patrimonio La Universidad de Huelva se instaló en en el antiguo Cuartel de Infantería Granada 34

La última garita

El 3 de marzo de 1988 es una de las fechas que han marcado la historia de Huelva. Se unieron todas las ideas para hacer frente común por la Universidad. Un proyecto que tendrá su repercusión en el futuro de las instalaciones del Cuartel del Carmen, cuyo Regimiento de Infantería Granada 34 había dejado de prestar sus servicios militares el 8 de diciembre de 1985, dentro del Plan de Modernización del Ejército de Tierra, que pretendía concentrar sólo en algunas zonas las unidades militares, quedando en la capital nada más que la Zona y el Gobierno Militar.

Los pabellones y barracones del Granada 34 tienen la oportunidad de convertirse en centro universitario; de ese proyecto se encarga el rector Francisco Ruiz Berraquero, que tenía experiencia en cambiar pabellones militares por aulas universitarias. No será una adquisición gratuita, el Gobierno de España ingresa en sus arcas a través del convenio firmado con el Ministerio de Defensa un importe de 589 millones de pesetas, y eso que el Ayuntamiento de Huelva le había donado los terrenos en 1944.

El 12 de julio de 1990 se presenta en el Ayuntamiento de Huelva la maqueta con el proyecto de reforma de los pabellones. Una tarea que se pone en marcha en 1994 con la rehabilitación de los antiguos cuarteles en edificios para la Universidad, con un proyecto híbrido que comienza con las primeras reformas que realizan los arquitectos Garduño y Vázquez Domínguez. Una actuación que aunque aparece recogida en la Guía de la Arquitectura de Huelva, no tienen protección alguna aún cuando en la actualidad el equipo de defensa del Patrimonio de la Universidad tiene la intención de iniciar las gestiones para que se patrimonialice.

Quizás esto hubiera sido lo conveniente para que el Cuartel del Carmen se blindara contando con una catalogación que le asegurara su futuro. Como no fue así el primer edificio en caer y que se lo llevara la piqueta por delante fue el pabellón central o de mando. En su día se dijo que dos de los tres pabellones estaban en ruina, pero no hay que olvidar aquellos elementos militares que mostraban su fachada. Se habló entonces que se abría la mirada a la Universidad de Huelva como puerta de ella, lo que ocurre es que con el tiempo pues queda como la trasera del campus ya que su entrada principal es a todas luces la de la avenida de Andalucía, donde corre la vida de la ciudad.

El otro edificio que ha sido demolido es el antiguo pabellón del Gobierno Militar, como consecuencia de su ruina que se anuncia en 2007. Al final la apuesta imperante fue la de conservar al menos en la nueva planta el estilo original en consonancia con el resto. Así la actuación que ahora concluye lo ha dotado de una planta más, al ganar un semisótano y es un poco mayor al anterior. Lo que ha desaparecido o al menos no hay noticias de que se vaya a recuperar es la garita que se encontraba a la entrada de este espacio, que queda más diáfano y conserva los cipreses en una misma línea de jardín. Nadie ha resuelto aún cómo podrían haberse integrado en el campus estas garitas, con algo de imaginación hasta se le hubiese podido dar un nuevo uso.

Pero todavía, según ha podido saber Huelva Información, continúa existiendo el debate en el seno de la Universidad entre quienes son detractores de las construcciones militares y los que defienden los elementos que quedan del antiguo Cuartel de Nuestra Señora del Carmen. Un debate que está ahí abierto y latente.

En la actualidad aún cuando en el campus se levantan nuevos pabellones ofreciendo un conjunto muy diverso en la concepción arquitectónica, existe un edificio que a pesar de que nada tiene que ver con la estructura de pabellones militares está fuera de ordenación. No se encuentra en ruinas, quizás el único mal que tenga es el hecho de que fue el chalé del comandante; pero sigue en buen estado y fue hasta una panadería. Ahora en tiempos de crisis su demolición puede hasta sorprender. Nada se sabe qué va a ser de él, está en uso para dependencias universitarias, pero lo cierto es que no se cuenta con él para el futuro.

Un nuevo debate se volvió a abrir en el seno de la Onubense al plantearse recientemente la restauración de la cubierta de uno de los pabellones. Se planteó por algún sector el demolerlo, sin embargo parece que primó para salvarlo el hecho de que forma parte del conjunto del antiguo cuartel.

Sin embargo nada se sabe qué va a ocurrir con el antiguo polvorín y su garita, tras el pabellón destinado a capilla; ni del muro que corre por esta zona y en el que se conserva unas dependencias del cuerpo de guardia.

Lo mismo ocurre con el antiguo depósito de agua que hoy es un elemento que domina todo el nuevo jardín central que viene a confluir en línea con la estructura metálica ubicada en el Cabezo de la Almagra. Pero quienes en la Universidad de Huelva huyen de los elementos militares lo tienen en su mirada esperando verlo caer algún día. A pesar de todo hay quienes optan por su conservación y ahí se mantiene, junto al otro polvorín , con su garita y convertido en la Ciudad del Arco Iris, una guardería de preescolar de educación especial.

Lo cierto es que ninguno de los elementos referidos, polvorín, cuerpo de guardia o depósito del agua están en estos momentos en ruinas, pero sí necesitan del conveniente mantenimiento para garantizar su futuro.

Otros elementos clásicos del cuartel eran las garitas que perduraron hasta que recientemente al cerrar todo el perímetro del campus se optó por demolerlas.

El Campus del Carmen tiene hoy la oportunidad en sus manos de ser un elemento integrador entre las nuevas generaciones hacia esa nueva perspectiva que se tiene en la actualidad del Ejército, profesional y dedicado a labores humanitarias, que recibe todo tipo de reconocimientos de la sociedad civil.

Buscar otra cosa en los pabellones militares del Campus del Carmen solo puede llevar a la confusión y al desasosiego.

La Universidad de Huelva tiene ahí un patrimonio arquitectónico que forma parte de la historia más reciente de la ciudad. Utilizando los mismos argumentos que sus profesores apuntaron recientemente para la defensa de otros edificios de la ciudad se puede hablar del aspecto arquitectónico y, por supuesto, del sentimental que ofrezca para ellos garantías de futuro. El Campus del Carmen forma parte de las nuevas generaciones de onubenses, pero también de la historia de la ciudad y de otros muchos que siendo jóvenes pasaron por aquí aún cuando no les podía llegar a su cabeza el imaginar que Huelva tendría su Universidad. Hay personas de aquella generación a los que les gusta pasear por esta zona de la ciudad porque el tiempo ha pasado por sus vidas y hay buenos recuerdos que son imborrables y este espacio fue su protagonista, si no pregunten.

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