Fiestas de la Cinta

¿Cómo nace la devoción por la Virgen de la Cinta?

  • Benito Hita del Castillo realizó la escultura procesional en 1750 que se alza como la Patrona de Huelva y Alcaldesa Perpetua

Cientos de onubenses acompañan a la Virgen de la Cinta en su bajada hacia la Catedral.

Cientos de onubenses acompañan a la Virgen de la Cinta en su bajada hacia la Catedral. / Alberto Domínguez (Huelva)

Es la Patrona de Huelva y una de las imágenes que más emociona a los onubenses. La Virgen de la Cinta es homenajeada a principios de septiembre por la localidad, que celebra las fiestas patronales en honor a esta imagen. Esta tradición data del siglo XIX, aunque no fue hasta 1862 cuando el Ayuntamiento de Huelva hizo oficial su celebración, de la que ahora disfruta toda una ciudad. 

Además de los recintos habilitados para los conciertos -situados en La Merced y La Orden- y la programación pensada para los pequeños, esta fiesta tiene un origen religioso que se muestra a través de las procesiones, las ofrendas florales y los cultos a la Virgen durante estos días. Así, el 18 de agosto se produjo la bajada de la Patrona de Huelva hasta la Catedral de la Merced, mientras que el 8 de septiembre subirá hasta su Santuario, donde permanecerá hasta el próximo año. 

La devoción por esta imagen se encuentra en una leyenda. En ella, se dice que un zapatero llamado Juan Antonio sintió un fuerte dolor en el costado de camino a casa y rezó a la Virgen. Poco después, encontró en el suelo, junto a él, una cinta a la que se agarró y pudo llegar hasta su hogar. Para agradecer el gesto que la Virgen había tenido con él decidió construir una capilla justo en el lugar donde había sentido el dolor y un amigo pintor, llamado Pedro, pintó en un muro la imagen de Nuestra Señora de la Cinta en torno al siglo IV. En la pintura, la Virgen se encontraba sentada y llevaba en sus brazos al Niño Jesús. 

Una de las grandes curiosidades es que Jesús estaba desnudo, a excepción de unos zapatos de color dorado en recuerdo al zapatero, que regalaba zapatos a los más pequeños en Navidad, y la cinta con la que se había salvado. Por su parte, la Virgen porta en su mano izquierda una granada que presenta todas las virtudes y gracias con las que Dios dotó a la Madre de Cristo. 

La imagen de la también conocida como la Virgen Chiquita recibió un culto por parte de muchísimas personas antes de la invasión árabe en España, donde fue escondida y encontrada posteriormente por un pastor. En 1750 e inspirado por la pintura, Benito Hita del Castillo realizó la escultura procesional que hoy en día se alza como la Patrona de Huelva y Alcaldesa Perpetua y que se encuentra junto al mural en el Santuario del Conquero. 

Precisamente en torno al Santuario existe otra historia, ya que un marino de Huelva fue encarcelado por los musulmanes y se encomendó a la Virgen de la Cinta, que se le apareció. Al verlo hablando, uno de los musulmanes le preguntó que con quién hablaba, y este le explicó que era con la Patrona de la ciudad de Huelva. Pensando que estaba mintiendo, el carcelero lo puso a prueba, lo metió en un arca y lo subió a un barco. Además, le cortó el cuello a un gallo y lo cerró con unos pilares de mármol. Cuando el carcelero despertó, estaba en Huelva junto al marino mientras el gallo cantaba, concretamente en el Santuario. Incrédulo y trastornado ante tal hecho, el musulmán liberó al marino, que fue a contar lo sucedido a las autoridades. Ambos sirvieron a la Virgen de la Cinta en el Satuario -del siglo XV- hasta el final de sus días. 

Con todo, desde el siglo XIX esta tradición es mantenida por los onubenses, que festejan el 6, 7 y 8 de septiembre toda una serie de actos en honor a la Virgen. 

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