La trillada Hasta que las muerte los separe ya no es el principio que rige las relaciones de pareja. Cada vez son más las relaciones que fracasan y las personas que deciden poner fin a meses o años de convivencia por los más diversos motivos. 

En la provincia de Huelva las parejas optan de forma mayoritaria por la fórmula del divorcio, disolviendo de forma definitiva el vínculo contraido a través del matrimonio. En el último año y según los datos de Estadística de nulidades, separaciones y divorcios del Instituto Nacional de Estadística (INE) los onubenses han presentado un total de 942 demandas de divorcio frente a las 1.056 que presentaron en el año 2021.

Precisamente el año del confinamiento, en el que muchas personas se vieron obligadas a convivir los 24 horas del día en una misma vivienda, terminó con la relación de muchas de ellas, situándose el pico más alto en 1.056 divorcios en la última década. Por su parte, el mínimo del último lustro se registró en el año 2020 con 833 rupturas matrimoniales. 

Así las cosas, los matrimonios en Huelva con una duración entre 10 o más años son los más propensos a terminar con la relación. En la provincia, según el INE, se han registrado un total de 637 divorcios, el dato más bajo de la última década, a excepción del año 2020, donde se interpusieron 83 demandas de divorcio más. Por su parte, las parejas con menos de 2 años de convivencia son las menos propensas a divorcierse (17) frente a las parejas de entre 2 y 9 años con 288 divorcios. 

En cuanto al tipo de familia que decide poner fin al vínculo matrimonial, la mayoría de las parejas divorciadas en el último año lo ha hecho sin hijos/as (403) frente a las que cuentan con dos hijos/as o más, fruto de la relación, con 226 hijos/as menores o dependientes a cargo. Similar a este número se sitúan las parejas con un hijo/a a cargo (287). 

La particularidad de los divorcios en Huelva pasa por la elección de no separarse de forma previa. De los 942 divorcios en el último año solo se han decantado por la fórmula de la separación previa 42 casos lo que supone apenas un 4,4% del total. 

La puerta abierta a la reconciliación

En el caso de las separaciones en la provincia, como ya se ha visto, la tónica general es el descenso generalizado en el número de casos que se presentan en los juzgados de Huelva. En muchas situaciones, este hecho se produce porque la pareja contampla la posibilidad que la ruptura sea algo temporal, "fruto de algún bache que pudiera tener solución", aseguran los expertos legalistas consultados. 

La separación tanto legal como de hecho, con sus diferentes situaciones, explican, "no pruduce una disolución del vínculo matrimonial" por lo que los contrayentes "no pueden volver a contraer matrimonio" con terceras personas. Esto "disuade a muchas parejas que tienen claro que su ruptura es definitiva" de optar por el divorcio, aunque este sea económicamente menos rentable que la separación. 

En el caso de Huelva, en el último año se han producido 31 separaciones, 17 menos que en 2021 pero 13 más que en 2020. Precisamente este año fue donde se produjeron menos separaciones de toda la serie desde 2013, según los registros del INE aportados por los juzgados. 

Si bien, atendiendo a su tipología, crecieron las separaciones de mutuo acuerdo (21), es decir aquellas en las que hubo total entendimiento de las partes, frente a las que se precisó un proceso contencioso (9). Esto supone un avance de los mecanismos de arbitraje matrimonial, considerada una opción desde la aprobación del Proyecto de Ley de Eficiencia Procesal, y que permite no solo descongestionar los juzgados sino poner fin a relaciones con mucho mayor desgaste emocional a través de acuerdos más beneficiosos para las partes y los hijos, en caso de haberlos que los contenciosos. 

Por último, suben los casos de aprobación de nulidades matrimoniales. Frente a los últimos años, donde no se ha producido ningún caso, en los últimos doce meses se han llevado a cabo 2 nulidades. Al contrario de la separación y el divorcio, la nulidad matrimonial supone la ineficacia originaria del vínculo matrimonial, aunque haya existido apariencia conyugal.