Atalaya, cuidando el medio ambiente gota a gota

La mina de Riotinto gestiona el agua con criterios de eficiencia y sostenibilidad, ahorrando, reciclando y reutilizando los recursos hídricos

Atalaya apuesta fuertemente por la sostenibilidad.
Atalaya apuesta fuertemente por la sostenibilidad. / Atalaya

Pocas cosas son más importantes para proteger la naturaleza, en una zona de estrés hídrico como Huelva, que cuidar el agua. Por lo tanto, pocas medidas son tan sostenibles como controlar su uso, gota a gota. Así lo entiende Atalaya, y por eso la reducción de la huella hídrica en su actividad industrial es uno de los puntales de sus políticas medioambientales. ¿Y cómo se cuida este recurso natural escaso, que resulta imprescindible para el funcionamiento de la mina, pero también para la vida en las poblaciones cercanas? Con estrategias claras de ahorro, reciclado y reutilización del agua, e incluso de recuperación de reservas hídricas afectadas por antiguas actividades mineras, que se tratan para mejorar su calidad.

Como establecen sus normativas internas, Atalaya gestiona el agua con criterios de eficiencia y sostenibilidad. El primer paso es reducir la huella hídrica, utilizando la menor cantidad de agua posible. Con la aplicación de medidas de eficiencia y el uso de tecnologías avanzadas, en 2024 Atalaya consumió un 9 % menos de agua por tonelada de mineral procesado respecto a 2021 y un 45 % menos en el caso del agua fresca, procedente de los embalses de la zona.

Para marcarse objetivos de reducción de la huella hídrica, el primer paso fue calcularla. Guiada por su compromiso medioambiental, Atalaya lo hace en su operación de Riotinto desde que reinició la actividad de la mina en 2016, llevando un control estricto que permite identificar dónde se produce un mayor consumo o pérdida de calidad del agua y adoptar las medidas oportunas. La huella es verificada por una empresa externa acreditada (EQA) siguiendo los procedimientos establecidos por la Red de Huella Hídrica, una organización internacional comprometida con el uso responsable de este recurso.

En 2024, la mina consumió un 9 % menos de agua por tonelada de mineral procesado respecto a 2021

El agua que se emplea para hacer funcionar el proceso, además, se recicla y se reutiliza, de forma que el año pasado el 81 % del agua usada para tratar el mineral en el proyecto Riotinto fue reciclada. Solo el 12 % procedió de fuentes superficiales externas, es decir, de los embalses de la zona (agua fresca), frente al 19,6 % que se utilizaba en 2021, lo que supone una importante reducción en solo tres años. Además, un 7 % del agua utilizada fue la llamada agua de mina, procedente de la lluvia, recogida en las cortas y acondicionada en su propia planta de tratamiento para volver a usarla en el proceso productivo.

Para ello, Riotinto cuenta con una estación depuradora, una planta de tratamiento que le permite aprovechar esta agua de mina, mejorando su calidad para reutilizarla en aplicaciones industriales.

Además de requerir menos agua de fuentes externas, Atalaya protege el medio ambiente evitando que la que se ha usado en la mina vuelva a la naturaleza, trabajando en régimen de vertido cero, desde el inicio de la explotación. Es decir, no descargando absolutamente ningún agua usada en los procesos industriales en ríos próximos, a pesar de que la mina cuenta con permisos para hacerlo.

Entre sus iniciativas medioambientales destaca también el espesador de estériles instalado en 2022 que permite separar una parte del agua de los estériles antes de su almacenamiento, posibilitando su bombeo a la planta de procesamiento para reutilizarla. Así se mejora la eficacia del proceso, ahorrando agua.

La búsqueda de fuentes de agua alternativas también ha llevado a solicitar una autorización para reutilizar el agua residual tratada en la Estación Depuradora Municipal de Minas de Riotinto.

Atalaya no solo se preocupa de la calidad del agua que utiliza la propia mina, sino que va más allá.
Atalaya no solo se preocupa de la calidad del agua que utiliza la propia mina, sino que va más allá. / Atalaya

Y es que Atalaya no solo se preocupa de la calidad del agua que utiliza la propia mina, sino que va más allá. De hecho, desde el reinicio de la actividad la compañía ha asumido la gestión de las aguas ácidas heredadas de antiguas explotaciones mineras, a pesar de no tener obligación legal de hacerlo, puesto que fueron generadas por otras entidades en el pasado. Gracias al compromiso adquirido por Atalaya en su autorización ambiental, se han puesto en marcha numerosas medidas para evitar la salida a cauce público de estas aguas afectadas históricamente.

Por ejemplo, se han cerrado túneles históricos que aportaban caudal a las aguas cercanas y se han mejorado las infraestructuras hidrológicas de drenaje en las zonas de almacenamiento de estériles en las instalaciones antiguas. Estas acciones, junto a las tareas de restauración mediante la aplicación de las mejores técnicas disponibles, han contribuido significativamente a la mejora de la calidad del agua en los ríos Odiel y Tinto.

Estos trabajos, en colaboración con la Universidad de Huelva, se viene realizando para reducir significativamente la acidez y la cantidad de metales en aguas drenadas hasta las cuencas de los ríos Odiel y Tinto, cuyos estudios han confirmado que se está logrando dar solución a una problemática histórica para esta provincia.

Todo un sistema de cuidado y uso responsable, que Atalaya sigue a rajatabla en su día a día, para preservar cada gota de agua.

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