Vuelve pronto Virgen de la Cinta, no tardes

Huelva de ayer a hoy

Después de setenta años la Patrona de Huelva regresó para sus cultos a la parroquia mayor de San Pedro, una novena preparatoria para la Procesión Magna Mariana

La nueva generación de cinteros vivieron los solemenes cultos que tanto se añoraban por su grandiosidad y belleza

La Virgen de la Cinta, en su carabela de plata exornada de nardos, saliendo de San Pedro en la Magna Mariana.
La Virgen de la Cinta, en su carabela de plata exornada de nardos, saliendo de San Pedro en la Magna Mariana. / Eduardo Sugrañes
Eduardo Sugrañes

26 de septiembre 2025 - 06:01

La verdad que son tantas las emociones acumuladas que no sé por dónde empezar. Al archivo de Word no he sido capaz de poner ‘Cinta San Pedro despedida’.

Tantos años esperando que parece que se nos va como un pétalo de flor, un jazmín que sobrevuela, que sabemos llegará al Conquero.

La Virgen Chiquita de la Cinta nos ha regalado tantas sensaciones nuevas, que parecían vividas por infinidad de veces relatadas por aquellos que nos antecedieron en el amor cintero. Esta vez latían en nuestro corazón, desde la mañana de su bajada con la luna de septiembre iluminando su transitar por el Paseo de los Marineros, cien años después de que fuesen las mujeres las que por vez primera la llevaran en sus hombros.

El Humilladero con luz refulgente, como cuando pasamos por aquí para despedirnos en algún viaje. Campanilleros y versos cantados a la que reina en nuestro corazón. Este era un viaje, un camino de esplendores, al ladito mismo de la Virgen Chiquita en aromas a nardos de 8 de septiembre. Recorriendo sus barrios que iluminaban su paso, porque el sol le buscaba entre las calles de Las Colonias por El Conquero ladera abajo, con fandangos para piropearla en Las Colonias.

El sol se arrodillaba de frente para besarla en su paso nada más dejar la barriada de la Navidad, donde se le quiere con amor a Ella y al Niño de las sandalias.

Solemnidad en la Santa Iglesia Catedral para el pontifical de su día y de ahí, como ocurría antaño, se procesionó hacia San Pedro. Al igual que cuando bajaba por aquí y Huelva la esperaba de manera oficial para rendirle todos los honores.

La parroquia de San Pedro al sentir su presencia se volvía loca y sus campanas revoloteaban llevando la música de bronce al cielo de Huelva cuando subía por su cuesta.

En casa, en nuestras casas y balcones, todo era un sinvivir por recibirla. La plaza se llenó de la inquietud de la juventud y si ahora está renovada y hermosa, ellos más bella la pusieron recorriendo por sus balcones su Salve Marinera, como letanías choqueras del amor a su Patrona.

Aquella rueda de cohetes de su festividad histórica iluminaban su tránsito por la plaza; recordando que el hoy de la Virgen es el ayer de Huelva y de siempre. La historia nos hace grandes cuando seguimos el mismo surco.

La salida de la Virgen de la Cinta desde la parroquia de San Pedro  en 1929, de un apunte de juventud del pintor José Caballero.La Rábida  Revista Colombina Hispanoamericana.
La salida de la Virgen de la Cinta desde la parroquia de San Pedro en 1929, de un apunte de juventud del pintor José Caballero.La Rábida Revista Colombina Hispanoamericana. / HUELVA INFORMACIÓN

A la iglesia mayor se llega por la puerta que mira hacia el santuario del Conquero y el primer encuentro no es otro que ante el sagrario, el de san Manuel González, nuestro eterno rector e inspirador para que nunca nos cansemos de amar y trabajar por la Virgen.

No pudieron nuestros ojos soñar tanta belleza como la que vimos cuando la Virgen Chiquita de la Cinta quedaba entronizada en el altar mayor de esta parroquia, la que siempre fue y seguirá siendo su casa. Habían pasado setenta años de sus últimos cultos en la mayor de San Pedro y siempre sentimos, por las viejas fotografías gastadas por el amor de tus hijos, cómo era aquí el cariño que te tenían para dedicarte el mejor de los altares como ahora se te ha hecho.

Esos días de novena con el templo repleto de fieles, nueve días de promesas y gracias de nuestras madres y abuelas que se sintieron como en casa al lado tuya, mirándote y rezándote.

Este año, además, en estos días tan señalados de la Virgen, Ella nos regaló otro momento sublime como fue el encuentro con las vírgenes de la provincia y de nuestra ciudad en la Procesión Magna Jubilar Mariana.

Al llegar la Virgen de la Cinta al dintel de la Puerta del Mar en su salida retornó ese sentimiento de la historia, de la vida cintera, de volverla a ver enmarcada para tan importante acontecimiento. Se esperó la Virgen para salir como si quisiera recrearse en ese momento, dando tiempo a un rezo por los que gozan del Conquero eterno y los que seguimos mirándote; por eso te damos gracias a diario, te seguiremos pidiendo la luz de nuestros días, la salud de cuerpo y alma.

Tu caminar se hizo sublime y en la plaza de las Monjas, corazón de la ciudad, todo el mundo nada más verte se puso en pie y a palmas por Huelva te saludaban, te vitoreaban, te rezaban… Las Madres Agustinas, que dieron nombre a este trozo tan choquero, se lanzaron corriendo al verte, nada más sentir que le estabas hablando al volver tu mirada hacia ellas.

De lo que ocurrirá hoy solo puedo adelantar que no habrá vacío con tu marcha porque lo has inundado todo, haciendo feliz a tu gente, en especial a este barrio y a tu parroquia. Gracias, Madre.

Virgen Chiquita de la Cinta no podemos despedirnos de ti, solo pedirte que vuelvas pronto, no tardes.

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