Tesoros ocultos de la biodiversidad descubiertos en la Península Ibérica en la última década
Pese a ser uno de los territorios más explorados biológicamente de Europa, la Península Ibérica sigue albergando especies nuevas en sus montañas, cuevas, bosques y ríos

En los últimos diez años, un puñado de investigaciones científicas ha sacado a la luz especies animales desconocidas, muchas de ellas endémicas y con características sorprendentes. Esta ola de descubrimientos no solo amplía el mapa de la biodiversidad, sino que lanza un mensaje claro: aún queda mucho por conocer, y lo poco conocido necesita protección urgente.
Nuevos anfibios a la vista (aunque no lo parezca)
En 2019, un equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) sorprendía a la comunidad científica con la descripción de dos especies “crípticas”, visualmente idénticas a otras ya catalogadas pero con diferencias genéticas clave. Se trata del tritón ibérico meridional (Lissotriton maltzani) y del sapo partero mediterráneo (Alytes almogavarii). El hallazgo fue posible gracias a análisis moleculares que revelaron una divergencia evolutiva suficiente para considerarlas especies independientes. Ambos casos subrayan la importancia de la genética en la taxonomía moderna y ponen sobre la mesa la necesidad de medidas de conservación específicas para estas nuevas especies.
Escorpiones ciegos y reptiles ocultos
Más allá de los charcos y humedales, también en los hábitats secos se han producido hallazgos asombrosos. El escorpión ciego fue descrito en 2015 a partir de un solo ejemplar conservado en el Museo Nacional de Historia Natural de Francia. Encontrado en los años cincuenta del siglo pasado en la Sierra de las Nieves, permitió describir al escorpión ciego ibérico (Belisarius ibericus), una especie cavernícola carente de ojos, adaptada a la oscuridad perpetua. Su rareza es tal que no se han vuelto a encontrar nuevos ejemplares.
En el mundo de los reptiles, la lagartija colilarga occidental (Psammodromus manuelae) fue reconocida oficialmente hace poco más de dos décadas, aunque lleva evolucionando por su cuenta más de tres millones de años. Aunque a simple vista se confunde con su “hermana” oriental, estudios mitocondriales confirmaron que estamos ante una especie distinta.
Ocho caracoles nuevos desde Jaén
A finales de 2024, un grupo de investigadores de la Universidad de Jaén protagonizó uno de los mayores hallazgos zoológicos recientes al describir ocho nuevas especies del género Iberus, un grupo de caracoles terrestres endémicos de la península. Tras analizar más de 1.500 ejemplares con técnicas morfológicas y genéticas, los autores concluyeron que cada una de estas especies habita zonas muy restringidas, muchas de ellas amenazadas por la agricultura o el turismo. Además, en 2021 se describió en Cádiz una nueva especie y género: Tartessiberus cilbanus, localizada en la Sierra de Grazalema, de concha globosa y con un linaje evolutivo completamente distinto.
Habitantes invisibles de las cuevas
Uno de los descubrimientos más insólitos llegó desde las cuevas submarinas de Mallorca. En 2023, científicos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados describieron una nueva especie de anélido, el poliqueto Pollentia perezi, sin pigmento ni ojos, adaptado a un ecosistema extremo y casi inexplorado. El hallazgo dio lugar a la creación de un género nuevo, exclusivo de las Islas Baleares.
Insectos desconocidos y redescubiertos
La entomología ibérica también ha vivido momentos emocionantes. En Almería, una pequeña especie conocida como el “duende de Balanegra” (Lertha sofiae) fue redescubierta en 2019 tras más de treinta años sin señales. Este frágil ortóptero nocturno, endémico de zonas áridas, representa un símbolo de los ecosistemas más olvidados.
Por su parte, la mantis Pseudoyersinia paui, exclusiva del Maestrazgo (entre Castellón y Teruel), ha sido objeto de un renovado interés científico en la última década, al confirmarse su rareza y hábitat extremadamente restringido.
Dinosaurios gigantes en casa
La paleontología tampoco se queda atrás. En 2024 se publicó el hallazgo de Qunkasaura pintiquiniestra, un saurópodo gigante del Cretácico Superior encontrado en el yacimiento de Lo Hueco (Cuenca). Con unos 15 metros de longitud, se trata de uno de los esqueletos de dinosaurio más completos de Europa. A este se suma Garumbatitan morellensis, descubierto en Morella (Castellón), que refuerza el papel clave de España en el estudio de los dinosaurios del hemisferio norte.
Más que curiosidades
Lejos de ser meras anécdotas biológicas, estos hallazgos tienen implicaciones cruciales. Muchas de estas especies tienen poblaciones reducidas, hábitats muy restringidos y un futuro incierto si no se protege su entorno. Además, demuestran que la ciencia aún tiene mucho que descubrir incluso en regiones tan estudiadas como la península ibérica.
Cada especie descrita amplía nuestro conocimiento sobre la evolución, la ecología y el impacto humano en el medio natural. Y todas ellas son recordatorios silenciosos —y a menudo invisibles— de que la biodiversidad es más rica y frágil de lo que creemos.
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