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Cultura

Borges va en busca del atardecer

  • El editor Pedro Tabernero publica la versión ilustrada del primer poemario del autor argentino, 'Fervor de Buenos Aires', un texto que celebra ahora los 90 años de su aparición

El editor Pedro Tabernero promueve la primera versión ilustrada de Fervor de Buenos Aires, de Jorge Luis Borges, una publicación que conmemora los 90 años de la aparición de este libro con el que el autor argentino debutaba en la poesía, un homenaje íntimo y contemplativo -el fervor del título puede sonar, tal vez, equívoco- a una capital aún próxima al campo, en la que su artífice canta a los atardeceres y a la serena belleza de los arrabales. "... Divisé en la hondura / los naipes de colores del poniente / y sentí Buenos Aires. / Esta ciudad que yo creí mi pasado es mi porvenir, mi presente", escribe en el poema Arrabal un Borges que ha regresado de Europa y encuentra en la periferia de su ciudad el paisaje con el que su corazón se reconoce.

El libro, que se presentó recientemente en el Instituto Cervantes de Nueva York, centro en el que Borges pone nombre a su biblioteca, y que tendrá también su puesta de largo en Buenos Aires gracias al apoyo del Ministerio de Cultura de la metrópoli, cuenta con la reinterpretación de los versos por parte del ilustrador Pablo Racioppi (Buenos Aires, 1966), un pintor y director de arte cinematográfico que ha trabajado, entre otros filmes, en El hijo de la novia o la española Las voces de la noche. El dibujante tenía la obra entre los títulos fundamentales de su biblioteca, a la que, reconoce, volvía "una y otra vez como quien consulta un libro sapiencial. Borges era el autor que nos enseñaba, a mí y a algunos amigos con los que compartía semejante descubrimiento, una original forma de entender el universo. Puedo decir sin pudor que no sería yo quien soy si no lo hubiera descubierto". Fue la viuda del escritor quien eligió a Racioppi. "Le pasamos propuestas de tres ilustradores distintos y curiosamente escogió a un argentino, sin saber su nombre ni tener referencias de él", explica Tabernero sobre los orígenes de esta versión que acompañael texto de 80 pinturas.

Fervor de Buenos Aires, cuarto volumen de la colección Poetas y ciudades tras Poeta en Nueva York, de García Lorca, Diario de un poeta reciencasado, de Juan Ramón Jiménez, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre, es para José María Conget, autor del prólogo de un volumen que incluye asimismo un texto introductorio del discípulo de Borges Isaías Lerner, "un libro de poesía amorosa camuflada tras la enunciación estremecida de unas plazas, unas esquinas, unas salas familiares". "Los patios y su antigua certidumbre, / los patios cimentados / en la tierra y el cielo. / Las ventanas con rejas / desde la cual la calle / se vuelve familiar como una lámpara", describe Borges en la pieza Cercanías, en la que acaba confesando: "He nombrado los sitios / donde se desparrama la ternura / y estoy solo y conmigo".

El poemario que rescata Pedro Tabernero es la reescritura que el autor de Ficciones y El Aleph hizo en 1969 del original. "Borges decía que los editores servían para dejar de hacer borradores", cuenta Tabernero sobre la costumbre del autor de volver a sus textos y pulirlos. "He mitigado sus excesos barrocos, he limado asperezas, he tachado sensiblerías y vaguedades", concretaba Borges en esa edición de 1969. El narrador y poeta sentía que Fervor de Buenos Aires concentraba las claves que desarrollaría en su carrera, "prefigura todo lo que haría después", y se identificaba con el muchacho de los años 20. "Somos el mismo; los dos descreemos del fracaso y del éxito, de las escuelas literarias y de sus dogmas", decía el escritor. Aunque algo en su temperamento sí ha cambiado con la edad, concluye Borges: "En aquel tiempo, buscaba los atardeceres, los arrabales y la desdicha; ahora, las mañanas, el centro y la serenidad".

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