Carlos Sánchez refleja la Aracena del siglo XVII en 'Retablo barroco'
El escritor presentó ayer su último libro, una historia novelada que analiza la sociedad local de la época con sus luces y sus sombras
La vida de Aracena a principios del siglo XVII, con las diferencias entre barrios, el humanismo y la intelectualidad de sus principales personalidades pero también con las sombras de la Inquisición están reflejadas al detalle en el último libro de Carlos Sánchez, Retablo barroco (Aracena 1600-1615), de la editorial Niebla, que fue presentado ayer en el salón de actos del Ayuntamiento aracenense.
Al autor, consumado escritor de ensayos, narrativa y poesía, no le gusta referirse a su última obra como novela, aunque dispone de un hilo argumental en el que presenta las distintas tablas que componen este particular retablo histórico, probablemente el más aproximado a la realidad del municipio en una época en la que ya destacaba por ser uno de los grandes núcleos de la provincia de Huelva, con un millar de habitantes a las puertas del siglo barroco.
Sánchez se vale de la mirada observadora de un joven taciturno que acaba de abandonar el noviciado del monasterio de Yuste. El protagonista hace un recorrido de la sociedad de la época, en la que puede percibirse el peso siniestro de la Inquisición y el recuerdo obsesivo de aquel auto de fe, el segundo celebrado en España, que conmocionó a Aracena en 1481. La Inquisición persiguió a los judaizantes primeros, luego a los sospechosos de luteranismo, y más tarde a los moriscos y los alumbrados. De todos ellos hay alusiones en el libro.
Pero no todo es sombrío. También caben resaltar aspectos luminosos: la herencia humanista que dejó Arias Montano creando la Cátedra de Latinidad, o la figura de su heredero intelectual, Pedro de Valencia, que encarna la mentalidad del nuevo siglo.
Y como es característico de los retablos barrocos, también en éste destacan los contrastes, las luces y las sombras. Las diferencias que acusan los distintos barrios, el antagonismo entre dominicos y carmelitas, los recelos que distancian a cristianos viejos y conversos, la difícil convivencia de cristianos y moriscos que culminó con la expulsión de estos últimos en 1610. Y también la oposición entre la vida rutinaria del pueblo y el sueño de libertad y riqueza que suponía pasar a las Indias. Y sobre todo eso, el amor, capaz de superar los conflictos ideológicos y sociales.
Carlos Sánchez (Aracena, 1939), que ha dedicado la mayor parte de su tiempo a la enseñanza en el Instituto de Secundaria de la localidad, ha escrito numerosos ensayos y obras narrativas y poéticas. Como ensayista, es autor de La Peña y Arias Montano (1992), Perfil de un humanista (1996), El humanista Arias Montano (1998), El frescor de los montes (2001), La poesía social de J. Font-Espina (2004) y La poesía existencial de J. Font-Espina (2009). Entre sus obras narrativas y poéticas se encuentran Último otoño (2009), Cuba, cartas de un emigrante (2011), Río abajo (2013), A estas alturas (1990), premio Odón Betanzos; Al socio deseado (2001) y Tiempo al tiempo (2008). También ha cultivado el relato corto, en el que destaca Con un canto en el pecho, finalista del Ciudad de Huelva (1994) y No pretendas saber, Premio Fernando Belmonte (2001).
Retablo barroco (Aracena 1600-1615) se presentó en la tarde de ayer en Aracena, en un acto presentado por Antonio Maíllo, coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía, y Mario Rodríguez, reconocido poeta e historiador local.
También te puede interesar
Lo último