Como si de un santuario se tratase, las peñas flamencas se erigen como el espacio más singular y de mayor arraigo para los artistas flamencos. La disposición de las mismas es presidida por un tablao, lugar de culto donde la destreza y el sentimiento se unen para crear un producto mágico. Las habituales sillas de respaldo andaluz y las paredes decoradas con tonos vivos donde cuelgan los retratos de las personas más destacadas que han pasado por ellas completan la distribución del espacio.

Un recorrido por ellas a través del tiempo conforma el contenido del documental Se prohíbe el cante, cuyos directores son los onubenses Paco Ortiz y Félix Vázquez, el cual verá la luz esta noche en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Para revivir la época donde las peñas flamencas tenían un gran peso en la sociedad, Esperanza Fernández, una de las voces más reconocidas a nivel internacional, visita algunas de las más significativas de Andalucía con objeto de reunir memorias de las mismas para construir un relato sobre la labor de conservación y difusión del flamenco en las diferentes provincias de la región. En este sentido, Paco Ortiz añora la magnitud que entrañaban las mismas, pues actualmente se “está perdiendo su atractivo y se quedan atrás con el paso del tiempo”. Huelva, por su parte, se resiente levemente de esta tendencia significativa, pero en líneas generales es “vital” recuperar el atractivo que en su día tuvieron estos espacios.

El motivo que impulsa a Esperanza Fernández a recorrer tales lugares es la construcción de una obra discográfica a partir de la influencia que en ella provocan las peñas flamencas más significativas de la comunidad andaluza. En su itinerario se apoya en algunos de los cantaores de mayor renombre del panorama nacional, con los que conversa acerca de las experiencias que ellos han tenido cuando aprendieron el género en las peñas, y con los que interpreta alguna pieza. De este modo, el documental se vertebra en cuatro bloques, cada uno de los cuales está dedicado a los diferentes artistas que participan, entre los que figuran Marina Heredia, Arcángel, Rocío Márquez y Miguel Poveda. Asimismo, la obra adquiere relevancia con las aportaciones de expertos como Ildefonso Vergara o Cristina Cruces, quiénes diseccionan el discurrir histórico de las peñas flamencas.

La designación de tales cantaores responde a las dilatadas experiencias que poseen. Por ejemplo, tal y como destaca Ortiz, “Poveda procede de una peña fuera de Andalucía”, por lo que sus respuestas son “muy interesantes”. Igualmente, Marina Heredia crió su talento en La Platería, la peña más antigua del mundo. En lo que respecta a la provincia onubense, los creadores optaron por dos de los autores que son un “sello” del flamenco en Huelva, donde las políticas peñistas “fueron muy positivas en los 80”.

En la propuesta de los directores onubenses, Huelva adquiere gran notoriedad al ser la única provincia que cuenta con dos peñas en el documental. Por un lado, se muestra la Peña de La Orden y, por otro, la femenina, un caso particular por contar con una junta directiva conformada por mujeres en su totalidad.

Con la presentación del sábado, el equipo fílmico culmina un proceso laborioso condensado en 82 minutos, estructurado a partir de entrevistas y actuaciones que persiguen dar rigor histórico y una base antropológica del flamenco. En este sentido, tanto a Paco Ortiz como a Félix Velázquez les hacía especial ilusión exhibir su obra en Huelva, si bien es cierto que resaltan que “es una pena que no hayan contado con nosotros, pese a tratar el flamenco en la provincia en nuestro documental”.

Este es el quinto documental de la productora Sarao Films, después de haber contabilizado numerosos éxitos con 13. Miguel Poveda, nominado a los premios Forqué en 2013; Matilde Coral, acariciando el aire; A Remo y Cuando Los Ángeles Duermen.