Cultura

Consolación obtendrá indulgencia plenaria por el Año Jubilar

  • La hermandad peregrinará el 29 de marzo a la basílica sevillana de la Esperanza Macarena

La Hermandad de Consolación de Cartaya peregrinará corporativamente el sábado 29 de marzo a la basílica de Santa María de la Esperanza Macarena de Sevilla con el fin de obtener la indulgencia plenaria en el marco del Año Jubilar, concedido con motivo del cincuenta aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza Macarena.

Para ello, según indicaron desde la hermandad cartayera, se está organizando una excursión en la que podrán participar todos aquellos cartayeros que lo deseen por 15 euros.

Los participantes saldrán hacia Sevilla a las 9:30 del 29 de marzo desde el colegio público Concepción Arenal. Una vez ya en la capital hispalense, se dispondrá de la mañana y el almuerzo libre.

Posteriormente, los asistentes se reunirán para dirigirse hacia la basílica de la Macarena, donde tendrá lugar, a las 17:00, una misa en honor a la hermandad cartayera, que será presidida por su director espiritual y además párroco de Cartaya, Manuel Domínguez Lepe. Contará con el acompañamiento musical del grupo de cámara Santa Cecilia.

Una vez acabada la eucaristía, visitarán el camarín de la Virgen de la Esperanza Macarena y el museo de la misma, donde podrán admirar el vasto patrimonio que dicha hermandad sevillana posee.

Así, entre otros muchos enseres, verán los pasos de la cofradía, los tres mantos bordados de la Macarena, o la corona de oro de su coronación canónica.

Del mismo modo, todos los asistentes serán obsequiados con un pergamino acreditativo de la indulgencia plenaria. La penitenciaría apostólica por mandato del sumo pontífice concede la indulgencia plenaria durante el Año Jubilar macareno a los fieles cristianos que, estando en las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por la intención del Santo Padre), visiten en peregrinación la imagen de María Santísima de la Esperanza Macarena y participen devotamente en las funciones sagradas o en los ejercicios de piedad. O al menos, que durante un tiempo adecuado meditaran piadosas consideraciones, concluyendo con la oración del Señor, el símbolo de la fe e invocaciones a la bienaventurada Virgen María.

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