El turismo de golf mejora su hándicap
Los hoteles tienen una ocupación un 8% mayor que la de hace un año
Las reservas para la próxima temporada certifican el auge del sector
En plena campaña las reservas ya están por encima del 8% respecto del año pasado y lo mejor es que para la próxima temporada ya hay más de un 9% por encima de las reservas que se firmaron el año pasado. El turismo de golf coge fuerza y eso es bueno en sí mismo, pero más aún porque es una de las bases para romper la fuerte estacionalidad de Huelva como destino.
El golf coge fuerza y se convierte así en uno de los motores de la industria turística de la provincia. No en vano mueve una media de 150.000 jugadores al año, que en esta temporada van camino de los 162.000, que permiten mantener abiertos los cuatro hoteles que dependen directamente de esta actividad (con cerca de mil camas disponibles) y los que se añaden por extensión a esa oferta para acoger a los clientes que llegan a los ocho campos que tiene la provincia onubense.
Los empresarios miman al cliente de golf porque cubre un vacío difícil de llenar pero también porque este tipo de turista realiza un gasto durante su estancia muy superior a la media del tradicional, lo llega a triplicar incluso, y eso repercute a su vez en otros sectores y actividades como hoteles, restaurantes, comercios, taxis, alquiler de vehículos, etcétera. De ahí que desde la Asociación Provincial de Campos de Golf de Huelva se ponga sobre la mesa que el sector no sólo crea "prosperidad y numerosos puestos de trabajo", sino que además genera ecosistemas sostenibles, además de una práctica saludable.
Huelva juega con cierta ventaja sobre un terreno en el que cada vez hay una mayor competencia. Es un destino prácticamente nuevo en este campo y puede competir en calidad-precio y a ello suman dos aspectos que "pocos pueden igualar" como el enclave de las instalaciones, muchas de ellas en un marco natural protegido y la tranquilidad de la que se puede disfrutar. Los tres son aspectos que valoran "mucho" los golfistas que llegan de fuera de nuestras fronteras (prácticamente el cien por cien de los que juegan en temporada alta, de mediados de enero a final de abril) y de ahí que la mayor parte de ellos "repita" y llegue al punto de "dejar su material de juego en las instalaciones hoteleras de una a otra temporada", según reconoce el presidente de la patronal sectorial, Kostka Horno. Casi la mitad de ellos llega desde Gran Bretaña y a ellos les siguen los daneses, alemanes y holandeses. Su edad media es de entre 55 y 70 años y por ello valoran ese ambiente de reposo que perciben en las instalaciones de Huelva.
El nombre de las instalaciones onubenses se ha consolidado en el ámbito profesional y prueba de ello es que son numerosas las competiciones que se desarrollan en los campos de los provincia. Sin ir más lejos, mañana llegarán las mejores jugadoras internacionales de la categoría de senior a Isla Canela para participar en un campeonato que tendrá representación de todas las selecciones.
El turista que llega a Huelva para jugar al golf desembolsa una media de 150 euros al día (entre alojamiento, media pensión y las salidas a campo), pero además supera también con creces la estancia media frente al resto de turistas. Lo normal es la contratación de un paquete por siete días, aunque se están dando largas estancias que alcanzan incluso las cuatro semanas, fundamentalmente con clientes procedentes de Dinamarca.
Bien diferente es el cliente nacional, más joven y fundamentalmente desde Extremadura, Madrid, Norte de España y Sevilla. En la mayoría de los casos viaja con la familia y compagina en una semana de sol y playa dos días de golf que no comparte toda la familia, "lo que obliga a combinar la práctica del deporte con el ocio en familia".
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