Huelva

La esperanza de recuperar una tierra

  • El escritor Boris Izaguirre presenta en la Universidad de Huelva su última novela, ‘Tiempo de tormentas’

  • El venezolano desea que la ayuda internacional pueda entrar en el país

Joaquina Castillo conduce un nuevo acto de ‘Presencias Literarias’ con el escritor Boris Izaguirre como protagonista.

Joaquina Castillo conduce un nuevo acto de ‘Presencias Literarias’ con el escritor Boris Izaguirre como protagonista. / Alberto Domínguez

La sonrisa que dibujó su cara alumbró las palabras de ánimo y esperanza cuando la pregunta de Venezuela sonó en el aire de un micrófono. “Todos de pronto hemos como recuperado una fuerza para devolvernos el país que nos han robado”, decía el escritor Boris Izaguirre en su regreso a Huelva públicamente después de tantos años. Llegó con su último libro bajo el brazo, Tiempo de tormentas, que publicó hace un año después del impulso a escribir a raíz de una frase agonizante de su madre en la que “me dijo que no podía entender por qué había nacido en una dictadura y se iba a morir en otra dictadura”.

Hoy, tras un año de la publicación de su libro, una novela autobiográfica, Tiempo de tormentas ha comenzado una nueva etapa. Una obra que discurre al completo en tierras venezolanas y que “ahora de repente ha tomado un nuevo aire y unos nuevos lectores” por lo que ocurre políticamente en estos momentos en el país latinoamericano. “Durante muchísimos años suplicamos, anhelamos, deseamos que la comunidad internacional por fin nos viera y se diera cuenta del inmenso sufrimiento que vivíamos bajo el chavismo”.

Boris Izaguirre saluda a los presentes antes de entrar al salón de actos. Boris Izaguirre saluda a los presentes antes de entrar al salón de actos.

Boris Izaguirre saluda a los presentes antes de entrar al salón de actos. / Alberto Domínguez

El escritor llamó a la cautela, a pesar de la esperanza existente, “porque sinceramente creo que nunca nos hubiéramos imaginado que nos íbamos a convertir en un conflicto internacional. Ahora empieza ese proceso en el cual, evidentemente, no queremos derramar sangre de ninguna manera, y deseamos básicamente que los pasos se vayan cumpliendo”. Uno de los primeros: “que la ayuda internacional pueda entrar en Venezuela”.

Al echar la vista atrás, Izaguirre entiende que tuvo una visión “muy privilegiada” al darse cuenta que “claramente mi país se estaba deshaciendo y que no estaba en mis manos poder rehacerlo”. Algo por lo que dejó atrás Venezuela pero sin olvidar los recuerdos autóctonos y sin perder el acento, los olores o los sabores, que le trasladan a su país.

Un Boris risueño, amable, agradecido y con sentido del humor se ganó a un repleto salón de actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Huelva en una nueva jornada de Presencia Literarias perteneciente al Área de Cultura y que pretende acercar a la comunidad universitaria y sociedad onubense a escritores relevantes. El espacio se abarrotó de tal manera que las 300 localidades se quedaron pequeñas al tener en cuenta las numerosas personas que tuvieron que volver sus pasos hacia la puerta de salida.

"Hemos recuperado una fuerza para devolvernos el país que nos han robado”

La vicerrectora de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales, Joaquina Castillo, fue la encargada de conducir la presentación para que Boris Izaguirre desgranara poco a poco decenas de anécdotas de su vida personal, que al fin y al cabo, son parte de su obra. Su letra firma una colección que ya aumenta a doce novelas. Este fenómeno televisivo, escritor y multidisciplinar llamado Boris Izaguirre basa su trayectoria profesional en una relación directa con la narración. “Siempre pienso como un escritor”.

El venezolano piensa que su etapa de niñez “era un tiempo perdido”, un periodo que veía “larguísimo” porque quería ser adulto pero “escribiendo la novela me di cuenta que no”, que esos primeros años fueron extraordinarios. Su madre, su dislexia, y la compañía de los superhéroes también forman parte de la vida de este escritor que ayer mostró su pasión por lo femenino y su rechazo al machismo, que definió como “una estúpida mala educación”. Izaguirre denunció que no existe igualdad profesional y ni siquiera “en el trato”. En cambio su radar “siempre va a lo femenino”.

Tiempo de tormentas abre el alma de un escritor que narra su vida en un país que ahora está en el foco internacional. “Cuando todo esto termine diremos que pasó pero no podremos nunca olvidar por qué pasó”.

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