Huelva

Los vecinos quieren cambiar en Huelva la imagen negativa de El Torrejón

  • Desde el Plan Integral indican que los que cometen actos delictivos son “un número de personas determinadas”. Apuntan que es un barrio humilde pero con muchas posibilidades

  • Imágenes de ambiente en El Torrejón

Una pareja joven con sus hijas en el barrio de El Torrejón.

Una pareja joven con sus hijas en el barrio de El Torrejón. / Alberto Domínguez (Huelva)

Los vecinos quieren cambiar la imagen que se tiene desde fuera de El Torrejón. Dicen que el barrio sólo sale en los medios de comunicación cuando hay algún acto delictivo. La coordinadora de la Oficina Técnica del Plan Integral del Distrito V, Manoli García, comentó que “llevamos mucho tiempo trabajando el tema de la imagen, incluso hace más de un década hicimos un proyecto de cambio de imagen”.

Los últimos sucesos acontecidos en la barriada les han hecho retomar el proyecto, ya que en las noticias “aparece el barrio como si en El Torrejón fuera todo el mundo igual, y son un número de personas determinadas, no es El Torrejón entero”. Tras una propuesta de la Asociación Juvenil Carabelas en el Foro de Ciudadanía, Convivencia y Entorno han empezado a trabajar para cambiar estereotipos.

García incidió en que “se hacen cosas aquí entre todos con mucho trabajo, tenemos un montón de proyectos y sólo aparece El Torrejón cuando pasa un suceso, nosotros no obviamos la realidad, aquí tenemos un grave problema, que todo el mundo sabe y que es un enemigo muy grande, que es la droga. En los barrios que tienen ese enemigo tan grande hay que luchar mucho día a día para que sea cada vez un enemigo más pequeñito”.

Indicó que “llevamos veintidós años trabajando en el Plan Integral del Distrito V, en el que participan más de setenta entidades, en mejorar la zona”.

García define El Torrejón como “un barrio humilde con mucha necesidad, pero es un barrio con muchas posibilidades”. Destacó que hay entidades como las fundaciones Valdocco y Don Bosco y unos Servicios Sociales comprometidos, un Centro de Personas Adultas, dos centros de Primaria y un instituto “que trabajan conjuntamente”, una asociación de vecinos y un centro de salud. Aparte, está situado cerca del Hospital Juan Ramón Jiménez, la Universidad, de tres colegios concertados y de la primera escuela municipal infantil y cuenta con un parque, que si se rehabilitase “sería una zona verde estupenda”. En cuanto a las comunicaciones, dispone de casi todas las líneas de los autobuses urbanos.

Subrayó que ella lleva veintiocho años trabajando en El Torrejón “y no lo cambio por nada del mundo, yo lo que sé lo he aprendido de la gente, es sencilla, acogedora. Yo voy por la calle y me saludan, se alegran de verme y es como si estuviera en un pueblo, en mi pueblo, esa sensación de acogida y de cariño como tengo en mi pueblo lo recibo aquí y eso no significa que no haya problemas, hay problemas de infraestructura y de convivencia, porque cuando se dan situaciones donde la droga tiene un protagonismo importante se dan muchos problemas relacionados con el ámbito de la delincuencia, pero eso no es el barrio, eso no es justo para el barrio”.

Considera que para mejorar la imagen de El Torrejón “hay que intentar generar participación ciudadana y unas políticas de futuro, hacer proyectos a corto, medio y largo plazo desde las diferentes administraciones”.

Recordó que hay un plan de rehabilitación de viviendas, “que se paró, sin instalar ascensores en las dos últimas intervenciones”. Además, “se están cayendo las cornisas en los edificios en los que se realizaron arreglos. Todo eso se queda tal cual y ya no hay respuesta, lo que tenemos que cambiar es el cómo se proyectan los barrios en una ciudad. No se pueden desarrollar acciones y proyectos a corto plazo en zonas que necesitan ser transformadas. No puedes intentar cambiar un barrio poniendo un proyecto de seis meses, no puedes querer que la gente trabaje si no hay una formación para el empleo alternativa a la formación reglada. A las personas que tienen más dificultades hay que darles otra respuesta, se necesita inversión y proyección”.

María Ángeles Lara vive en la barriada desde hace 44 años, desde que se fundó el barrio, “vine a El Torrejón cuando se empezaron a dar los pisos”. El barrio “ha tenido épocas mejores y peores” pero sigue siendo un barrio “con gente buena”, pero “resalta mucho lo malo, la suciedad, las paredes sin recubrimiento de los edificios, cuando intentaron poner los ascensores hace unos años quitaron el revestimiento que había en las esquinas y han puesto poquísimos ascensores”.

Explicó que las casas por dentro “están muy bien, como una casa normal de una clase media, pero después en las escaleras y en las calles está todo muy sucio, la gente se preocupa mucho de su casa por dentro pero no de la puerta para fuera”.

Señaló que es una barriada “de tránsito, la gente que puede se va”. Lara manifestó que vive en El Torrejón “por opción, me podía haber ido, ahora estoy en un cuarto piso, mal, me cuesta subir, y ya no podría irme aunque quisiera”. Subrayó que las personas que habitan en el barrio son buenas y solidarias, “pero lo malo se nota más”.

Apuntó que “las noticias que salen de El Torrejón son todas malas, aquí no hay una noticia buena que pueda salir, yo lo entiendo y lo comprendo, somos nosotros los que tenemos que hacer que las noticias salgan de otra manera, pero es lo que hay, lo digo con un pesar grande porque es mi barrio y lucho por él pero cuesta mucho, y ahí andamos”. Propone para mejorar la imagen de la barriada que “la Policía Local se paseara, que haya una vigilancia”.

Roque Correa es trabajador social pero ejerce como educador de calle desde que terminó la carrera hace veinticinco años. Hizo las prácticas en Valdocco y estuvo trabajando en formación y en actividades de dinamización del colectivo juvenil, a través el Plan Integral del Distrito V, en los años 2003 y 2004.

Después de estar un tiempo fuera volvió hace un par de años al barrio con el proyecto Jabato 15, sobre absentismo escolar, con jóvenes desencantados con la formación reglada, a los que se intenta que sigan formándose, y con el proyecto La Calle como Espacio Vital, “salimos para buscar un ocio saludable para los jóvenes y adolescentes de la zona”.

Según Correa, el barrio ha tenido sus épocas, “cuando entré a hacer las prácticas había una serie de dificultades y con la ayuda de Valdocco y de todas las entidades el barrio se involucró, pero a raíz de la pandemia se ha notado un bajón a nivel educativo-formativo y a nivel de educación personal, esto ha hecho que se distancien un poco los jóvenes, estén como un poco más aislados ellos mismos, para mí es un retroceso a nivel educativo y social. A pesar de ello la gente tiene ganas de hacer cosas y los agentes sociales tenemos que luchar con ellos para que los cambios se produzcan”.

Recalcó que en la barriada “se están haciendo cosas, actividades para dinamizar a los colectivos, el barrio debe sumarse y dejar esa pasividad, ese ideal de que todo es fácil, de que todo se puede conseguir sin esfuerzo, hay que luchar por un futuro mejor para el barrio y los jóvenes”.

Por su parte, Luisa García, que lleva treinta y cuatro años trabajando en el Distrito V en distintas entidades, manifestó que El Torrejón “es un barrio con muchas posibilidades, pero por muchas circunstancias económicas, sociales, culturales y educativas un grupo de personas se tiene que buscar la vida de manera ilegal y eso hace que se cree la imagen de un barrio que tiene muchísimos problemas, de un barrio peligroso”.

Desde el Distrito V “lo que queremos es que la imagen sea más positiva, vender a la sociedad que El Torrejón es un barrio en el que viven familias normalizadas aunque puedan tener problemas económicos”.Argumentó que las administraciones deben invertir en este tipo de barrios, “tienen que estar un poquito más pendientes de los sitios donde hay más problemas”. Aseguró que El Torrejón “es un barrio con posibilidades, con necesidades de inversión y de que se actúe con urgencia, que el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía tomen cartas en el asunto”.

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