Las visitas de la señora de Moguer

Fue la madrina de la coronación de Nuestra Señora de Montemayor En Lepe visitó a la Virgen de la Bella y en Huelva estuvo en el santuario de la Cinta

Cayetana de Alba, acompañada por el alcalde de Lepe, Manuel Andrés González, es saludada con afecto.
Eduardo J. Sugrañes Huelva

21 de noviembre 2014 - 01:00

Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, marquesa de Portocarrero y señora de Moguer, entre otros títulos nobiliarios, mantuvo una relación de afecto con la provincia de Huelva. De esos encuentros a lo largo de su vida se recuerda con bastante alegría los vividos en las últimas décadas, como fue la coronación canónica de Nuestra Señora de Montemayor. Una invitación que se le realiza por la vinculación de la Casa de Alba con Moguer de la que tenía su señorío. Concedido a Alonso Jofre Tenorio, el señoría continúo vinculado a la Casa de Portocarrero que lo engrandeció y convirtió en parte de un mayorazgo, una vez extinguida la rama principal de la Casa de Portocarrero, el señorío pasó a ramas colaterales, llegando finalmente a la de Alba en la persona de Carlos María Fitz-James Stuart y Palafox. Tras la abolición de los señoríos aquí se mantuvo la vinculación directa con Moguer por el patronazgo sobre el convento de Santa Clara.

Esta vinculación le llevó a Moguer de nuevo a los Alba, en esta ocasión a Cayetana Fitz-James Stuart como madrina de la coronación canónica de la Patrona de esta ciudad, le acompañó en este acto como padrino el hermano mayor de la Hermandad de Montemayor, José Manuel Montilla, en representación del pueblo de Moguer.

Un acto que se recuerda con toda alegría, pues significó aquel 15 de junio de 1991 el inicio de la gran celebración en la provincia de Huelva de los actos del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América que culminaría con la visita del papa hoy santo Juan Pablo II, el 14 de junio de 1993.

Aquel día Moguer lo vivió con sus mejores galas. Una jornada de fiesta desde la iglesia de Nuestra Señora de la Granada con la procesión de la Virgen hasta el lugar de su coronación. El recorrido por las calles de la localidad constituyó todo un acontecimiento. Exornadas las casas y el romero esparcido por las calles. En aquella comitiva iba Cayetana de Alba, que vestía con suma elegancia y belleza un traje negro estampado, con mucho color para un acontecimiento festivo como era la coronación canónica, que invitó a muchas miradas.

Una de sus últimas visitas a la provincia fue a Lepe, allí le esperaba todo el pueblo. La ocasión no era para menos la agenda bastante amplia. Estaba invitada para inaugurar la I Muestra de Arte Flamenco. Acudió al recinto ferial donde cortó la cinta, donde se dieron los primeros actos de afecto. Una niña, de nombre como la duquesa, Alba, ataviada para la ocasión con un traje de faralaes, fue la primera en ofrecerle un ramo de flores. Visitó la muestra y brindó por el éxito de la misma.

La visita resultó todo un éxito, desde aquí se trasladó hasta el Ayuntamiento, acompañada por su alcalde, Manuel Andrés González, para firmar en el libro de oro. A las puertas del consistorio se dieron cita numerosas personas que mostraron su cariño a la duquesa de Alba. Los escasos treinta metros que separan el Ayuntamiento de la iglesia parroquial de Santo Domingo de Guzmán fueron igualmente un muestrario de cariño. La iglesia se encontraba llena de personas esperándole y fue el párroco, Feliciano Sousa Fernández, quien le invitó a subir al camarín de Nuestra Señora de la Bella.

Estas son dos muestras de afectos vividas en la provincia de Huelva, en Moguer y Lepe. Sin duda, fruto de otros encuentros, como el que mantuvo en Huelva al ser invitada por el Club de la simpatía, un acto que se celebró en el Círculo Mercantil con almuerzo en casa de Litri.

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