Jorge Martínez. Guitarrista y vocalista de Ilegales

"Ahora la gente habla mucho menos de fútbol y mucho más de política"

  • Nunca se fueron del todo, pero hacía más de una década que no editaban nuevo disco 'La vida es fuego', con presentación hoy en Sevilla, rompe el silencio de una banda legendaria

"Estoy escuchando un recopilatorio de éstos de la revista Mojo. En este momento suena Big Joe Turner". La música se cuela por el teléfono mientras Jorge Martínez, corazón y alma de Ilegales, se dispone a hablar de su inminente concierto en el festival Territorios Sevilla. La banda asturiana, en la actualidad completada por Jaime Belaústegui a la batería y Alejandro Espina al bajo, editaba recientemente un nuevo álbum, La vida es fuego, tras 12 años de silencio discográfico. Pero quien piense que asistimos a otro de esos proverbiales retornos de grupos de los 80 se equivoca: Ilegales nunca se fue del todo. Tras Si la muerte me mira de frente me pongo de lao (2003), el trío siguió dando conciertos aquí y en Hispanoamérica, reunió sus no pocos himnos en una caja con nueve discos -126 canciones ilegales (2009)-, rescató cortes inéditos -11 canciones ilegales (2010)- y registró un directo -Ni un minuto de silencio (2012)-. Además, Martínez puso en pie Jorge Ilegal y Los Magníficos, una formación volcada en estilos sólo a priori ajenos a ese rock visceral marca de la casa, y en el fondo tan inteligente, que forma ya parte del patrimonio musical español.

-¿Cómo reacciona el público con las canciones de La vida es fuego?

-Muy bien, probablemente porque es un disco que recoge todos los tics de Ilegales. Quiero decir, que no es un disco experimental, pero sí muy ilegal.

-Después de más 30 años en activo, ¿hay público nuevo en los conciertos?

-Lo que de momento pretendemos es reconectar con el público de siempre. Aunque ya en la última época había mucho público nuevo. De hecho, una vez que estuvimos en Córdoba, había gente que me traía la caja de 126 canciones ilegales para que se la firmase y creía que era un disco nuevo. Así que también tenemos un público nuevo. O lo teníamos...

-No hace mucho, León Benavente versionaba una de sus muchas canciones emblemáticas, Europa ha muerto

-Son valientes León Benavente recuperando una canción de un grupo considerado peligroso. Y está bien que se hagan cosas así. Hay más versiones por ahí. Hay un grupo llamado Non Servium que hace una de Bestia, bestia. También un grupo alemán versionó Ella saltó por la ventana. Han hecho versiones nuestras en Ecuador, en Colombia... Algunas son un poco cómicas, tengo que reconocerlo.

-Aunque Ilegales siguiera en activo, le dio carpetazo a su discografía en 2003. ¿Por qué?

-Por incapacidad. En ese momento afrontaba la puesta en marcha de Jorge Ilegal y los Magníficos, con una música que no cabía dentro de Ilegales, y no era capaz de hacer las dos cosas simultáneamente. Pero tras dos discos con Los Magníficos tenía tal colección de nuevas canciones para Ilegales que podría hacer dos elepés. Me hubiera parecido un desperdicio no recuperar el grupo. Estoy bien de salud, me encuentro en plena forma. Lo vais a comprobar en Territorios. Aunque seguro que el calor me acaba afectando. ¿Cómo está la temperatura?

-Sorprendió aquella jugada con Los Magníficos: del rock al bolero, la bossa, el son, el joropo, el chachachá…

-Toda la gente que ha pasado por Ilegales tiene una cultura musical amplia. Puedes tocar cualquier cosa con estos músicos. Está claro que Ilegales es un grupo de rock, pero el rock roba de muchas músicas. Por ejemplo, una canción bandera como Louie Louie de The Kingsmen está basada en un mambo. Y así, tantas otras. El rock ha aprendido muchísimo de la música que hay más al sur. Y yo soy una especie de musicólogo aficionado... Si escuchas el Toda una vida de Osvaldo Farrés, que aquí popularizó Antonio Machín, descubres que no es muy diferente de Summertime. La raíz es común. En la música popular siempre está todo muy mezclado.

-¿Qué me dice de Jamaica?

-La música jamaicana es muy interesante. Pero luego están las islas de Curazao, donde hablan papiamento, una mezcla de español, francés, portugués... Vi a un grupo de una de esas islas que hacía una especie de soul muy raro, con palabras en inglés y en francés, y de pronto te soltaban una frase en español. Era algo rompedor.

-Se lo comentaba porque, entre tantas otras, en la influencias invisibles de Ilegales se rastrean pistas del reggae. ¿Herencia del punk británico de los 70?

-Bueno, quizás el punk que nosotros escuchábamos era más de los 60, música de garaje, pero los 70 nos cogieron de pleno. Y sí que hay cosas de reggae. Pero es que en el reggae también hay cosas del twist… No hay elementos puros. Es curioso, porque son estilos considerados desechables por las emisoras y las discográficas, pero que de una manera u otra siempre están reapareciendo. En La vida es fuego hay elementos de rock'n'roll muy clásico, elementos de punk muy terroso, y también tiene que haber influencias hispanas… ¿Cómo no? En España se ha hecho un montón de música, que vete a saber de dónde viene. ¿Has escuchado tontería mayor que ésa de Europa termina en los Pirineos? No señor, eso es una mentira enorme: casi toda lo que da pie a eso que hoy conocemos como cultura europea pasó por la escuela de traductores de Toledo. Pues con la música, igual.

-Me lleva otra vez a Europa ha muerto, editada en 1982 y tan vigente como si se hubiera compuesto hoy. ¿Recuerda qué pensaba cuando la escribió?

-Creo que las canciones de Ilegales, en realidad, no es que hayan envejecido bien, es que no han envejecido en absoluto. Creo que pasa con todo nuestro repertorio. Y sí, recuerdo por qué escribí esa canción. Oyendo cómo iban los tratados pensaba entonces que Europa no tenía ninguna posibilidad. Ahora, negociando el TTIP a nuestra espaldas, lo que parece es que va a ser fagocitada por los grandes trust empresariales... Habrá que levantarse y luchar porque ésta es nuestra pelea, como decía Tiempos nuevos, tiempos salvajes.

-¿Cómo vive el momento político actual?

-Ahora la gente habla mucho menos de fútbol y mucho más de política. En los bares, si te fijas, se habla muchísimo de política.

-Bueno, también se habla mucho de fútbol, pero se practica poco. Quizás nos pase igual con la política.

-Ja, ja, ja... Pero en política, al menos, se puede votar. En el fútbol el único que bota es el balón. Creo que las cosas van a cambiar un poco. Los procesos de infantilización del ciudadano van a resultar más difíciles , precisamente porque hay mayor interés por la política.

-Lo veo optimista...

-Sí, en eso sí. No sé cuánto durará, pero si el nivel de los electores sube, el de los políticos tendrá que subir. De hecho, creo que muchos han sido sobrepasados por sus electores. Han quedado antiguos, caducos, y se tienen que ir. Aunque a nadie se le exige un carnet para votar, pero sí para conducir. Por eso políticamente se producen tantos atropellos.

-¿Cómo será el concierto en Territorios?

-Dispondremos sólo de 70 minutos, que es poco tiempo para un grupo con un repertorio tan amplio y acostumbrado a dar conciertos de dos horas. Pero, bueno, lo hemos adaptado. Vamos casi sin respirar y conseguimos meter, creo, 22 canciones. Aunque sea a costa de nuestros pulmones...

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