Cultura

Águilas pescadoras de Marismas del Odiel

  • Personal del paraje natural anilla a dos pollos de los ocho registrados este año

El Paraje Natural Marismas del Odiel afianza su condición de principal zona de cría del águila pescadora en la Península Ibérica. La colonia reproductora va creciendo, lo que supone un avance en la reintroducción de la especie. Actualmente hay cuatro parejas -una más que en la campaña anterior-, tres de las cuales están reproduciendo y la cuarta está haciendo el nido. Sólo una de las parejas es sedentaria, permanece en esta reserva de la biosfera durante todo el año, mientras que las otras tres son migratorias.

Desde que en 2009 se registrara en Marismas del Odiel la primera águila pescadora reproductora, han nacido en el paraje veintiséis pollos, entre los que se encuentran los ocho contabilizados este año, cifra que se podría incrementar en uno más, según indicó el director conservador del paraje, Enrique Martínez, con lo que se igualaría el número de crías de 2013.

Dos de estos ocho pollos, crías de la primera pareja reproductora, fueron anillados ayer, una actuación, enmarcada en la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, en la que participó la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Josefa González, voluntarios de la Diputación Provincial de Huelva y personal del paraje natural.

El grupo partió del centro de recepción Anastasio Senra hacia la Isla Saltés, donde se encuentra la torreta de madera, sobre la que ubica el nido, el primero en el que, en 2009, empezó a reproducirse el águila pescadora en la península ibérica desde su extinción en el siglo XX. Martínez apuntó que las águilas pescadoras siempre acuden al mismo nido. En Marismas del Odiel fomentan la reproducción construyendo torreta y ayudando a las aves a realizar y conservar los nidos. Ya está en proyecto la construcción de una nueva torreta, subvencionada por Cepsa. La empresa aporta el dinero y la construcción de la infraestructura corre a cargo del personal de Marismas del Odiel.

Los vehículos accedieron al Acebuchal para dirigirse al Estero de los Difuntos, donde se encuentra la torreta con el nido. Parte del camino hubo que realizarlo a pie. Sobrevolando el nido en círculo a una gran altura, la pareja reproductora advirtió a los pollos de la presencia humana. El ornitólogo José Manuel Sayago, y Juan Hernández, que construyó la torreta, fueron los encargados de coger las crías. "Es importante identificarlas para tener controlado las migraciones", explicó el director conservador del paraje.

Los pollos, los dos machos, tienen cinco semanas. Ambos permanecieron quietos mientras Sayago les ponía la anilla. "Están parduscos, se tienen que poner amarillo intenso", indicó respeto al plumaje, a lo que añadió que "están bien alimentados, tienen el buche lleno". Tras pesarlos -1,5 kilos y 1,3 kilos respectivamente-, y fotografiarlos, los devolvieron al nido.

Sayago comentó que el águila pescadora es un ave rapaz "muy peculiar", ya que se alimenta exclusivamente de peces. "Tiene los intestinos más largos que cualquier otra rapaz porque digiere todo: las escamas, las aletas y las espinas dorsales de los peces, se las traga y las va digiriendo".

El ornitólogo señaló que las uñas de las patas tienen la misma curvatura y el mismo tamaño y cuando el ejemplar cumple un mes de vida se le cubren los dedos de espículas "que evitan que se les escapen los peces". En cuanto a la cabeza, subrayó "que no hay individuo que tenga el diseño encefálico igual, éste no varía con la edad, es un carné de identidad" y destacó que el águila pescadora "es muy tranquila respecto a otras aves rapaces".

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