Y en un suspiro, Guajiro

Colombinas 2025

El caballo Guajiro, protagoniza la estampa y el momento estelar del festejo de rejones que cerró la feria.

Ventura y Romero por la Puerta Grande.

Guajjiro y Andrés Romero
Guajjiro y Andrés Romero / Alberto Dominguez
Paco Guerrero

Huelva, 04 de agosto 2025 - 12:12

Para quienes hemos seguido la meritoria e importante carrera de Andrés Romero siempre habrá en nuestra memoria un caballo vital para entender como el de Escacena emergió de aquellas difíciles y duras temporadas del principio. Aquellas temporadas de zambombos con pitones y plazas de poco dinero.

Desde aquello a lo que hoy es Romero en el rejoneo hay un abismo en positivo además de una cuadra con fondo y arte que vienen a representar como nombres más importantes Kabul y Fuente Rey o como un poco antes también Farrugia apuntaló con solvencia faenas. Hoy hay equipo pero aquellos inicios y especialmente la consolidación de las sucesivas temporadas las tardes, los éxitos, la inmaculada fe en llegar a plazas importantes y ferias donde al menos el camión de los caballos y la cuadrilla no costara dinero lo consolidó un caballo llamado Guajiro.

Qué bonito suena el nombre y que bonito es cuanto a través de estos años Guajiro ha significado en la consolidación del oficio y el sitio de Romero.

Guajiro, el de los arrebatos de Andrés cuando tras el par, la doble y a veces triple pirueta dejaba a caballo y caballero mirando de frente al toro por un instante. Guajiro fue y será el caballo de las piruetas imposibles y mejor ejecutadas. El nombre que llenó titulares junto a su dueño en tardes de triunfo y el sostén en donde Andrés Romero encontró luz en festejos donde todo era más negro que el propio toro. De hecho el título que ancabeza este artículo es el mismo de una tarde inmensa de Guajiro sobre el albero sevillano.

Un caballo, un cómplice y seguramente un amigo al que susurrar en la oreja que había que irse con firmeza hasta el toro sin remedio.

En fin, Guajiro ha sido la extensión torera de Andrés Romero. Estoy seguro de escribir que no ha sido un caballo cualquiera y que se le echará de menos por mucho que otros caballos más jóvenes anden ahora pavoneando estampa y oficio bajo las riendas de Romero.

Guajiro fue el sostén en donde Andrés Romero encontró luz en festejos en los que todo era más negro que el propio toro

Ayer, 3 de agosto de 2025 en los medios de La Merced a Guajiro le cortaron la un mechon de crines a modo de coleta como se merece una carrera completa en los ruedos. En torero y de la mano de Andrés y su hermano Santiago, otro artífice lleno de lealtad y conocimiento en la carrera del hermano, Guajiro dio la vuelta al ruedo cuando a la feria le restaba ya un último suspiro.

Guajiro se retira
Guajiro se retira / Alberto Dominguez

De alguna forma a todos se nos marcha algo con Guajiro. Una época; unos comienzos; la belleza o la pasión que pudimos dejar en una crónica e incluso la admiración que nos dejó los retos de esas plazas grandes como Sevilla, Madrid, Bilbao, Valencia o Nimes donde Guajiro también se hizo presente. También la recuperación lenta de aquel grave percance 2015 cuando un toro le metió por septiembre el pitón en Castuera.

No abundo mucho sobre la crónica de ese festejo que cerró feria ayer con la corrida más deslucida que Fermín Bohórquez ha lidiado en Huelva. Tarde de toros remisos con los caballos y flechas veloces buscando un banderillero que poner en su vida.

La ocasión de que La Merced se topara con un gran rejoneador como es Sergio Galán al que no le acompañó ni el lote, ni la suerte, ni el acierto.

La explosiva y generosa apuesta de Ventura frente al quinto y la raza y contundencia de Andrés Romero para que su plaza no le viera irse caminando camino del hotel.

En esas dos horas de rejoneo se resumen fallos con los aceros, ambiciones, vanidades y un público que dio el refrendo definitivo a que esta ha sido una feria de asistencia record. Ayer casi rozando el lleno de tardes previas. Entradón de público y fin de fiesta con la postrera salida a hombros de Romero y Ventura. Aunque el protagonista grande de la tarde fuese Guajiro, un inmenso patrimonio de torería y raza mientras duró en los ruedos y que ahora se gana su descanso.

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