Góticos entre teclas y danzas medievales
MAUS 2011. Componentes: David Catalunya, clavisimbalum; Germán Díaz, zanfoña; Reinhild Waldek, arpa gótica; Guillermo Pérez, órgano portativo. Director: Guillermo Pérez. Programa: 'Tumpes: Estampidas polifónicas para teclados en el siglo XIV'. Lugar: Capilla del Rectorado. Fecha: Viernes 21 de enero. Aforo: Lleno.
De la jungla de grupos dedicados a la música antigua que pueblan casi cada rincón de España, emerge formidable Tasto Solo, uno de los más originales, audaces y rigurosos proyectos que en torno a la creación medieval se pasean ahora mismo por toda Europa.
Guillermo Pérez y sus compañeros han conseguido un espacio propio y reconocible con una fórmula arriesgada, que es la de acercarse a la música instrumental de la Edad Media sin pasarla por el tamiz de la folclorización. Si su anterior proyecto se movió en torno a la figura del organista del siglo XV Conrad Paumann (con exitoso disco en el sello belga Passacaille incluido), esta vez el terreno era aún más peligroso, nada menos que el repertorio de estampidas y danzas, que suelen sonar exuberantes y coloristas en las versiones más habituales y reconocidas (reciente y estupenda grabación de Savall incluida).
El conjunto recurrió a dos célebres manuscritos, el Cancionero del rey, del siglo XIII, que recoge una serie de estampidas monódicas numeradas, y el Codex Faenza, del XIV, donde se agrupan versiones polifónicas (a 2, a 3, alguna pieza incluso a 4) para tecla de obras vocales de la época. Un repertorio que Tasto Solo interpretó dando más valor a la línea que al adorno, al componente rítmico que al tímbrico (aunque este resulta singular y sugerente). La austeridad de la propuesta no excluyó momentos de brillantez, con amplios pasajes solistas en los que tanto David Catalunya como Guillermo Pérez mostraron gran virtuosismo, sacando de sus limitados instrumentos sonoridades de una inverosímil variedad de matices. Exquisito y sensible acompañamiento del arpa, mientras la zanfoña se dedicó a los bordones, aportó notas de color, y, cuando acaparó el protagonismo melódico, su sonido resultó de una sobriedad esclarecedora.
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