Ciclo Tarantino

Ciclo Tarantino

16 de abril 2010 - 05:00

Gota de Leche.- T.O.: "Pulp fiction".- Producción: Estados Unidos, 1992.- Duración: 153 minutos.- Dirección: Quentin Tarantino.- Guión: Quentin Tarantino basado en un argumento de Roger Avary y Quentin Tarantino.- Fotografía: Andrzej Sekula.- Música: Karyn Rachtman.- Montaje: Sally Menke.- Intérpretes: John Tarvolta, Samuel L. Jackson, Uma Thurman, Harvey Keitel, Tim Roth, Amanda Plummer, Bruce Willis, María de Medeiros, Ving Rhames, Eric Stoltz, Rosanna Arquette, Christopher Walken

Siguiendo este breve ciclo dedicado a Quentin Tarantino, un director siempre polémico como comentábamos en la crítica de Reservoir dogs (1992), la película que iniciaba estas sesiones, nos corresponde hoy analizar este film, Pulp fiction -con varios premios en su haber, incluido el Oscar al mejor guión original, la más nominada y la más derrotada de aquel año- que, para muchos, es uno de los trabajos más característicos de este realizador. Larga, excesivamente prolija esta historia que obedece perfectamente a su título, aunque se distinga por una de esas características habituales suyas: un vacío narrativo y una acumulación de personajes, experiencias, detalles y conflictos. Porque Tarantino puede concebir el más alambicado de los relatos, y éste lo es, sin que pase nada realmente en el mismo.

Efectivamente Pulp fiction continúa aferrada a la estructura literaria que ya vimos en la citada Reservoir dogs, que, insisto, para mí es lo mejor de su filmografía, pero en este caso la discontinuidad narrativa se produce por la intromisión de unas historias en las otras. Es decir, que el relato se bifurca en diferentes subtramas sin continuidad. En suma es toda una pirueta narrativa, auténtico artificio que supone toda una reconstrucción retórica del propio relato. Por cierto abre con otra escena de restaurante como ya recordaba en la crítica de la tan repetida Reservoir dogs, con la dulce pareja formada por Pumpkin (Calabaza) y Honey Bunny (Conejito de miel), que encarnan Tim Roth y Amanda Plummer. Apuran su desayuno y discuten sobre las dificultades de atracar un banco y la facilidad de asaltar el restaurante en el que se encuentran. Finalmente acalorados y autoconvencidos, se levantan pistola en mano antes de que comiencen a aparecer los títulos de crédito.

Contrariamente a lo que veíamos en la tan citada película cuanto viene después no tiene nada que ver con ellos. Los verdaderos protagonistas de la historia son John Travolta y Samuel L. Jackson, de los que un poco más tarde el director nos muestra un plano-secuencia mientras bajan del coche y llegan a su destino, siguiéndoles con la cámara estableciendo sólidos vínculos visuales. Quentin Tarantino desglosa sus relatos y desarrolla con absoluta lógica narrativa las distintas subtramas. Como en casi toda su filmografía se mantiene fiel la estructura literaria que ha sido norma de sus realizaciones. ¿Por qué nos llama la atención la fórmula de composición de su película más allá de nuestra consideración sobre lo acertado o no de su trabajo en una estricta valoración personal?

Porque ese artificio narrativo del que hablábamos se fija en el orden del mismo que permite idas y venidas, reapariciones de personajes desaparecidos, lagunas expositivas, círculos concéntricos y otras artimañas del relato estructurado en bloques. Quizás esto sea lo más llamativo de Pulp fiction y esto la haga más singular. Siempre será uno de esos casos que animan un debate, que enriquecen, para bien o para mal, una discusión para analizar al completo la película. El propio Tarantino lo dijo alguna vez y expresó muy bien las peculiaridades que le han hecho famoso e ídolo de algunos: "Yo no intento decir ninguna cosa, sino crear personajes y contar una historia a partir de la cual el sentido puede aparecer". Es la construcción artificial y para nada realista de sus argumentos. Dejémoslo ahí.

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