Tarde de piñata

Dos damas y un caballero. Dos toreras y un matador de toros; tres compañeros de cartel. La definición para la Puerta Grande en Palos admite cualquier definición y más. También el de juventud. Lea es más veterana en lides de actuaciones pero los nombres de Olga y Zulueta apenas admiten historial en los ruedos y por supuesto se les nota en las caras que pasearon en tanta vuelta al ruedo como ayer lograron dar. Son apuestas necesarias y justas para mostrar a todo el escalafón.

Por momentos la tarde fue de piñata y el palco una fiesta. Las orejas caían cual piñata abierta de par en par con los ‘chiquillos’ esperando abajo. Incluso un rabo por una estocada caída se coló entre los premios que Zulueta, Lea y Olga se llevaron para casa. Contentos; por supuesto.

Que si duro; que no me parece; rastrille usted por ahí…el caso es que Lea no andaba a gusto con el piso y los areneros tenían ya la hora encima porque el águila que siempre trabaja en la Pinzoniana había bajado desde lo alto del tendido y el torilero esperaba ya con llave en ristre.

La placidez del primero de Soto de la Fuente campeando por el ruedo tal si en dehesa estuviera contrastó con la explosión de bravura que dejó en dos vueltas completas tras el caballo de Lea al dejar el primer rejón. De ahí para siempre el utrero fue un dechado de bravura y nobleza para que Lea le anduviera con elegancia en las suertes y cuajara una labor que caló en el tendido cuando ésta lució en templar de corrido al hilo de las tablas la clase del novillo. Un rejonazo muy trasero dejó en sus manos las dos primeras orejas. Después vendrían más.

El cuarto fue un poquito más malage para estar con él. En lo que sí coincidió con su hermano de camada fue en el arreón inicial que le suministró a la francesa tras el primer rejón. “Córtalo que me coge”, gritó la francesa a su banderillero con el bicho gastando gas a la grupa de su cabalgadura. Cruzándose siempre, esperando con astucia y a la defensiva, a Lea no le dio para concretar mucho más que la voluntad y un pasaje ya en las postrimerías de la faena donde Pantera y su dueña despertaron al tendido templando al de Soto. Otro rejonazo en los blandos ayudó a solventar la oreja en el esportón.

Cumplidor estuvo Zulueta frente al primer toro de su lote. Muy medido el animal en todo, el sevillano le dejó un lucido recibo de capote y por ambas manos la muleta dejó entresacar muletazos estilosos y bonitos. Dos pinchazos y una estocada dieron paso a una oreja.

Más importante se mostró Zulueta frente al quinto de la tarde. Estuvo el sevillano más serio y formal que el Cuvillo. Entrega en el torero con un animal al que le faltó clase y ritmo pero al que el torero siempre buscó y consiguió por ambos pitones hacer predominar su muleta en muletazos limpios y mandones cosidos por esa urdimbre que da ligar la serie. Lo entendió de principio a fin, siempre muy por encima de esa embestida deslucida. La estocada baja y fulminante le llevó las dos orejas y rabo de este quinto.

Olga Casado alcanzó una oreja tras rematar su faena al tercero. La travesía de la espada había difuminado la eficacia del espadazo y el verduguillo no vino a afinarlo en manos de la madrileña quien terminó escuchando un aviso del palco después de una labor anodina; limpia pero ayuna de emoción y con demasiados desarmes en ese pretendido quite capote a la espalda aunque también juega a favor de Casado esa sonrisa que le sacó al tendido en las dos últimas series más entregadas y lucidas a ese tercero, que se fue aplaudido en el arrastre.

Casi siempre le ganó la acción el sexto a Olga en el capote. Decisión en la protagonista que se fue a buscar la emoción de ese pase cambiado en el platillo de la plaza. Los enganchones frente a un novillo bruto y sin estilo no ayudaban, más aun con eso a Olga le quedó una faena donde la mano corrió con más soltura y empaque y el muletazo fue más profundo. La voltereta fue apuesta de la torera y se la llevó puesta. La olvidó con una buena serie de toreo al natural para concretar después como pudo ese sexto acto ante un novillo pasado de faena y muy difícil de cuadrar.