La ESPERANZA, de escuela municipal a parque público

El Parque de la Esperanza es hoy una zona de esparcimiento para los onubenses. Uno de los cabezos que conforman la ciudad alta, en ese frente en el que a principios del siglo pasado todavía se podía ver la Ría. Con la llegada de los ingleses a finales del XIX, esta zona hasta el cabezo del antiguo hospital de los ingleses, donde hoy se levantaba El Corte Inglés; el cabezo San Cristóbal, donde se construye el Barrio Obrero; y la zona de la Huerta Mena, todo era propiedad de la compañía inglesa de Río Tinto Company Limited.

La necesidad de escuelas públicas movió al municipio a abordar este tema y se pensó en el llamado Huerto de la Esperanza. Se solicitó estos terrenos a la compañía que fueron cedidos el 15 de mayo de 1911. La primera piedra se coloca el 15 de agosto de ese año, es el inicio de un largo periplo hasta que las escuelas son una realidad. Se les puso el nombre de Agustín Moreno y Márquez, un profesor que se jubilaba, además era un conocido periodista local. Un año después se anuncia que las Escuelas Municipales Graduadas Agustín Moreno estaban terminadas; nada más lejos de la realidad. En 1914 se lamenta que las instalaciones se vayan deteriorando sin que se abran las clases. Existe un informe del arquitecto municipal de 7 de abril de 1917 en el que se plantea que los tabiques interiores no ofrecen solidez.

La llegada a la alcaldía de Muñoz Pérez será necesaria para que las Escuelas de la Esperanza se pongan en marcha en 1918. A partir de ahí la historia no será tampoco fácil; las mismas albergarán a las mujeres y los niños de los huelguistas de Riotinto. Más tarde acogerá a los heridos de la Guerra de África. En 1925 surge la polémica de que van a pasar a manos de la Diputación de Huelva para que aquí se instale el hospital provincial, lo que al final no tiene lugar. Mientras que en 1936 las naves de las escuelas son utilizadas para cuartel.

Finalizada la Guerra Civil las escuelas vuelven a su destino educativo, incluso en 1947 llegan a ampliarse las naves, son las Escuelas Graduada de la Esperanza, aneja a la de Magisterio.

Unas viejas instalaciones que en 1969 no reúne las condiciones para seguir como escuelas y las naves se destruyen dando paso a los jardines, que tuvieron una gran aceptación hasta que en las últimas décadas cayeron en el abandono; dedicándose ahora la mitad del mismo al recreo de los perros. Mientras, las escalerillas y las terrazas del muro del cabezo están inutilizadas y en un estado que necesita de una revisión.