Modelo energético en transformación

El modelo energético europeo se encuentra inmerso en una etapa de transformación, marcada por el doble objetivo de alcanzar la neutralidad climática y reforzar la autonomía energética. España ha decidido apostar mayoritariamente por las energías renovables en su mix energético, como parte de sus compromisos de transición energética y como palanca de seguridad de suministro. Este cambio de estrategia no está exento de desafíos, especialmente en lo que respecta a garantizar la estabilidad de un sistema cada vez más dependiente de fuentes intermitentes. El Día Mundial del Medio Ambiente nos invita a reflexionar sobre la urgencia de avanzar hacia un modelo energético que apueste por tecnologías capaces de aportar almacenamiento, estabilidad y flexibilidad en el suministro sin renunciar al compromiso ambiental.

Tecnología de alto valor estratégico

La energía termosolar se posiciona como una de las soluciones más completas del mix energético actual al contar con la capacidad de generar electricidad renovable de forma síncrona, aportando inercia y regulación de frecuencia. Además, dispone de un sistema de almacenamiento térmico de larga duración (entre 7 y 9 horas) mediante sales fundidas, lo que le permite conservar el calor captado durante el día y transformarlo en electricidad durante la noche o en días nublados. Esta característica garantiza un suministro renovable constante y flexible las 24 horas, algo clave en un sistema centrado cada vez más en tecnologías intermitentes.

En 2024, la termosolar alcanzó una generación de 4.127 GWh, de los cuales un 25 % se produjo en horario nocturno dado que su flexibilidad operativa permite a la termosolar ajustar la producción en tiempo real según la demanda del sistema. Además, su aplicación en la industria permite sustituir combustibles fósiles en procesos térmicos de media y alta temperatura, facilitando una descarbonización efectiva en aquellos sectores de difícil electrificación.

Andalucía, liderazgo forjado en experiencia e innovación

Andalucía es la CCAA que lidera la apuesta por la termosolar al contar con una estructura industrial preparada y un ecosistema de empresas y centros de investigación comprometidos con el desarrollo de soluciones energéticas de alto valor. Actualmente, Andalucía alberga 22 plantas termosolares en operación, con 1.100 MW instalados, lo que representa aproximadamente la mitad de la capacidad termosolar a nivel nacional.

La región ha logrado forjar un ecosistema de innovación y transferencia de conocimiento, con instituciones como la Plataforma Solar de Almería, recientemente designada como sede del Consorcio europeo de Infraestructura de Investigación (EU-SOLARIS ERIC), que refuerzan el papel de Andalucía como generadora de conocimiento en torno a la termosolar con proyección internacional.

Un motor de empleo y cohesión territorial

Más allá de su papel en el mix energético, la termosolar contribuye activamente al desarrollo socioeconómico y territorial. El sector genera unos 3.000 empleos directos e indirectos en la región andaluza. Desde la construcción hasta la operación y mantenimiento de las plantas, la termosolar logra dinamizar las economías locales, con una aportación de 709 millones de euros al PIB de la comunidad, generando empleo cualificado y suponiendo una alternativa real para el desarrollo de los territorios en los que está presente. Además, la termosolar permite descentralizar el desarrollo industrial, sin necesidad de concentrarse en grandes núcleos urbanos.

Solución al desafío de la descarbonización industrial

La termosolar es también una aliada indispensable en la descarbonización de la industria, que actualmente representa más del 70 % del consumo final de energía en forma de calor. Desde Protermosolar, en colaboración con el IDAE, hemos desarrollado una Guía de energía solar térmica de concentración para usos industriales, con el objetivo de facilitar su aplicación en sectores como la alimentación y bebidas, la química, la farmacéutica, el papel o el textil.

Andalucía es una de las regiones pioneras en este ámbito. Un ejemplo de ello es la planta de Heineken en Sevilla, una de las mayores instalaciones termosolares de uso industrial en Europa. A esta iniciativa se han sumado otras, como el proyecto en la planta de Smileat, en Jerez de la Frontera gracias al cual, la empresa reducirá en un 80 % su consumo de gasoil y generará anualmente 400 MWh de calor renovable.

Retos regulatorios

A pesar de todo ello, la termosolar se enfrenta a barreras que están limitando su despliegue. Por ejemplo, la elevada penetración de renovables intermitentes provoca situaciones de precios cero o negativos en el mercado eléctrico, así como vertidos de energía debido a la incapacidad de absorción de la red. Estas disfuncionalidades afectan a tecnologías flexibles y estratégicas como la termosolar, que podrían evitar estos desperdicios si contaran con una integración adecuada en la planificación energética.

En este sentido, lo ocurrido el pasado 28 de abril ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con tecnologías capaces de aportar reserva rodante, firmeza operativa y estabilidad ante imprevistos o picos de demanda. La termosolar es una las pocas tecnologías renovables capaces de aportar sincronía, estabilidad y flexibilidad, aspectos esenciales para garantizar la seguridad y estabilidad de suministro.

Asimismo, se hace imprescindible una revisión del marco normativo vigente, regido por el Real Decreto 413/2014, el cual no está adaptado a los nuevos retos que presenta una nueva configuración de un mix de generación más renovables, ni reconoce de forma suficiente el valor diferencial de tecnologías como la termosolar, que ofrecen flexibilidad, firmeza, capacidad de almacenamiento, generación nocturna y aportación a la estabilidad de red.

La termosolar es ya una realidad del presente, capaz de operar de manera eficiente y segura. Desde Protermosolar, reafirmamos la idea de que apostar por la termosolar es apostar por una transición energética con total garantías y respondiendo a los retos del presente.