El 2 de agosto de 2018 tuvo lugar un incendio en Huelva en el que ardieron 1.700 hectáreas en las Sierras del Romeral, San Cristóbal y Gargantilla, en los términos municipales de Minas de Riotinto, Campofrío, El Campillo, La Granada de Riotinto y, principalmente, en Nerva. La gravedad y la magnitud del siniestro, cuyas causas aún se desconocen, se explican por su gran extensión y la singularidad y valor ecológico de los terrenos quemados.

Atalaya Mining, como contribución al desarrollo y el bienestar de la comarca, y en línea con su continua actividad de responsabilidad social y su política de sostenibilidad, decidió asumir las labores de restauración ambiental de algunas de las fincas más emblemáticas arrasadas. “En Atalaya estamos comprometidos con nuestro entorno natural y con su desarrollo, por lo que ayudar en su recuperación forma parte de nuestra razón de ser”, asegura el director general de la compañía, Enrique Delgado. De hecho, desde la reapertura de la mina, se han plantado ya 16.000 ejemplares y se han sembrado más de 5.000 piñones.

En 2019, la compañía comenzó los trabajos para la restauración de la zona del Monte Rejondillo, que incluía diversas actuaciones encaminadas a formar una nueva masa forestal que repoblara rápidamente la zona afectada, culminando recientemente un proyecto de restauración de casi 22 hectáreas en los términos municipales de El Campillo, Nerva y Campofrío.

Con esta intervención, se han retirado los árboles quemados, desbrozado, limpiado y revegetado en las 22 hectáreas y se han plantado 5.000 pinos piñoneros. Por su parte, en la zona ocupada por pinos resineros -con buena capacidad de regeneración natural- se ha optado por su recuperación a partir de un banco de semillas del pinar preexistente. Además, se ha aplicado una poda sanitaria a la zona de encinar, cuya regeneración se produce mediante rebrote desde el suelo o desde las propias ramas vivas.

Plano con áreas destacadas donde Atalaya ha llevado a cabo los planes de restauración en terrenos calcinados.

El plan también incluye un seguimiento semestral de la evolución de la repoblación durante los cinco primeros años tras la plantación y, en función de los resultados, anualmente se procederá a la reposición de “marras”. Además, anualmente se llevarán a cabo labores de conservación de la repoblación tras las lluvias de primavera y antes del inicio del periodo de máximo riesgo de incendio.

Pero esta iniciativa no sólo persigue recuperar bosques para la mejora ambiental y el disfrute de la ciudadanía. Atalaya también tiene como misión crear nuevos sumideros de CO2, que puedan servir de compensación a las emisiones de la actividad que ejerce en la mina de Riotinto.

El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico habilitó recientemente un registro de la Huella de Carbono para las empresas adscritas a esta iniciativa en favor del clima, que contempla tres fases: Cálculo, Reducción y Compensación. Esta última fase es donde se enmarca la restauración forestal: “La compensación es uno de los vectores de mejora ambiental que poseen las empresas. Se trata de generar bosques que se conviertan en sumideros de CO2, equilibrando así el impacto de las emisiones de nuestra actividad” ha explicado Emilio Sanjuan, responsable de Medio Ambiente de Atalaya Mining.

Presente y futuro

Atalaya Riotinto también ha restaurado casi 20 hectáreas de terrenos aledaños a Peña de Hierro, propiedad de la Fundación Río Tinto y una de las principales atracciones turísticas de la provincia.

El Plan incluye diversas actuaciones encaminadas a formar una nueva masa forestal que pueble rápidamente la zona afectada, empezando con la corta y retirada de árboles calcinados, la construcción de fajinas y albarradas para evitar la erosión y la siembra de árboles y especies vegetales autóctonas.

Además, la compañía ha anunciado que el próximo otoño va a emprender otro proyecto de restauración de bosques quemados, esta vez en el entorno de Bella Vista, el barrio inglés de Minas de Riotinto, donde acometerá el desbroce y acondicionamiento de 32 nuevas hectáreas de terrenos para plantar otros 5.000 ejemplares de pino piñonero.

Técnico llevando a cabo la plantación de ejemplares de pinos sobre las áreas afectadas por incendios.