Festival de Huelva | Encuentro de Prensa

Actrices mucho antes del #MeToo

  • El periodista Eduardo Moyano presenta su libro Con nombre de mujer en el marco del VI Encuentro Iberoamericano de Prensa en la Casa Colón

No fue fácil el camino al estrellato que tuvieron la mayoría de las grandes actrices del cine clásico. Algunas sufrieron abusos en la infancia que las dejaron marcadas para siempre. Otras los padecieron en distinto grado también en paralelo a su estatus de figuras internacionales. Las que menos, discriminación y aislamiento, condenadas al olvido sin concesiones de ningún tipo al pasado glorioso que tuvieron.

A todas ellas, que vivieron antes de Twitter y de campañas de denuncia globales en defensa de su independencia y libertad, dedica el periodista Eduardo Moyano el libro Con nombre de mujer, que no deja de ser una invitación para dar rienda suelta a la cinefilia, por más que el exdirector de Radio Exterior de España y del mítico programa El ojo crítico, en RNE, evite el apelativo mitómano a su obra, concebida desde un profundo amor al cine.

El director fundador del Festival de Huelva, José Luis Ruiz, acompañó a Moyano en el acto, dentro del IV Encuentro Iberoamericano de Prensa, organizado por el OCIb 2018 y conducido por la periodista de Huelva Información Elena Llompart. Y entre los tres armaron una conversación evocadora de los grandes momentos que dejó el cine del Hollywood clásico, terreno de grandes actrices como Rita Hayworth, que capitalizó en gran medida la charla con su largo guante de Gilda.

El libro de Eduardo Moyano es un repaso profundo de actrices y películas. No necesariamente son las mejores películas. Ni siquiera del gusto del propio autor. Pero todas ellas, distribuidas en 14 capítulos tematizados, ofrecen argumentos sobrados para estar en esta, no pretendida, antología, también por el símbolo que en su día significaron y lo que aportaron al cine y a la sociedad de entonces con su estreno.

Contaron Ruiz y Moyano que Romy Schneider fue la primera elección de Buñuel para su Belle de jour (1967). “Mi hija hace cine, no hace arte”, respondió su madre, una de tantas protectoras reconvertidas en representantes y lastre de carreras prometedoras.

No faltaron referencias a Audrey Hepburn, icono pop heredado por la generación actual, con un alcance, ahora, quizá mayor al de Marilyn Monroe, que no deja de ser un capítulo aparte, también en este libro, a través de la visión que se ha dado de ella como mito en el propio cine.

Y Elizabeth Taylor copó parte importante de la conversación con sus contradicciones y esa relación explosiva con Richard Burton, trasladada a esa película icónica en que convirtieron Cleopatra (1963). Todas fueron ninguneadas en algún momento. Moyano las rescata ahora para siempre.

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