Transición energética: Huelva impulsa la energía limpia, una oportunidad para todos
Tribuna de opinión
El autor defiende que hay un entorno muy favorable para la atracción de inversiones, la innovación continua y la consolidación como referente industrial limpio de Europa
Transformar nuestro modelo energético no es solo una opción, es una necesidad. Gran parte de las consecuencias climáticas que estamos viviendo, están directamente relacionadas con cómo producimos y usamos la energía.
La llamada transición energética no va solo de dejar atrás los combustibles fósiles. También significa construir un sistema más limpio, más justo y sostenible. Pero para lograrlo, no podemos centrarnos en una única solución o tecnología. Necesitamos todas las herramientas disponibles.
¿Qué es la neutralidad tecnológica y por qué importa?
Hablar de neutralidad tecnológica es hacer referencia a un principio muy sencillo: no poner todas las fichas en una sola tecnología, sino dar espacio a todas las soluciones que puedan contribuir a reducir emisiones.
La neutralidad tecnológica implica que la regulación, los incentivos públicos y las políticas de apoyo no favorezcan una tecnología sobre otra, sino que permitan que el mercado y la competencia seleccionen las soluciones más eficaces, sostenibles y costes eficientes para cada situación. Este enfoque reconoce que no existe una única tecnología capaz de satisfacer, por sí sola, las necesidades de todos los sectores económicos y sociales, y que es necesario aplicar soluciones diferenciadas y complementarias.
No se trata de enfrentar unas tecnologías con otras, sino de permitir que convivan, que evolucionen y compitan dentro de un marco justo, donde lo importante sea cuánto ayudan a descarbonizar, cuánto cuestan y cómo se adaptan a cada necesidad. Porque, seamos sinceros, lo que funciona para el transporte marítimo no es lo mismo que lo que necesitamos para calentar nuestros hogares o alimentar una fábrica.
Distintas soluciones, un mismo objetivo
Para llegar a una economía con emisiones netas cero, necesitamos construir un puzle con muchas piezas. Aquí van algunas:
1. Renovables y electrificación. La energía solar y eólica ya están transformando nuestro sistema eléctrico. Y esto es solo el principio. Cada vez más hogares, empresas y ciudades producen su propia electricidad con paneles solares o sistemas eólicos. A esto se suma el impulso a la electrificación de sectores como el transporte o la climatización, que ayuda a reducir emisiones cuando esa electricidad proviene de fuentes limpias.
Claro que esto plantea nuevos retos, como el almacenamiento de energía o la gestión inteligente de la red. En estos aspectos, las baterías y las tecnologías digitales serán clave.
2. Gases renovables y biocombustibles. No todo se puede electrificar fácilmente. Ahí es donde entran en juego alternativas como los biocombustibles, el biometano o el biogás. Estas soluciones son especialmente útiles en industrias con calor de alta temperatura o en sectores como el transporte pesado o la aviación, donde hoy la alternativa eléctrica no es viable.
Además, tienen una ventaja clara: pueden aprovechar muchas de las infraestructuras actuales, facilitando una transición más rápida y menos costosa.
3. Hidrógeno verde: el vector del futuro. El hidrógeno renovable aún está en sus primeras etapas, pero tiene un potencial enorme. Podrá ayudar a descarbonizar fábricas, refinerías y medios de transporte que, de otro modo, seguirían dependiendo de combustibles fósiles.
Necesita inversiones y tiempo, pero si lo impulsamos con inteligencia, será una pieza esencial del futuro energético.
4. Captura de carbono y eficiencia. Por mucho que avancemos con renovables o electrificación, siempre habrá sectores donde reducir las emisiones será especialmente difícil. En esos casos, tecnologías como la captura y almacenamiento de carbono pueden marcar la diferencia.
Y no olvidemos que la manera más limpia de usar energía es no usar más de la necesaria. Por eso, mejorar la eficiencia energética y aprovechar la digitalización para gestionar mejor la energía es algo que nos beneficia a todos.
Ventajas competitivas del Polo Industrial de Huelva en descarbonización, energías limpias y economía circular
El Polo Industrial de Huelva se destaca como uno de los principales referentes nacionales e internacionales en la transición energética y la descarbonización industrial, gracias a la integración de múltiples tecnologías y combustibles limpios. Sus ventajas competitivas más destacadas son:
1. Diversidad y complementariedad de tecnologías limpias.
- Amplio mix tecnológico: El polo alberga instalaciones de biocombustibles de segunda generación, bio-GNL, plantas fotovoltaicas y de biomasa, además de proyectos avanzados de hidrógeno verde y una planta de reciclado de metales no férreos.
- Interconexión sinérgica: La coexistencia de diferentes fuentes facilita el aprovechamiento de sinergias entre procesos: por ejemplo, el biogás generado en las plantas de biocombustibles sirve como materia prima para el hidrógeno verde, potenciando la eficiencia y circularidad. Desde este enclave partirá también la futura red nacional de hidrógeno, que se encuentra en este momento en ingeniería básica.
2. Liderazgo industrial y volumen de negocio.
- Es el polo industrial con mayor volumen de negocio de España, y el primero a nivel nacional por diversidad de actividades y tecnologías renovables.
- Acoge más de veinte grandes instalaciones que abarcan química, energía renovable, ciclos combinados, plantas energéticas, metalurgia y agroindustria, lo que lo posiciona como el primer polo por su diversidad.
- La infraestructura portuaria del Puerto de Huelva facilita la importación/exportación de materias primas y productos finales en las cadenas globales de valor.
Estas ventajas confirman que la presencia de distintas tecnologías y combustibles en el Polo Industrial de Huelva genera un entorno muy favorable para la atracción de inversiones, la innovación continua y la consolidación como núcleo industrial limpio de referencia en Europa.
Se trata de un esfuerzo colectivo, donde cada paso cuenta. Y para caminar más lejos, necesitamos hacerlo juntos, combinando soluciones, talentos y voluntades.
En resumen: un viaje de todos y para todos.
Juan del Olmo es presidente de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva.
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