Cultura

Arte con un sabor muy dulce

  • El pastelero Guillermo López realiza artesanías en azúcar que expone en el hotel El Coto

Artísticas reproducciones en azúcar. Nada se le resiste a Guillermo López, pastelero del Hotel El Coto (Matalascañas), miembro de una estirpe de afamados reposteros. Su padre, Manuel López, del que aprendió todo lo que sabe, fue maestro pastelero de La Campana (Sevilla), y sus hermanos, tíos, primos y sobrinos siguen este tradicional oficio.

Estética y sabor siempre han ido de la mano en la repostería, fundamentalmente en el caso de las tartas. Fue en este campo, en el que López, que subraya que "nací, como quien dice, en una pastelería", hizo sus pequeños pinitos, mostrando su faceta creativa con un dibujo de Mazinger Z, protagonista de la serie de televisión que se emitía en la década de los setenta, "era lo que se demandaba en aquellos tiempos".

Lleva treinta y cinco años en el oficio y durante este tiempo ha plasmado su creatividad en tartas, pasteles, huevos de chocolate... Desde hace un lustro compagina su trabajo de pastelero en el hotel con la realización de obras de arte en sí. Comenzó con la carreta de un Simpecado rociero, una reproducción en miniatura, a la que no le falta el más mínimo detalle, y esta Semana Santa ha realizado la réplica del paso de palio de María Santísima de la Esperanza Macarena Coronada, de Sevilla, su localidad natal.

López explica que en el hotel le dan facilidades para que pueda desarrollar su faceta artística. Para sus obras emplea como materia prima el azúcar glass. Subraya que a la hora de crear le inspira su padre, "que ha sido mi gran maestro", e indica que para hacer este tipo de trabajos "te tiene que gustar el oficio", ya que "hay que echarle horas y no lo harías si no te gusta".

En el paso de palio de María Santísima de la Esperanza Macarena Coronada, de Sevilla, empleó dos meses. Es una labor que requiere mucha paciencia y dedicación. Todo está hecho de azúcar, con excepción del manto de la Virgen y el techo de palio en el que ha utilizado fondant. Necesitó unos quince kilos de azúcar para hacerlo, "son muchas piezas".

Empezó con el armazón del paso y sobre él fue realizando el resto de las piezas (varales, candelería, jarrones de flores, faldones del paso, la imagen de la Virgen...), "es como si hubiera montado un paso de verdad". Aparte del paso, también ha elaborado esta Semana Santa huevos de pascua, pintados a mano, que decoró con imágenes de la Semana Mayor de Sevilla, así como con motivos florales, hechos con mazapán.

Su próximo proyecto es la ermita del Rocío. Se pondrá manos a la obra después del verano. Explica que "ahora empieza una época de bastante trabajo" y no puede dedicar tiempo a sus réplicas en azúcar, pero asegura que para la romería de 2015 la reproducción de la emblemática edificación estará lista. Los trabajos los expone en las instalaciones del hotel El Coto.

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