A la sombra de un 'amigo' milenario
Vecinos de Marigenta celebran una jornada de convivencia junto al acebuche de la finca El Espinillol organización La iniciativa está organizada por la Hermandad de San Pedro y la Santa Cruz de dicha aldea y por la Asociación Amigos del Árbol.
Cuando se convocan actos de convivencia son bien recibidos por los amantes de las relaciones humanas por el bien de establecer lazos sociales y conocimientos mutuos. Las Jornadas de Convivencia Acebuche Milenario dan prueba de ello y es que recientemente la séptima edición se ha celebrado, como todos los años desde 2004, en el magnífico marco y a la sombra del majestuoso acebuche situado en la finca El Espinillo, cercana a la aldea de Marigenta, en Zalamea la Real. Esta iniciativa está organizada por la Hermandad de San Pedro y la Santa Cruz de dicha aldea así como por la Asociación Amigos del Árbol.
Fue un día magnífico propicio para la puesta en marcha de esta actividad, para hablar de la naturaleza, del medio ambiente, de la familia y amigos y de las noticias de la actualidad, entre otros aspectos, y sirvió para saciar el apetito con unas exquisitas tapas frías y calientes y una buena paella hecha por el berrocalense Emilio. Tras la comida, los asistentes degustaron unos dulces con café y participaron en un sorteo de regalos. El espectáculo musical no pudo celebrarse a pesar de haber estado previsto. Y es que en los pueblos que son de pocos habitantes cuando alguien fallece es bien conocida la tradición de que la mayoría de sus vecinos acuda al sepelio y entierro y así sucedió con muchos componentes del grupo que iba a amenizar la jornada. Otro de los motivos fue también que se acortara el tiempo de la convivencia de un centenar de personas que acudieron a este lugar.
La organización de las jornadas, representada por el ecologista Juan Romero, dedicó unas palabras a los concurrentes. Les habló sobre varios temas, entre ellos, "la nobleza de los árboles que nos dan fruto, oxígeno y sombra". Asimismo, comentó que el acebuche de este lugar es "una joya milenaria que nos contempla y ha visto pasar el tiempo con infinidad de hechos históricos de nuestra tierra -comentó- por ello, debemos respetarlo y cuidarlo, tratando de proteger su entorno". Del mismo modo, Juan Romero insistió en recuperar las vías pecuarias entre Zalamea la Real y Berrocal, a lo que los alcaldes presentes de ambos municipios respondieron que "hay proyectos comunes de hacer en corto plazo como un cierre alrededor del árbol para evitar entradas innecesarias de animales y personas que pudieran dañar su estructura". Y a largo plazo, añadieron, "está prevista la recuperación de las vías para hacerlas peatonales ahora que el senderismo está tomando mucho incremento a parte de otros intereses que atañan a la aldea".
La Hermandad de San Pedro y la Santa Cruz siempre se ha mostrado muy interesada en llevar a cabo estos eventos, idea que surge a raíz del incendio que brotó en la tarde del pasado 27 de julio de 2004 y arrasó durante días unas 36.000 hectáreas entre las provincias de Sevilla y Huelva. Para ello, ha contando siempre con la generosa colaboración de los propietarios de la finca. Para la Hermandad es una satisfacción mantener vivo este tipo de actos, que resulta saludable para el medio ambiente, haciéndo recordar a los participantes el cuidado que deben profesar siempre hacia la naturaleza y su entorno, a la vez que es beneficioso para la propia Hermandad. Este colectivo organiza también las fiestas de Marigenta de su Patrón San Pedro y la Romería de la Santa Cruz. Ambas se celebran a la vez a finales de julio cuando los oriundos de la aldea que residen fuera pueden regresar con sus vacaciones veraniegas, encontrándose en esos días con más habitantes. De hecho, el número de vecinos pasa de unas 20 personas durante el año a unas 150 personas en la festividad.
El milenario árbol que contempla por un día al año a mucha gente que le visita, recibe además las caricias de los niños con sus juegos, en su deseo infantil de subirse, estar y bajarse continuamente, aguantándolos calladamente con su poderosa robustez y siendo cómplice de ellos.
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