Un sendero para las Marismas del Titán

Huelva de ayer a hoy

Una ventana hacia el Paseo Marítimo para numerosas barriadas de Huelva

Poseen una importante riqueza en cuanto a la avifauna que allí se asienta e incluso anida

Aves en las Marismas del Titán.
Aves en las Marismas del Titán. / Eduardo Sugrañes

La avenida Nuevo Estadio Colombino, que es como hoy se le llama a la de Tráfico Pesado, dejó las Marismas del Titán cortada por la mitad mientras discurría la carretera hacia el Puerto Exterior. En la margen hacia la orilla del Tinto la degradación tiene varios estadios preocupantes, el chabolismo y la contaminación industrial.

Sin embargo, la propia avenida dejó aislada y, a la vez sin pretenderlo, protegida una amplia zona de las marismas que a día de hoy es un auténtico espectáculo de belleza. Se llena principalmente del agua de lluvia aunque también de la pleamar que le llega desde el encuentro de los dos ríos con el Atlántico.

Solo pasando por ella en nuestro coche tenemos una visión amplísima de las marismas desde el puente que salva las vías del tren.

Las Marismas del Titán y al fondo el estadio Nuevo Colombino.
Las Marismas del Titán y al fondo el estadio Nuevo Colombino. / Eduardo Sugrañes

A diario son muchas las personas que por el arcén de la carretera transitan por aquí en jornadas de deporte o simplemente para caminar hasta el Paseo Marítimo. Esto es lo verdaderamente importante, que este camino lindero con las Marismas del Titán es la puerta al Paseo Marítimo, el nexo de unión con populosas barriadas. Este camino, que ya lo tienen señalado los ciudadanos, se debería convertir en una senda peatonal, un vía multimodal, que permitiera disfrutar de las marismas en el encuentro con la Ría de Huelva. No hay que olvidar que esta avenida es salida de muy populosas barriadas, la primera la del Matadero, pero no hay que olvidar el Barrio Obrero, El Polvorín e Isla Chica y, desde Tráfico Pesado, El Rocío, Pérez Cubillas, Marismas del Rincón, hasta Los Rosales.

El turista que llega ve las marismas

Está el otro margen de las marismas por la avenida Ciudad de Cádiz, que conecta directamente con el centro, pero muy especialmente con la estación de ferrocarril. El turista que llega tendría aquí el primer encuentro con la naturaleza.

Estas no son obras de grandes infraestructuras e inversión económica, pero sí son de extraordinarios réditos por el grado de satisfacción que produce al ciudadano. En el argot político: el resultado sí compensaría la inversión.

Ahora el arcén de la avenida Nuevo Colombino sirve de vertedero, incluso hemos podido ver restos de barandillas de algún BIC cercano. La verdad que la degradación es preocupante y, además, como foco de infección.

Las Marismas del Titán y la estación Huelva Témino.
Las Marismas del Titán y la estación Huelva Témino. / Eduardo Sugrañes

Unas marismas metidas en la ciudad 

Ecologistas en Acción no consiguió su pretendida protección en 2006, ni aquellos que hemos escrito sobre las Marismas del Titán. No hay que caer en el desaliento, creo que hay que retomar los deseos de tantos por recuperar las Marismas del Titán y debería estar liderada por los propios onubenses, lo mismo que ocurriera con el Parque Moret. Es un lujo tener unas marismas metidas dentro de la propia ciudad, entre el Ensanche Sur, el centro con la Estación Huelva Termino y el barrio del Matadero.

Nos ilusiona volver a hablar de las Marismas del Titán cuando se celebran los cuarenta años de Marismas del Odiel, o se recuperan por la Diputación de Huelva y la Fundación Cepsa la laguna de La Rábida y su entorno, o se habla que se restaurará el paraje de las salinas de Cardeñas, con el Ayuntamiento y la citada fundación.

Recuerdo que el astrofísico Juan Pérez Mercader, que tanto sabe del origen de la vida, me decía en entrevista que lleva por el mundo impregnado ese aroma de su niñez y juventud que tiene de las ‘Marismas del Mataero’, que no son otras que estas del Titán.

Se pueden ver numerosas aves que anidan aquí y viven también en Marismas del Odiel.
Se pueden ver numerosas aves que anidan aquí y viven también en Marismas del Odiel. / Eduardo Sugrañes
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