En medio del terrible episodio de sequía que atraviesa la provincia, existe un lugar en la capital donde el agua parece casi infinita. La Fuente Vieja de Huelva, en un enclave único de los cabezos del conquero, representa un espacio de enorme valor arquitectónico, histórico, patrimonial y natural. 

Así lo reconocen desde el Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva, cuyos miembros han llevado a cabo este miércoles una visita guiada que se enmarca en el programa de actos de la Semana de la Arquitectura de la provincia. En esta ocasión, el arquitecto Francisco Javier López Garrido, ha dado a conocer a los presentes los pormenores del proyecto de rehabilitación del antiguo acueducto romano de Huelva. 

Junto al arquitecto sanjuanero Eduardo Omar Novo, López lideró el proyecto de nuevo urbanismo que comenzó tras alzarse con parte de un concurso público en 2017. El objetivo en aquella ocasión, tal y como explicó el propio técnico, era volver a favorecer la conexión del cabezo con su ciudad, "algo que se perdió tras el exitoso proyecto de contención para las aguas de escorrentía que hubo de llevarse a cabo en Huelva durante el mandato de Juan Ceada y que buscaba evitar inundaciones, las conocidas como 'aguas amarillas'". 

La Fuente Vieja de Huelva, antiguo acueducto romano

Los oyentes han podido disfrutar de la narración de un proyecto, de más de 40 metros de desnivel, que arranca desde la conexión entre las calles Menedez Pelayo y Pérez Galdos. López aclaró que el plan resume en un espacio "nuestra idea del conquero como parque" en un barrio que, en aquel entonces, "adolecía de espacios públicos" y en el que se ha querido respetar todas las cuestiones naturales, como las especies endémicas o los huertos urbanos que aún se cultivan en sus laderas. Igualmente el proyecto ha tenido en cuenta la accesibilidad para personas con movilidad reducida, al menos hasta las inmediaciones de la Fuente, no así, hasta las zonas superiores de la ladera. 

La fuente, presente en la ciudad

Otro de los objetivos principales que se han logrado con el proyecto, ha sido el de "hacer presente la fuente en la ciudad" a través de la construcción de varias acequias que conducen el caudal de agua hasta el propio barrio en el que se recogen en un estanque. 

En total y según las últimas mediciones, de la fuente emanan "más de 40 mil litros de agua diariamente" gracias a que el cabezo funciona "como una verdadera esponja natural".  

Además del preciado liquido, a nivel paisajístico, el plan ha logrado guardar el crisol de especies vegetales que representa el cabezo y que varian, en función de la altura, "desde las variedades propias del bosque de ribera hacia una propuesta más mediterránea como los alcornoques o las jaras". 

Al resultado de todo este proyecto, al que se puede acceder desde hace varios meses, falta por completar la rehabilitación de los muros exteriores de la fuente, que necesitaban del visto bueno del Ministerio de Cultura. Esta nueva ampliación, según ha adelantado Francisco Javier López, contempla, entre otras cuestiones, "la reconstrucción de varios escalones para bajar a la fuente así como la eliminación de los añadidos del siglo XXI como los morteros de cemento".