicio con el capote a la espalda, matar recibiendo, etc. Son experiencias que necesita alguien como yo que apenas tengo sesenta o setenta corridas a mis espaldas, te entra ese miedo de pensar si tu cabeza va a ser capaz de proyectar un guión lógico y en eso es normal que fuese sintiéndome mejor a poco que cada lidia iba pasando y me aportaba seguridad.

–¿A portagayola cuando ya estaba todo hecho?

–Me había ido pensando para las tablas después del toro de Pereda y se me cruzó por la cabeza hacer algo diferente. Tal como llegué le dije a mis banderilleros que me iba para la puerta de chiqueros y se quedaron sorprendidos. Fue un chispazo porque no es que no me haya ido en mi vida a semejante trance, sino que jamás lo he entrenado; estaba allí y no me importaba nada. Era lo que yo quería hacer con mi tarde y si salió bien pues mejor que mejor.

–Estaba el morbo, por llamarle de alguna forma, de ese tercer acto. Primer encuentro entre tú y un cuadri. Sin querer hacer exclusiones respecto a cualquier otro ganadero porque con ellos habías triunfado, sí te pregunto por la experiencia.

–Grata. Importante porque el toro tuvo su tralla en el recibo de capote y mejor o peor le aguanté la tirada y con la muleta sentí que el animal tuvo nobleza y un ritmo excelente. Yo estaba a gusto con él hasta que perdió las manos y creo que se afligió un poquito. Alguien me ha dicho que al toro se le dierondos puyazos y es verdad pero también es verdad que no se le pegó porque ordené que era solamente un picotazo y fue más por el espectáculo para el tendido entre picador y toro. No porque yo necesitara desgastar al toro.

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