Una ventana abierta a la vida

Comerciante

Una ventana abierta a la vida
Una ventana abierta a la vida

José Moreno Grajera regenta el Locutorio Morgra en el Paseo de la Independencia. Una ventana al mundo donde a diario chatean trabajadores, jóvenes, inmigrantes y una letanía de transeúntes de la vida que un día salieron de su país en busca de una vida mejor. Algunos la encontraron y otros quizás le preguntaron a Pepe por dónde se iba a España.

Libera móviles como pocos. Da igual la marca, el modelo o quien lo fabrique. Para él, liberar un teléfono aunque sea de tercera generación es como indultarlo. Al fin y al cabo el móvil tiene siete vidas ( usuarios).

Onubense de 56 años. Nació en Huelva, capital, en la calle Béjar. Tiene cinco hijos. Desde entonces no se ha movido de aquí.

Su primera profesión fue la de mecánico-chapista. A los quince años arregló el primer golpe, aunque desde entonces la vida le ha dado muchos, dice. Eso sí, los sabe encajar con la elegancia de un boxeador. De todos (los golpes) ha aprendido un poco. Después abrió su primer negocio, Deportes La Merced, un clásico en los tiempos del pequeño comercio. Como la vida cambió y todo se globalizó se convirtió a lo global y de ello vive ahora.

Morgra es un locutorio típico que presta todo tipo de servicios, hasta envíos de dinero y venta de tarjetas telefónicas.

Al margen de su actividad profesional se refugia en la caza y la pesca como aficiones.

Experto en la caza de zorzales, abomina de las monterías de caza mayor. Pepe defiende la cinegética tradicional y considera que matar venados y jabalíes apostado con un trípode, un fusil y una mira telescópica "es un asesinato. El animal tiene derecho a defenderse en su hábitat y así no tiene ninguna posibilidad de salvarse".

La afición a la cacería le viene de su padre y desde los 12 años lleva recorriendo los campos de Huelva. Comenzó tirando una perdiz y una piturra y ahora ha recalado en un coto de Beas. Aprovecha la caza como alimento, como debe ser.

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