El estadounidense Jeff Bridges, Óscar al mejor actor en 2010 por Corazones rebeldes, aseguró ayer que ha creado un "mito moderno sobre la tecnología" con Tron: Legacy, secuela de la mítica Tron (1982), en la que también encarna el papel protagonista.

Bridges vuelve a ponerse 28 años después de la primera entrega en la piel del programador Kevin Flynn, quien, tras formar una familia y seguir investigando en el campo de los videojuegos, desaparece súbitamente sin dejar rastro.

"Estaba muy implicado en la historia. Quería realmente que fuera buena, no sólo tenía que ser una película fantástica para ver. Tiene una historia muy sustanciosa y creo que hemos creado un mito moderno sobre la tecnología", comentó Bridges sobre Tron: Legacy, dirigida por Joseph Kosinski y que destaca por su efectos visuales.

La película de Disney, que se estrenará en España el próximo día 17, incide de nuevo en el peligro de la tecnología y la inteligencia artificial, y en este caso es el hijo de Flynn, Sam (Garret Hedlund), quien se introduce en el mundo paralelo digital (The Grid) para rescatar a su padre tras años sin saber de él.

"No quiero desvelar sorpresas para el público, pero Flyn es bastante distinto, un hombre diferente que en Tron", afirmó el actor estadounidense sobre su personaje, en el que el paso del tiempo ha hecho mella. Para el intérprete, la importancia de la película reside en poner en cuestión qué tipo de legado van a encontrarse las futuras generaciones, por la relación actual entre la tecnología y la humanidad.

No faltan las escenas de carreras mortales con motocicletas futuristas, que ya se han convertido en legendarias por las repetidas parodias que se han visto a lo largo de estos años, aunque, como reconoce Bridges, el aura de este film se incrementó con el paso del tiempo.

"Originalmente, cuando salió Tron no fue un gran hit. Con los años se volvió un filme de culto, pero en sus comienzos no tuvo mucho éxito", admitió Bridges, que encarna un doble papel en esta cinta al interpretar también a su "alter ego" Clu, el programa informático hecho a su semejanza.

Sin embargo, Clu mantiene la misma edad que en 1982, por lo que en la película se produce el extraño fenómeno de ver a dos Bridges diferenciados por un salto generacional.

"Es muy excitante, porque Bridges interpreta dos papeles en esta película: Kevin Flynn, que tiene 60 años, y su avatar Clu, que tiene 35 años. Creo que es la primera vez que un actor es capaz de actuar contra sí mismo siendo mucho más joven, gracias a la utilización de técnicas avanzadas digitales", comentó por su parte el productor de la cinta, Sean Bailey. Para Bridges, verse tan joven mientras actuaba fue tan extraño como "cuando uno oye su voz por primera vez en una cinta", e indicó que no cree que Clu sea "un mal tipo", sino "diferente", a pesar de que es el malo de esta obra de ciencia ficción.