La voz de la luna

CORREN los años de la postguerra española cuando Jesús Hermida (Ayamonte 1937) jugueteaba ya por el Paseo del Chocolate y los alrededores de Las Monjas. Alto, enjuto y sonriente, nada hacía presagiar a aquel niño la pronta desaparición de su padre cuyos restos reposan en la oquedad del mar, allí donde los marineros tejen sueños eternos.

Estudió bachillerato en su ciudad y apenas cumplidos los diecinueve años tomó las maletas para trasladarse a Madrid donde se matricularía en la Facultad de Filosofía y Letras y con posterioridad en la Escuela Oficial de Periodismo, donde se graduó.

En esa época era ya un jovenzuelo enamorado de Marví Villaseñor, hija de don Modesto (funcionario de la Delegación de Hacienda de Huelva) y con la que, tiempo después, contraería matrimonio.

Sus comienzos periodísticos coincidieron con la inquietud apostólica de la Revista Signo para integrarse luego en la agencia Europa Press y haciendo méritos, llegar hasta la redacción de la revista más leída a comienzos de los sesenta, La Actualidad Española.

De ahí pasó al Alcázar, consagrándose al amparo y dirección de Emilio Romero en el Diario Pueblo, alternando el trabajo periodístico con su presencia en los informativos de TVE. Abandonó la jefatura de redacción del Diario Informaciones para integrarse, definitivamente, en Radio Televisión Española, en la que, transcurrido un año, sería designado corresponsal de la cadena en Nueva York remitiendo sus crónicas diarias durante una década y haciéndose referente imprescindible en los telediarios de la época. Mientras duró su estancia en Estados Unidos comenzaría a plasmarse la carrera espacial y a través de la NASA llegó a retransmitirnos la llegada del hombre a la luna. Las imágenes de aquel histórico momento fueron descritas con intensa emoción por Hermida a los miles de hogares españoles absortos en la pantalla.

Al regreso de USA, alterna su labor televisiva, prolífica e innovadora, con su columna habitual en El País y la dirección del suplemento Semanal. Comienza un ciclo creativo en el que vuelca la experiencia adquirida junto a un estilo personal. Es la era hermidista, donde el rigor se impone a la improvisación y el enfoque adquiere visos de manual para tratar de descubrir al personaje recurriendo a la amabilidad y la seducción. En sus programas mezcla el entretenimiento y la sorpresa con la atracción de los televidentes y todo ello, bajo un prisma sosegado y el conocimiento del medio.

También se sumergió en el género radiofónico hasta alcanzar cotas de enorme popularidad y emisiones de éxito: Viva la Gente, Hora Cero y Radio 80 serie oro.

Vuelve a Televisión Española y logra captar la audiencia matinales que, una vez finalizada ésta etapa, extiende a la progamación de tarde y en los noventa, presenta el Telediario nocturno. Afirma su personalidad, estilo distendido, conciso y perfeccionista.

Ahora es la tele privada quien desea contar con tan polifacético personaje. Antena 3 le ofrece la Dirección General de Nuevos Proyectos, en la que seguirá ejerciendo como consejero delegado y director ejecutivo.

Durante su estancia americana escribe, Apolo, un bozal a las estrellas, basada en la aventura aerospacial y El pueblo contra Richard Nixon, sobre el caso Watergate.

Su vida es un acontecer de reconocimientos y premios: Nacional de Televisión, por su trayectoria periodística. Tres Ondas. Dos Antena de Oro, a su labor extraordinaria y como mejor presentador. Uno de la Academia de TV por su labor profesional. Dos TP de Oro como mejor presentador y el Víctor de la Serna otorgado por la Asociación de la Prensa madrileña.

Ha sido fundador y primer presidente de la Academia de las Ciencias y Televisión de España.

A través del camino ha dejado una profunda huella de admiración seguida de fieles lectores y oyentes: De Cerca, Crónica 3, Su Turno, La Hora H, Por la mañana, El programa de Hermida, Tribuna Internacional, 24 horas, A mi manera, La imagen de tu vida, han sido espacios y programas que obtuvieron enorme repercusión a nivel nacional.

Padre y maestro de una saga de periodistas formados en una nueva visión mediática: Nieves Herrero, María Teresa Campos, Consuelo Berlanga, Mirian Díaz Aroca, Patricia Vico… "las chicas de Hermida".

Cierro el capitulo con la entrevista realizada a S.M. el Rey don Juan Carlos y con un recuerdo imborrable de su incofundible identidad: su frondoso tupé y aquella despedida en sus telediarios: "Buenas noches y la paz". Toda una lección.