Los incendios forestales podrían alterar el papel de los océanos como sumideros de carbono

La intensificación de los incendios, alimentada por el cambio climático, podría modificar significativamente la productividad del fitoplancton y, con ello, la capacidad del océano para absorber CO₂

Los incendios influyen en la fertilización de regiones oceánicas.
Los incendios influyen en la fertilización de regiones oceánicas. / Antonio Lacerda / EFE

Los incendios forestales, tradicionalmente asociados a la pérdida de biodiversidad terrestre, la degradación de suelos o la amenaza directa a poblaciones humanas, tienen también un impacto oculto pero crucial en los océanos. Así lo revela un reciente estudio del Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) publicado en Nature Climate Change, que describe cómo el incremento de incendios debido al cambio climático podría alterar profundamente el ciclo global del carbono a través del océano.

La clave reside en un micronutriente insospechado: el hierro. Las partículas liberadas a la atmósfera por los incendios –entre ellas, compuestos ricos en hierro– pueden recorrer miles de kilómetros antes de depositarse en zonas oceánicas donde este mineral escasea. Al llegar al mar, actúan como fertilizante natural, estimulando el crecimiento del fitoplancton, un conjunto de microorganismos que, gracias a la fotosíntesis, captura grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂) atmosférico.

“Estamos revelando un circuito de retroalimentación crucial en el sistema terrestre que debemos comprender para abordar el cambio climático”, advierte Elisa Bergas-Massó, investigadora del BSC y autora principal del estudio. Según sus proyecciones, las emisiones de hierro asociadas a los incendios podrían duplicar las estimaciones actuales para finales de siglo, especialmente en las latitudes boreales, donde se prevé un aumento notable de estos fenómenos debido al calentamiento global.

El estudio estima que, si se tienen en cuenta estos incendios climate-driven, el incremento en la productividad marina del Atlántico Norte durante el verano podría alcanzar hasta un 40% más que lo previsto por modelos que solo contemplan las emisiones humanas directas. Este dato es particularmente relevante si se considera que esta región oceánica es pobre en hierro, por lo que incluso pequeñas cantidades pueden desencadenar un crecimiento importante del fitoplancton.

Carlos Pérez García-Pando, profesor ICREA y colíder del grupo de Composición Atmosférica del BSC, subraya la importancia de este hallazgo para mejorar las proyecciones del ciclo del carbono: “Comprender el impacto de los incendios en la fertilización de regiones oceánicas clave es esencial para predecir con mayor precisión los niveles futuros de CO₂ atmosférico”.

No obstante, el equipo también advierte de que otros efectos del cambio climático, como la disminución de nutrientes esenciales en amplias zonas del océano, podrían contrarrestar parte del beneficio generado por esta fertilización inesperada. La interacción entre estos factores podría modificar el balance neto del papel del océano como sumidero de carbono en las próximas décadas.

En este sentido, el estudio llama a profundizar en la investigación interdisciplinar que combine oceanografía, ciencia atmosférica y modelos climáticos avanzados. “Los resultados son cruciales para mejorar la precisión de los modelos del ciclo del carbono y sentar las bases de políticas de adaptación al cambio climático mejor fundamentadas”, señala Maria Gonçalves Ageitos, investigadora del BSC y la UPC, también coautora del trabajo.

El océano, que absorbe aproximadamente el 25% de las emisiones de CO₂ generadas por el ser humano cada año, podría ver modificada esta función vital por fenómenos que, como los incendios, parecían pertenecer a otra esfera ecológica. El fuego, símbolo de devastación terrestre, demuestra ahora su capacidad para reconfigurar también los mecanismos ocultos bajo la superficie marina.

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