Toros

Elogio de la bravura a un bravo y noble ‘Estafador’

  • Dentro de una tarde ganaderamente importante hay un toro de Manuel Ángel Millares al que el destino no hizo justicia en base a la nobleza, raza y clase que tuvo

Lo confieso, no es fácil pensar casi todo el tiempo en un toro bravo pero a mí me pasa desde que hace cinco días me lo encontrara en Valverde del Camino. Generalmente el aficionado viene a recordar faenas. No suelen ser muchos los toros que se nos quedan en la memoria. Todo depende, claro, de como tengas ya la memoria, de como haya estado el torero y efectivamente de como se ha comportado ese toro. Son muy pocos repito y aunque la memoria se deja aun, quitando a ese Cobradiezmos de Victorino o a un Zalduendo en Almería frente a Talavante en agosto de 2015, pocos toros me han enredado tanto la cabeza como ese Estafador de Manuel Ángel Millares. Son muchas veces que no sabemos el por que volvemos sobre nuestros pasos pero hay una sensación agridulce que me persigue sabiendo que ese toro era de vaca. Que el premio de la vuelta al ruedo es un premio importante, sí, pero no definitivo. Que faltó poner en hora todos los relojes del tendido para que pasara algo más que hubiese sido bueno que pasara.Escribo hoy porque no quiero que se borre de la memoria de esta feria ni de la que fue una tarde importante en todos los conceptos uno de los toros más bravos y con más clase que recuerdo. Uno de los más me ha emocionado como aficionado en una plaza de toros. Ya les digo, la memoria a veces es selectiva más nunca debe ser indiferente si es que nuestra condición de aficionado no lo impide. Reivindicar hoy esa bravura completa de pitón a rabo que tuvo ese toro no es cuestión de concursos, premios, jurados o presidentes. Al carajo la competición. Enhorabuena a los premiados en su grandeza de ganaderos, que la tienen. Escribo porque después de sentir esa faena en la plaza, de hablar con amigos aficionados y cuando le he pedido a mi amigo Gilberto que me enviase dos o tres fotos buenas del toro le acabo de ver enterrar prácticamente el pitón en el albero, volver a buscar la muleta una y otra vez, arrancarse al caballo con el pecho por delante en esa verdad de bravo con la que se echó al lomo las dos varas que le dejaron tomar. Después de esto, además de esto, a uno se le cae la cara de vergüenza que nadie, y digo nadie, en la plaza sacara suficiente orgullo de aficionado para pedir la vida de ese toro. Para airear esa pasión que dejó Estafador en la plaza, en la faena, en la tarde. En el pensamiento.Conozco bien esos cercados de Pelegrín y Los Millares. Los he visto y repasado. No se de donde ha salido ese toro. Me da igual la madre que lo parió y el semental que lo engendró, pero Estafador no solo era de vaca, era de ganadería. Sinceramente, que después de tanto indulto sensiblero se nos haya ido para el desolladero un toro de tal calibre da que meditar si está preparado el público para tomar la iniciativa sin que ningún palmero inicie el habitual coro lastimero del ‘no lo mates’ tan eficaz en bastantes indultos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios