DOCUMENTOS Desde el muelle de Riotinto se tiene la mejor visión de la Ría de Huelva

La última mirada a la bajamar

  • El frente de la Ría es uno de los espacios de más belleza de la ciudad, que comenzó a recuperarse con el relleno de la avenida hacia la Punta del Sebo, un espacio que fue para la descarga de pescado y los baños

La imagen bien merece un diez, nosotros la hemos puesto a diez columnas más el medianil. Desde el muelle cargadero de mineral de la Riotinto Company Limited la orilla de la Ría tiene todo el sabor marinero de Huelva. Una estampa de la década de los años veinte del siglo pasado. Fácil es ver que se trata de una tarde de verano con luz hermosa sobre las aguas salobres del Odiel a donde han acudido numerosos grupos de personas, madres con sus niños que han llevado a darse un baño. El toque de tranquilidad lo ponen los veleros amarrados cerca de la orilla. Es la visión de esa Huelva que va buscando la Punta del Sebo en el proyecto de Francisco Montenegro, al que incomprensiblemente ahora que tanto se reclama este espacio se le ha quitado un trozo de su nombre a una avenida que él hizo realidad para la ciudad. Unos rellenos que se hicieron entre 1910 y 1913, es otro avance más de la ciudad buscando la Ría, a pesar de que muchos vean que siempre estuvo de espaldas al mar. Huelva ha ido buscando cómo ganarse esta orilla, con rellenos que le costó también parte de su identidad con la pérdida de cabezos como el de Molino de Viento (hoy su espacio es el paseo de Santa Fe) cercano al de San Pedro, para cegar la marisma de la zona de la desparecida estación de Zafra, lo mismo que todos los esteros que daban hacia Miguel Redondo, para la otra estación, o la Pescadería cuando perdió el caño del Dique o buscando el frente de la Ría con el muelle de Levante. Espacios que se convirtieron hoy en el avance de la ciudad en las barriadas de Zafra y Pescadería.

La imagen de la orilla muestra también aquel relleno de las marismas, conteniendo a ras la pleamar y convirtiéndose en lugar para el baño en las horas de la pleamar para evitar el fango. Nacía aquí el paseo junto a la Ría, con las incipientes palmeras que hoy no se conservan, como tampoco la hilera de eucaliptos cercana a la orilla cubierta luego en la ampliación de la carretera. Quedaba detrás el estanque artificial de la RTC, espacio que luego ocuparía el Recinto Colombino y el Nuevo Estadio. En el recuerdo, el Balneario del Odiel o la Fuente de las Naciones, y también la bajamar, donde hombres de hoy cogían cangrejos cuando eran niños.

Una orilla amable con la rampa empedrada de la bajamar a donde acudían los carros que se adentraban para cargar el pescado, cuando ya estos cegado el Dique en 1913 no podían acceder a la misma Pescadería. Aún se conserva y nada tiene que ver con las calles de hoy adoquinadas llenas de baches. Todavía es fácil ver algún barco que se eche al agua.

Ahora y sin que prácticamente se presidenta, se va acercando en medio de la Ría la excavadora amarilla que con su boca de hierro y sus dientes despiadados va descargando las piedras que vuelcan camiones tras camiones. Lo hacen ocultos por una muralla de chapa que no deja ver nada, privándonos de la mirada a la Ría mientras desde otra plataforma en agua se va hincando en sus entrañas palos para garantizar el relleno. Desde la zona del desaparecido muelle de Pertrecho se va adentrando por las aguas del Odiel acercándose hacia el muelle de Riotinto. La visión de la bajamar se perderá, sólo quedará para el recuerdo imágenes tan entrañables como esta, más todo lo que ha ido cargando las retinas de nuestros ojos en ese almacén de emociones. Ahora este nuevo relleno en la bajamar preocupa en lo que es la visión que sobre el agua se perderá del viejo cargadero. No hay que olvidar que ya en esta zona lindante con el muelle hay desde a hace años un amplio relleno a ambos lados convertido en aparcamientos de coches, uno por el avance anexo del muelle de Levante, otro el provocado por las tuberías de desagüe que el servicio de Aguas de Huelva tiene aquí con caseta incluida junto al cargadero de Riotinto y que disimula unos eucaliptos. Árboles que dieron sentido lineal a este paseo hacia la Punta del Sebo, casi centenarios ya, aunque muchos han ido desapareciendo, más por la desidia que por la contaminación, pues aún continúan desafiando a más de una chimenea. Junto a ellos corría la línea del tren a la Punta del Sebo.

Este será el último relleno hacia la Ría. Si miramos al muelle de Riotinto desde su plataforma superior no es sólo el giro hacia el río el que entraba en las aguas. El tramo que hoy se le denomina de tierra en su día también estuvo sobre las marismas siguiendo paralelo al caño de las Metas; el único que estaba en tierra era el que se ve de maderas, del que gracias a Cultura no se perdieron sus tablones. Hoy la restauración del cargadero es más digna que la que se hizo en 1992 cuando ya dijimos que el propio muelle se sentía avergonzado de su reflejo en la Ría. Ayuntamiento de Huelva y Gobierno central lo volvieron a restaurar. Hoy queda tristemente el dolor del trozo que le arrancaron para que en los sesenta entraran las piezas de la Central Térmica, que ahora se derriba cuando entra en funcionamiento la planta de ciclo combinado que la reemplaza. Al menos se pensó en recuperar el tramo superior, sin embargo cuestiones técnicas para el futuro del desplazamiento de otras piezas al Polo Industrial no lo aconsejaban. Un dictamen que, a diferencia de los años sesenta, ahora no ha contemplado que se puede llegar a las fábricas desde la avenida Hispanoamérica enlazando hacia la autovía de circunvalación H30.

El futuro de la nueva orilla del río Odiel está ya anunciado, sólo se verá la bajamar deteriorada frente a las fábricas del Polo donde se recupera la espartina marítima, hay que esperar que la que previsiblemente se cubrirá con este relleno se lleve a otra zona después de tantos esfuerzos científicos y universitarios.

Se le ganará a la Ría un amplio espacio, hay que desear que sea bien utilizado como lugar de recreo abierto a la ciudad. Habrá que ir de nuevo a buscar el auxilio del Puerto para que vuelva a brindar a la ciudad la oportunidad de llevar a esta nueva zona sus Fiesta Colombinas como cuando se ubicaron en el muelle de Levante y es que ahora, con el recién aprobado proyecto de urbanización del Ensanche, desde el Ayuntamiento se dispone a trasladar Las Colombinas hacia el Matadero y dejar las fiestas sin el frescor de la brisa marinera que siempre marcó el verano en Huelva y es que su espacio se destina a centro comercial.

Esto será el futuro, ahora toca diseñarlo con parámetros agradables, de ciudad habitable.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios