Un tercio de los puestos vacantes de camarero y cocinero se queda sin cubrir

Los hosteleros tienen "serios problemas" para encontrar personal especializado que ocupe determinados puestos

Sólo dos de cada diez currículum que reciben se ajustan al perfil requerido

Dos camareros atienden a los clientes que acuden a un establecimiento hostelero de la capital onubense.
Dos camareros atienden a los clientes que acuden a un establecimiento hostelero de la capital onubense. / Alberto Domínguez
Ana Vives Casas

Huelva, 17 de agosto 2017 - 02:07

Hasta hace unos años se consideraba como un comodín para trabajar o incluso como el sector refugio al que ir y venir, pero los tiempos han cambiado. La profesionalización necesaria para ofrecer un servicio de calidad en la hostelería ha llevado a los empresarios del sector a demandar perfiles que "cada vez cuesta más cubrir". Como prueba, un dato: casi una tercera parte de los puestos vacantes no se cubre. Y otro apunte: sólo dos de cada diez curriculum que llegan para cubrir un puesto de trabajo ofertado por los empresarios se ajustan al nivel de especialización que precisan. La falta de personal se concentra especialmente en los puestos de camareros y cocineros. Hay "falta de mano de obra, aunque los empresarios se las ingenian para poder seguir dando un servicio de calidad a los clientes", explica el secretario general del Círculo Empresarial de Turismo, Rafael Barba.

En algunos casos, la búsqueda de profesionales titulados o con experiencia se ha vuelto casi una misión imposible, tanto que muchos se conforman con que los futuros empleados muestren "espíritu de trabajo". La oferta de candidatos no es suficiente para atender toda la demanda como ya denunció en su día el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, Antonio Ramón Macías, en una entrevista publicada en Huelva Información. Los hosteleros levantan la voz ocho meses después en busca de profesionales ante "un déficit total" de personal cualificado.

+17%Absentismo. Las ausencias al trabajo de uno a tres días de duración se han disparado

Desde el sector no se encuentra el motivo para que haya esa falta. Aunque lo que se tiene claro es que "lo fácil" es hablar de un oficio mal pagado. Lo cierto es que el salario mínimo de un camarero y un cocinero ronda como media los 1.365 y los 1.786 euros al mes (incluidas las extras y pluses), según fuentes del sector que se basan en los convenios colectivos del gremio. "Lo normal es que los sueldos sean superiores a a los mínimos marcados en convenio" y dependen del nivel de del establecimiento (hotel, restaurante, bar, etcétera).

No hay estadísticas oficiales sobre el número de puestos de trabajo ofertados por cada actividad económica, pero las empresas de trabajo temporal, que han tomado el relevo del Inem como intermediados del mercado laboral, también certifican que existe un exceso de demandantes para empleos de administrativos o los denominados cuello blanco, mientras que es cada vez más frecuente una escasez "casi angustiosa" en oficios que hasta hace una década estaban poco valorados por considerar que eran de baja cualificación.

Los tiempos han cambiado y en esa falta de personal puede influir la temporalidad de los puestos de trabajo, que en muchos casos se limita a la época estival o a la de apertura de los establecimientos hoteleros; de ahí que la mayor parte de los trabajadores sean fijos discontinuos (además de la hostelería ocurre en otros trabajos como el de conductor de autobús escolar, que opera en función de los picos de actividad estables).

La escasez de profesionales se une a los "altos niveles de absentismo", que complican aún más la situación para cubrir puestos vacantes. Desde el Círculo Empresarial se fija en un 17% el aumento que en el último año ha habido de ausencias al puesto de trabajo por algún tipo de Incapacidad Temporal (IT). Su duración es de uno a tres días y es ahí donde reside uno de los mayores inconvenientes, ya que "no hay tiempo para poder cubrir el puesto".

Para determinados puestos de base es posible paliar la escasez de formación con cursos intensivos o formación en prácticas, pero no ocurre lo mismo en los que se requiere una alta cualificación como jefe de cocina, que precisa una formación de años y cierta experiencia.

La formación como pieza clave para lograr la cualificación

La profesionalidad llega de la mano de la formación y a pesar de que en la provincia hay ocho centros en los que se imparten enseñanzas de cocina y gastronomía, el nivel de especialización no se ajusta en todos los casos a la cualificación que se requiere para muchos puestos. Empresarios, hosteleros y exalumnos miran la Escuela de Hostelería de Islantilla como uno de los mejores nichos en los que conseguir trabajadores de calidad en el sector, pero los problemas que arrastra desde el año 2013, que derivaron en su cierre aproximadamente un año después, mantienen el centro sin actividad. De ahí que desde el sector se pida una solución para ello, así como para la implantación de la FP Dual, que potencie la formación práctica de la mano de las empresas.

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