Un viaje a través del tiempo

La Obra Social La Caixa traslada a los onubenses a la prehistoria con una exposición sobre el Neolíticol muestra La exposición, ubicada en una carpa en la plaza del antiguo estadio Colombino, se podrá visitar hasta el 9 de abril, en horario de 12:30 a 14:00 y de 18:00 a 21:00.

Un viaje a través del tiempo
Un viaje a través del tiempo

Viaje a través del tiempo. La Obra Social La Caixa traslada a los onubenses al Neolítico, uno de los periodos de la prehistoria caracterizado por la eclosión de la agricultura y la ganadería, la invención de la cerámica y la práctica de pulir la piedra, una etapa en la que el hombre pasó de nómada a sedentario, constituyéndose los primeros poblados.

Niños y mayores pueden disfrutan en Neolítico, de nómadas a sedentarios de un recorrido en el que se recrean asentamientos y escenas cotidianas de hace más de 10.000 años. El punto de partida es una cueva, concretamente la del yacimiento mesolítico de Al-Wad en el monte Carmelo, en la actualidad Israel -el Mesolítico es la etapa de transición entre el Paleolítico y el Neolítico-. En ella, un hombre lleva el animal cazado a su pareja. Ya hay una recolección selectiva de cereales. La cueva era un asentamiento permanente que servía de base para las expediciones de caza.

El final de las glaciaciones, hace unos 11.000 años, provoca la desaparición de los grandes animales, fuente principal de la alimentación del hombre, que pasa entonces a basar su alimentación en la agricultura. Los primeros vegetales que se cultivan son los cereales y las legumbres. Por primera vez se pule la piedra, construyéndose armas y herramientas más eficaces. Aparecen los primeros poblados al aire libre, concentraciones de cabañas hechas de madera, piedra y barro.

Un habitante de Jericó, la primera ciudad de la que se tiene conocimiento, recibe al visitante en la primera sala, la del Neolítico Precerámico. Allí le muestra como se realizaba la siega de los cereales con ayuda de una hoz de sílex. Más de un pequeño no dudó en sacarse una foto con él. Entre los visitantes, padres con sus hijos y alumnos de Infantil del colegio Al-Andalus, que dejaron ayer las aulas para ver la didáctica exposición.

La sala gira en torno a la reconstrucción, a tamaño real, de una cabaña circular, primera vivienda estable de hace 10.000 años, en la que una mujer muele el cereal. Cinco metros de diámetro y unos tres de altura, parcialmente excavada en la tierra. Los muros son de ladrillos de barro, y el techo cónico está formado por una estructura de palos y madera recubierta exteriormente por ramas y pajas.

En la segunda sala, se reconstruye a pequeña escala una vivienda del poblado de Jarmo, en el Kurdistán iraquí. Entre 9.700 y 8.400 años la ganadería comienza a tomar peso. El ganado es fundamentalmente caprino. Las casas son rectangulares con paredes de barro y techo de cañas. En la parte exterior de las mismas se habilita una especie de corral o establo.

Junto a este poblado, se encuentra en la sala una reproducción a escala reducida de una casa y santuario de Çatal Hüyük, al sur de la actual Turquía. Ya en el Neolítico cerámico, entre 9.000 y 6.000 años. El poblado contaba con casas adosadas entre sí que formaban una gran manzana. La economía se basaba en el cultivo de cereales, caza y ganadería. Asimismo, la cerámica supuso la innovación tecnológica más importante de este periodo. La exposición finaliza con la Edad de Cobre y las primeras escrituras, con las tablillas de arcilla de Uruk, en el actual Irak.

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