Rusia investiga el desplome de dos puentes en regiones fronterizas como actos terroristas
Kiev acusa a Moscú de operación de falsa bandera con la voladura de infraestructuras en Briansk, que se cobró la vida de siete personas, y Kursk para romper las negociaciones de paz
Si Putin quiere guerra, los rusos quieren paz

El Comité de Instrucción de Rusia (CIR) investiga como atentados terroristas el desplome esta noche de dos puentes en las regiones fronterizas de Briansk y Kursk, del que políticos rusos responsabilizan a Ucrania. "El suceso ha sido calificado como un acto terrorista", comentó este domingo Svetlana Petrenko, portavoz del CIR, a la prensa local.
Mientras el gobernador de Briansk, Alexandr Bogomaz, denunció que el descarrilamiento del tren de pasajeros ocurrido en su región había sido una voladura, diputados y senadores han acusado a Kiev de estar detrás del siniestro, que se cobró la vida de siete personas.
"La voladura del puente y el accidente del tren de pasajeros en Briansk hablan de que Ucrania está dirigida por una organización terrorista", escribió el influyente senador Andréi Klishas en su canal de Telegram.
Añadió que "hace mucho que Ucrania perdió los rasgos de un Estado y se ha convertido en un enclave terrorista, sin fronteras, sin órganos legítimos y sin ley".
"La respuesta es una franja de seguridad tan amplia que excluya en el futuro la incursión de terroristas en nuestro territorio", subrayó.
Diputados de la Duma o cámara de diputados demandaron también una "dura respuesta" contra Ucrania, a la que Moscú también acusó el pasado año sin presentar pruebas de estar implicada en el atentado contra la sala de conciertos Crocus City Hall, objeto de un ataque islamista que dejó 144 muertos.
Un segundo puente se desplomó esta noche en la vecina región de Kursk al paso de un tren de mercancías, sin que se produjeran víctimas mortales.
Rusia propuso a Ucrania celebrar el lunes en Estambul la segunda ronda de negociaciones de paz, pero Kiev aún no ha confirmado su presencia con el argumento de que Moscú ha incumplido el compromiso de enviar de antemano el memorándum de las condiciones para un alto el fuego.
Ucrania habla de "propaganda rusa"
A su vez, Ucrania acusó a Rusia de una operación de falsa bandera para romper las negociaciones entre Kiev y Moscú al referirse al desplome la pasada noche de dos puentes en las regiones fronterizas rusas de Briansk y Kursk que dejaron siete muertos y decenas de heridos, incidentes de los que las autoridades rusas responsabilizan a Ucrania.
En un mensaje en Telegram, el jefe del Centro contra la Desinformación del Consejo para la Seguridad Nacional y la Defensa de Ucrania, Andrí Kovalenko, afirmó que "no es la primera vez que Rusia recurre a atentados de 'falsa bandera'" y que "parece que el Kremlin está preparando el terreno para una ruptura de las conversaciones, con un ataque de imagen contra Ucrania en el ámbito mediático internacional".
"Una vez más, existe la tentación de presentarnos como un 'país terrorista' para evitar el diálogo y proseguir la ofensiva de verano que ya ha comenzado en las regiones de Sumi y Zaporiyia y continúa en el este", añadió.
Subrayó que "estos sucesos tienen lugar dos días antes de las conversaciones sobre un alto el fuego en Estambul", al mismo tiempo que "Moscú no ha entregado ni un solo memorando con propuestas y envía allí una delegación sin autoridad".
Aseguró que "Ucrania no tiene ningún motivo para perturbar la cumbre de Estambul" y que, al contrario, Kiev "se mostró de acuerdo con un alto el fuego hace mucho tiempo".
"Por lo tanto, una guerra ferroviaria al estilo de la Segunda Guerra Mundial es un argumento para la propaganda rusa, no una instrumento de nuestra política", destacó.
Recordó que por la noche, un puente se derrumbó en la región de Briansk al paso de un tren de pasajeros que cubría la ruta Klimovo-Moscú, con víctimas mortales, y que la causa oficial alegada por las autoridades rusas fue "interferencia ilegal en las actividades de transporte", mientras que casi simultáneamente, se desplomó otro puente en la región de Kursk, donde descarriló una locomotora de mercancías.
Agregó que en 1999, los atentados terroristas de Riazán, de los que el Kremlin acusó a separatistas chechenos, se convirtieron en una plataforma de lanzamiento para el presidente ruso, Vladimir Putin.
"Es probable que se esté volviendo a las viejas tácticas, esta vez no para la movilización interna, sino para la manipulación internacional", remachó.
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