De las TRES CALLES a la palmera

Un lugar perdido Las Tres Calles, como su propio nombre hace intuir, era una encrucijada de calles, aunque no accedían a esta solo tres, sino cuatro; cosas de las peculiaridades de esta ciudad

De las TRES CALLES a la palmera
De las TRES CALLES a la palmera / Archivo E.j.s.
Eduardo J. Sugrañes

05 de febrero 2017 - 02:07

Las Tres Calles es de esos lugares que quedaron engullidos por el nuevo trazado urbanístico de la ciudad a partir de los años ochenta. La actual Plaza de la Palmera amplió su espacio asumiendo las Tres Calles y la zona de casas que lindaban entre la plaza y la calle Pablo Rada, que es la más afortunada, pues al quedar integrada en la zona de la plaza dio el salto a la nueva arteria y un personaje segundón en la historia es el que tiene la mejor avenida de la ciudad. Cosas de nuestra querida Huelva.

Volviendo a las Tres Calles, desaparece en el nomenclator al eliminarse los edificios que se introducían en ella. Primero se le conoció a la zona como la Plazuela o Plaza del Vizcaíno; aquí estuvo la llamada Cruz del Vizcaíno en un pozo y abrevadero, allá en el siglo XVIII.

El pueblo le llamó las Tres Calles, cuando a este punto desembocaban cuatro arterias. La razón puede ser diversa, que se entendieran tres calles: La Fuente, Palos y Nueva, mientas que la que accedía hacia San Pedro no se consideraba así pues desembocaba en la Plaza de la Palmera. Peculiaridades de nuestra ciudad.

De cualquier forma, resultó un espacio entrañable, punto de entrada a la ciudad desde la calle de San Sebastián. Aquí se levantó el célebre edificio de La Alhambra, que mandó construir Victoriano Ruigómez y Ortiz, un joven empresario de 27 años que encarga tan artístico inmueble al arquitecto José María Pérez Carasa. Le ofreció la nota elegante y señera a la zona, levantando la mirada de las casas pueblerinas. Aquí estuvo su tienda de ultramarinos y, más tarde, la galería del pintor Enrique Montenegro.

Un lugar que tuvo otros comercios emblemáticos, como el Bar la Copa, que todavía subsististe, el kiosco de la familia Rufi o la Farmacia, todos ellos adaptados a los nuevos espacios que aquí se levantaron.

Algo más arriba, aunque ya en Pablo Rada, estaba la taberna del Pechuguita, hoy es la zona de bares que están frente a la plaza. Dejaron por aquí su recuerdo histórico el antiguo cine o la freiduría de patatas. Al menos, la palmera continúa aquí siendo el referente histórico.

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