Toros

Madrid, Miranda y el Wellington. Está todo.

  • Una Puerta Grande, una pandemia y un marcador a cero. El torero triguereño busca de nuevo su protagonismo en este San Isidro 2022 

David de Miranda torea esta tarde a Madrid, el escenario de su gran éxito en 2019

David de Miranda torea esta tarde a Madrid, el escenario de su gran éxito en 2019 / Ballesteros / Efe (Madrid)

La vida ha sobrepasado el tiempo. Tres días más han transcurrido desde que un desconocido torero triguereño hace tres años ya confirmara con rotundidad su alternativa en Las Ventas. El veinticinco de mayo de 2019, el hall del Wellington, junto al hotel Victoria uno de los de màs honda estirpe taurina de Madrid, dejaba escapar de entre sus cristales la silueta de un torero y su cuadrilla. Las Ventas, ese escenario imponente para quienes buscan que su carrera adquiera importancia, se abría a las expectativas de una tarde que a priori había atado ante el televisor a miles de triguereños expectantes de que su torero hiciese el paseíllo con El Juli, descabalgado Ponce de la terna inicial, y Paco Ureña.Esperanzas, todas; expectativas: el no desastre. Que el escenario no se impusiera al torero. Por aquel entonces, mayo del 19, a todos nos supo a gloria que Madrid anunciara al de Trigueros y que lo hiciese en un cartel cuidado, mimado por la empresa y la confianza de Simón Casas. Nadie discutió que fuese una sola tarde la que le tocase a David de Miranda en San Isidro. Nadie la discutió, como se discute ahora.Después… ese toro de juampedro... la entereza de Miranda...el rugir de Las Ventas…el sabor de la gloria… ¡Buah, cosa grandiosa!. Temporada en ruedos nuevos, sustituciones en ferias de muchos sabor y el peso de una temporada que tenía expectativas de futuro y que pareció fulminar ese virus que por diciembre ya iba dejando rastro de maldad. Obvio lo complejo y lo sabido pero me da pie a pie a decir que no fue el virus sino esa caterva que maneja el toreo la que una vez salida de su madriguera borró del mostrador lo que se debía y echaron cuentas nuevas. Las cuentas de repartirse las ferias en lotes grandes. La ambición de lo que algunos llaman figuras volvió a dejar en secano los esfuerzos de muchos jóvenes y en especialmente el del triguereño.Durante este tiempo donde todo se quedó quieto llegaron debates. Ideas y convencimientos de los ajenos al torero. A todos nos pudo más la ansiedad que al propio torero. Opinamos, supusimos, sentenciamos con la clara diferencia de que solo el torero es dueño de su destino. De elegir a sus compañeros de camino. De confiar su suerte a quien le parezca oportuno y de necesitar a quien necesite a su lado para sentir la profesión. Respetaré cualquier opinión, pero lo digo antes de que pase lo que pase esta tarde, el problema de David de Miranda no es Jorge Buendía. No es su apoderado. El problema de un torero nunca puede ser alguien cercano que escuche, sienta, llore o ría cuando toque. El problema no puede ser quien te haya acompañado en la aventura desde el comienzo; desde aquellos primeros pasos. Apuesto siempre por esa figura de alguien que no sea capaz de tirarte a la basura al primer problema. David no necesita debates. Necesita apoyo incondicional. Apoyo sincero independientemente de lo que decida hacer con su carrera. Pocas veces ha tenido Huelva en los últimos tiempos un torero con tanta impronta de poder codearse con la élite. Me impone la serenidad y la madurez del torero para no quejarse. Para asumir la profesión. El silencio de un torero que vuelve a Madrid a ponerse delante de dos toros a jugarse parte de un destino por el que necesariamente hay que pasar. Porque Sevilla puede ser un adorno en el currículum pero Madrid es todo en la carrera de cualquiera y Miranda no va a ser menos en ese sentido.He huido de la entrevista de rigor. Parecía ruin preguntar a un torero sobre dos años y pico de desasosiego. Se hacia injusto hablar de tanto tiempo de silencio. ¿Contar qué?... ¿que duelen menos las heridas que el silencio que impone la falta de sitio en las primeras ferias?.Hace tres años en ese reportaje titulado ‘Dos hombres y un destino’ el torero triguereño hablaba de metas, de sueños por lograr de esa plaza grande que llegaba en forma de deliciosa oportunidad.Hay un estrecho ritual entre el torero y yo. Hablar el mismo día que se sale de viaje. Ocurrió aquel 24 de mayo del 19 y volvió a ocurrir ayer poco antes de que David buscara ese tren Ave que le dejó ya de nuevo en Madrid. Esta vez no es un chiquillo el que llega a esa plaza. Esta vez Miranda va con la montera calada y sabiendo a que sabe esa puerta que está frente a él en el paseíllo. Miranda sabe que esa plaza que rugió complacida y sorprendida le espera de otra forma. Con otra exigencia, pero eso a estas alturas no es algo que vaya a asustar a alguien que ha pagado tan caras sus facturas en la travesía por este mundo del toro.Hoy torea Trigueros. Otra vez el Wellington. Otra vez Las Ventas. De nuevo una sola oportunidad en los carteles. Prácticamente como estaba hace tres años. La historia debe repetirse. Mañana hablamos.

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